Psicofonías de amor

Capítulo 2

—¿Y qué es lo que tiene doctor?- Pregunto aquella chica, que unas horas antes había llevado a Rainbow al hospital.

— Es algo delicado, por lo que necesito a algún familiar cercano de ella — contesto firme Blake aunque por dentro el estuviera destrozándose.

—Se podría decir que soy su único "familiar" — suspiró — Su madre murió hace dos semanas y su padre los abandonó cuando chicos. Supongo que esa fue la razón por la que trato de suicidarse.

— Ya veo, bueno dada las circunstancias, usted recibirá la noticia — la tristeza se notaba en los ojos del chico — Rainbow está en coma y no sabemos hasta cuando pueda reaccionar. Puede ser mañana, en un mes o... tal vez nunca — un sollozo salió de los labios de la chica y rompió a llorar. Su rímel se corrió y sus ojos se enrojecieron e hincharon. Blake no demostraba su tristeza con llanto, pero eso no significaba que él no estuviera sufriendo, en ese momento su corazón estaba siendo exprimido — Lo que Rainbow ingirió fue Paracetamol. El paracetamol es un analgésico. Las personas con frecuencia piensan que el acetaminofeno o paracetamol es muy seguro; sin embargo, puede ser mortífero si se toma en grandes dosis, como en este caso — la voz del chico comenzaba a quebrarse por lo que decidió callar.

— Entonces... ella prácticamente está muerta — Afirmó la chica.

— No, ella puede escucharte. Es como si estuviera dormida; si su cuerpo responde al tratamiento lo más probable es que despierte.

— ¿Puedo pasar a verla?

— En este momento no. Las enfermeras siguen haciendo algunas revisiones, pero en unas cuantas horas podrás permanecer el tiempo que quieras.

Pasaron algunas horas, hasta que dejaron pasar a la pelinegra a ver a Rainbow. Blake seguía sin poder creer lo que había sucedido, no creía capaz a la chica de cometer tal atrocidad como el suicidio; ya que en su recuerdo se mantenía viva la memoria de ella muy feliz, con un brillo en sus ojos de vitalidad. Seguramente no era la misma chica de la que él estaba enamorado, pero de todas formas la seguía viendo perfecta; extrañaba aquella sonrisa que siempre mantenía en sus labios y la mirada de sus lindos ojos verdes.

— Como es que nunca luche por ella, nunca tuve el valor de confesarle lo que sentía y ¿ahora? de que me sirve estarme arrepintiendo. Al parecer mi cobardía pudo más que mi fuerza de voluntad y eso es una ¡verdadera mierda! ¿Porque fui tan tonto? No pude estar con ella cuando más lo necesitaba — pensó Blake mientras unas lágrimas escapaban de sus ojos y el cubría su cara con sus manos.

A veces el miedo invade nuestro cuerpo y no nos permite realizar lo que queremos hacer.

La amiga de Rainbow de nombre Jade, se sentó al borde de la camilla observando a su amiga tristemente. Su semblante era malo, y cada vez tenía más miedo de perderla. Se acercó hasta ella y la abrazó delicadamente colocandó su cara entre el espacio de su cuello.

— Oh Rainbow — soltó entre sollozos — ¿Porque intentaste eso, si me tenías aquí para ti?, nunca te abandonaría, ni lo voy a hacer. Eres tan importante... tan especial que cualquier persona que no quisiera estar contigo tendría que ser muy tonto. Aunque tal vez nunca despiertes, tendré la esperanza en tu regreso. Tú eres muy fuerte y si es que tú así lo quieres saldrás adelante. Espero que en verdad me estés escuchando, para que sepas lo tanto que te quiero y lo que me importas. No me imagino la vida sin ti, eres mi mejor amiga, más que eso; tu eres mi hermana — aumento la fuerza de su llanto como la de su abrazo — Rainbow... por favor.... despierta.