Prologo

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Dicen que elegimos nuestros destinos y que el mundo está lleno de caminos, caminos que llegan a un fin, tan incierto como saber si mañana podamos abrir los ojos o seguiremos respirando. Trabajamos toda la vida para conseguir algo, para ser alguien e incluso solo para existir, no está mal hasta que esto entorpece o te atormenta hasta quemarte el alma y desgarrarla por completo, como el soplo de un viento sobre una pila de arena, y las partículas se mezclan con otros mientras viajan en el aire hasta posarse en un objeto que no les pertenece pero que por míseros segundo fue tuyo. Atrapado en tus garras víctima de tus irregularidades, un estorbo impertinente e indeseado eso es el amor.

Cuando menos lo espera en un segundo tu corazón late frenético activando todas las células que parecían muertas, capaz de mover cada una de tus entrañas y con seguridad remover todas las células de tu cerebro suprimiendo el pensamiento, e impulsando a tus instintos actuar, a fluir como el agua que recorre en el desierto, un agua que es absorbida o por toda la sed que ha sufrido por años, esa agua que se ve tan dulce y apetecible, un agua que quieres conservar pero se va secando rápidamente hasta sentirte satisfechos para seguir sintiendo esa maraña de sensaciones que enloquecen hasta las puntas de los pelos por donde el sol no se asuma en las mañanas.

Esta puede ser la causa que me llevo a vivir sin alma, que me dejo lánguido y destruido. Pudo haber sido en desastre más grande que ha pasado pero no me arrepiento de haberlo vivido.

Soy un egoísta, un egoísta de mierda que poco le ha importado su "yo", que es lo que quiero, que busco, donde estoy, a la mierda conmigo; vivo por ti, por él, por todos menos por mi...aunque con todas las letras soy un cobarde, hoy me detengo a escucharme a sentirme, a quererme un poco más.

¿Quién soy? ¿A dónde voy? ¿Porque existo?... no se preocupen. Sonrío. Son preguntas de rutina para recordarme frente al espejo porque lucho día a día en mi trabajo, porque dejo atrás lo mejor que me ha sucedido en la vida.

Siempre estarás presente en mí ser aunque te niega toda la vida. Acompáñame a sufrir esta agonía en silencio por que ha decir verdad ambos somos cobardes.

Miro el espejo mientras me fumo un cigarro, es el quinto que llevo desde que abrí los ojos, calma mis nervios, últimamente ando algo alterado, todo me exige demasiado, el trabajo, los amigos, la familia, la sociedad e incluso el corazón. Salgo de mi trance al decidirme revisar mi celular, veo algunos mensajes que me inquietan aún más.

Dios que hago ahora quiere que nos veamos. Maldigo en voz alta.

-joder esto no puede estar sucediéndome a mí, acaso no soy hijo tuyo Dios... a veces pienso que me olvidas.

Vuelvo a ver el mensaje ver si encuentro algún mensaje subliminal, algo que me diga más allá de lo que está sucediendo.

<<Necesitamos hablar, nos vemos en el lugar de siempre>>

No quiero verlo, en lo absoluto Dios esto me está consumiendo, creo que es peor que la coca o el éxtasis. Si debe ser peor he probado el éxtasis y no he quedado tan prendido como lo estoy ahora.

-Quizás necesite un poco para despabilarme. Ahora no sería muy prudente, quizás en medio de mi des variación diga cosas que no sean buenas para mí. Joder hasta la droga está prohibida para mí en este momento.

Me termino mi cigarro, arreglo el cabello, tomo las llaves del auto y salgo de la casa, no sin antes ver las cartas que me llegaron que más que cartas son recibos, estoy lleno de esto hasta el tope. Últimamente compro mucho, más el dinero que doy a mi fundación de niños y a la fundación de desastres naturales, no me queda mucho dinero. Tengo que ponerme a componer y sacar algún disco

InterminableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora