In the Lupin Bar

Te quiero simpre a mi lado.

Esa misma tarde mientras estaban en el parque unos niños pequeños se acercaron a ellos.

El primero era un albino con grandes ojos y el otro un azabache bastante pálido.

Los dos pequeños los veían desde un árbol no tan lejos de Dazai y Chuya.

Luego de algunos minutos los dos pequeños se dignaron a ir hacia ellos, una vez cara a cara los ojos del albino se abrieron de par en par.

– Hola pequeños – Dijo Chuya – se perdieron?

– Nonono – Dijo el albino agitando su cabeza de lado a lado – Solo que…

– Solo que a Jinko le gustaron sus ojos – Dijo el azabache teminando la frase del otro quien está rojo como un tomate –.

– Oh que lindo – Dijo chuya con una cálida sonrisa – Como se llaman pequeños?

– Y-yo me llamo atsushi y el es akutagawa – El azabache solo asintió –.

– Bueno y que hacen por aquí?

– Somos del un orfanato cerca de aquí – Dijo Akutagawa – Salimos aqui al parque algunas veces.

Aquel orfanato…ahí fue donde Chuya había estado y la gran mayoría de sus amigos quienes ahora eran como sus hermanos, aquel lugar donde tuvo días tan amargos, tan tristes, pero a comparación de ahora tan felices.

– Es un muy lindo lugar – Se escuchó como alguien gritaba los nombres de los pequeños – Al parecer los están llamando.

– Si, es nuestro maestro, supongo que ya nos tenemos que ir – dijo el albino mientras agarraba la mano de su amigo, quien lo estaba mirando con mucho cariño – hasta luego chico de ojos bonitos.

Chuya solo les dedico una bonita sonrisa, lo que este no había notado era la mirada de el castaño clavada en el.

Cada palabra que Chuya decía era analizada a detalle por Dazai quien logró concluir que una parte de la vida de Chuya había sido en aquel orfanato.

Será que quedo huérfano?

– Dazai

Que paso para que viva allí?

– Oye Dazai

Será que lo adoptaron?

– Hey poste

Que tanto sufrió allí?

– ¡DAZAI!

No fue hasta que el grito de Chuya lo saco de sus pensamientos que se dio cuenta que había estado ignorando varios llamados de este.

– Que paso Chibi?

– Te pregunto lo mismo idiota.

– Por?

– Me estabas mirando fijamente, me dio miedo, sentí que tratabas de verme hasta el alma.

– Y si de verdad estaba haciendo eso? – Dijo con tono juguetón

– ¡CALLATE! – Chuya había saltado de la vergüenza – Das miedo

– Quizás no trataba de verte el alma, eso es mucho para mi – Una sonrisa se formo en la cara de Dazai – Tal vez solo trataba de ver debajo de tu ro-

Hubiera seguido pero aquel pelirrojo clavo su puño en la cara de Dazai, este callo de espaldas con Chuya encima de él dándole constantes golpes.

En ese momento Dazai supo que quería estar así para siempre, no quería que esos momentos acabasen…
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Ya en el apartamento ambos fueron a comprobar es estado de Yuan, esta estaba leyendo un cuento qué había encontrado en una de las repisas del castaño.

– Hola Yuan – Dijo Chuya mientras se sentaba a su lado – encontraste algo interesantes?

– Si, encontré este cuento, no entiendo varias palabras pero si que trata de un niño perdido en busca de su mascota

– Y como va, ¿ya lo encontró?

– No, alguien robo al perrito

– Oh, y ese cuento no es muy triste? – Preguntó con una mirada cuestionarte al castaño que estaba arrimado en el marco de la puerta.

– Si, pero es bonito, siento como si estuviera en el libro

– Me alegro Yuan – Dijo mientras sonreía para ella – voy a traerte algo de comer mientras.

Chuya cerró la puerta con delicadeza jalando al más alto fuera de la habitación.

– Más te vale que ese libro no ponga triste a Yuan.

– Tranquilo Chuya.. – Dijo mientras acariciaba el cabello del más bajo – Me lo regalo alguien que tampoco quería que estuviera triste.

Chuya solo aparto la mano del castaño y se fue a cocinar.

Ese día jamás sería olvidado por Dazai porque se sentía como el café, tan amargo pero tan hermoso…
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Eran las 3:00 am y Chuya se habia levantado, tomo algunas de las cosas que el castaño le había regalado.

Despertó a Yuan con delicadesa y en silencio.

– Yuan – Dijo en Susurro – No hagas ruido.

La nombrada solo asintió, mientras Yuan se vestía Chuya preparaba dos sándwiches, una vez los dos listos salieron en silencio del departamento.

Chuya dio un último vistazo adentro…

– …Gracias… –

Se escuchó el delicado mecanismo de la cerradura mientras que el silencio reinaba en el departamento.
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(Jola 🤓☝️, perdonnnnn esq mi colegio me esta matando recien en estos días pude escribir 😭😭, y tmb tengo un rebaño que alimentar “mi team” asique sorry)
(Lo más probable es que saque un especial navideño pero aguante estoy en eso, ahora voy a volver a actulizar)
(Recuerden comentar y agregar a favoritos eso me motiva los amo 🩷)