Capítulo 7: Fumarola

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Capítulo 7: Fumarola

-¡¿Qué?! - Gritó dejando caer a su hermano contra el tatami del suelo, horrorizado - ¡¿Desde cuándo saben esto?!

-¡Ha-hace un par de meses! - Genya se recompuso, haciéndose un ovillo en el suelo - E-El le pidió ayuda a nuestra madre para tus documentos, un hombre que parece un mafioso venía y se llevaba tu documentación y luego la regresaba.

Sanemi sintió que su cara ardía de ira. Un par de horas más tarde confrontó a su madre, a quien no podía intimidar al igual que a sus hermanos, por lo que tardó aproximadamente 30 minutos de largos "Maaaaaaaaaaaa" para que su madre por fin se dignara en decirle la verdad.

Resulta que lo que su hermano decía era cierto. Gyomei había pedido ayuda a su madre para sacar un pasaporte con el fin de llevarlo a viajar. El (retorcido) plan del alfa era ir cada fin de semana a conocer algún país extranjero como parte de algún tipo de cortejo que él consideraba poco necesario tomando en cuenta que ya tenían incluso una vida sexual bastante activa.

Él pensaba que el cortejo debió haber terminado luego de su primera vez, pero parecía que Himejima pensaba que era momento de echar toda la carne al asador pues no conforme con el gasto atroz que representaba el pasaporte, hospedaje, viáticos y transporte Gyomei también había hablado con su madre de usar el jet privado de su familia.

Sanemi se sentía mareado y un terrible hipócrita. Días antes había estado hablando con Iguro de cómo los (jodidos) ricos destrozaban la capa de ozono con sus viajes estúpidos en sus jets, siendo Taylor Swift tema de conversación y sátira de ambos por varios días. Y ahora, él sería parte de esa terrible elite que destrozaba al planeta mientras le pedía a la gente pobre que se bañara en menos de 5 minutos para "cuidar el medio ambiente" y todo porque la vida consideraba que le debía muchísimo al ex pilar de la roca y le había permitido nacer en una familia que podía pudrirse en dinero y no dejar de ser ricos.

-¡¿Qué carajos te pasa?! - Gritó contra el teléfono y poco le importaba que se escuchara en toda la casa. -¡¿Cómo demonios te atreves a hacer todo esto sin mi consentimiento?! ¡¿Planeabas simplemente meterme en una lata de metal voladora y llevarme a otro país?! ¡Eso es trata de blancas jodido imbécil!

-Oh- Soltó su amado y el albino pudo escuchar cómo bebía un trago de café, para luego continuar, con la voz menos arrepentida que había escuchado en toda su puta vida. - Te enteraste, se supone que debía ser una sorpresa.

De algún modo escuchar tan poco arrepentimiento en la voz de su novio le puso aún de peor humor.

-¡A la mierda tus sorpresas! ¡Cancela lo que quiera que estés planeando! ¡No me sacarás de Japón hasta que pueda pagar yo mis propias cosas!

-Eso no está en discusión - Dijo Gyomei y el menor no pudo evitar imaginarlo con una sonrisa cínica, de alguien que estaba dispuesto a hacer lo que sea por conseguir lo que quería - Vas a venir conmigo a Francia.

-¡No me puedes obligar!

-Si, si puedo - Amenazó Gyomei - Y lo sabes perfectamente.

Sanemi tembló. Si, el alfa dominante no tenía nada más que hablar con un tono específico y su cuerpo haría cualquier cosa que el mayor deseara. El albino estaba totalmente a su merced. Maldijo en voz baja y la negociación comenzó.

Tal como imagino; Gyomei no estaba dispuesto a ceder en su idea de llevárselo a la otra jodida punta del mundo en un intento mundano de mostrar cuánto poder podía ofrecerle aceptándolo. Shinazugawa no necesitaba eso. Sabía que su novio tenía el mundo en sus manos pues bien podía la compañía actual de sus padres caer en la ruina (Dios no lo quisiera) y aun así volverían a construir una compañía exitosa con todo lo que habían adquirido en el camino. Himejima nació rico y se moriría rico. Era la ley de la vida y sabía que no podía hacer nada al respecto.

Domo de lava (HimeSane) (Omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora