Prometo Extrañarte ©

Jueves 24 de agosto 2017

Un joven con frustración y con deseos de poder ayudar...

Ya no sé qué hacer. Estoy desesperado. Tengo necesidades, mi familia tiene necesidades: todo el mundo las tiene, ¿quién no? Sólo que la pequeña diferencia es que casi todo el mundo cubre sus respectivas necesidades; mi familia y yo no lo suficiente, o como a nosotros nos gustaría. Hay que ser francos, ¿de qué sirve mentirle a una hoja de papel en blanco que es obvio que es incapaz de contarle algo a alguien? ¿De qué sirve desahogarme en este papel que no me ayudará en nada si sigo ocultando la realidad o queriéndola disfrazar de algo mejor?

De acuerdo, contaré la verdad:

No hay dinero.

Es una ironía, ¿no? En tan sólo tres palabras se ve reflejada una dura y horrenda realidad. Tres palabras prácticamente deciden qué calidad de vida tienes.

¿La historia? No voy a mentir diciendo que es larga, porque en realidad no lo es y tampoco es tan difícil de comprender. De hecho, es algo corta y nada dura de entender:

A mi papá lo despidieron hace algo más de un año ¿Cómo es que hasta ahora vengo diciendo que no hay dinero? No es que no me haya dado cuenta antes, de hecho fui el más pesimista desde que nos enteramos de la buena nueva sobre mi querido papi -*nótese el sarcasmo*-: no las vimos muy duras para poder solventar los gastos de la casa -hasta hace pocos días me dijeron que había lo suficiente como para poder pagar la colegiatura de esta escuela, que, seamos realistas: en verdad es de prestigio-.

Reanudando la historia: Antes de que corrieran a mi padre, los muy sínicos de la empresa le dieron un bono –en verdad considerado- de casi ochenta mil pesos (se supone que era como un tipo "agradecimiento" porque ya llevaba más de treinta años -treinta y tres, para ser exactos-, trabajando en la empresa y era "un elemento importantísimo del que dependían para que la empresa siguiera a flote"). Después de eso, remodelamos algunas partes de la casa, pero no nos acabamos todo el dinero, solo –se podría decir que- un cincuenta por ciento de dicha cantidad.

Como a los tres meses, los muy idiotas –no es necesario describirlos con adjetivos más fuertes-, corrieron a mi papá sin fa ni fu ¡Así como así! ¿Por qué? "Ya no nos sirve como esperábamos para la empresa. Gracias por sus años trabajando con nosotros y brindarnos sus extraordinarios servicios. Y... lo sentimos mucho" ¡Como si un "lo sentimos mucho" nos fuera a ayudar con nuestros problemas económicos lo que resta de nuestras estúpidas vidas!

Bueno, no sirve de mucho que me queje. Luego de que despidieron a mi padre, -obvio, ¿qué más si no?- empezó a buscar trabajo, pero desde luego que no encontró. Mis hermanos mayores –ya con carrera y toda la cosa linda para que los contrataran fácilmente-, buscaron en varios lugares donde pudieran sacar algo para mantener a la familia, pero los contrataban como principiantes (y debo escribir que el sueldo que daban no era el suficiente como para mantener a una familia de cinco personitas).

Sobrevivimos este año a base del bono que nos habían dado, algunos ahorros de por ahí y el poco sueldo que les dan a mis dos hermanos; pero ya se acabaron los ahorros y el bono. Sólo está el pequeño sueldo, pero es obvio que no nos va a alcanzar para mucho –es más: para nada-.

No puedo salirme de la escuela para trabajar, pero quiero –necesito- contribuir con los gastos, o esto no va a durar mucho.

Unos amigos de mi primo me ofrecieron trabajo traficando droga. Ganan bien, yo sé a quién vendérsela (obvio a Abbie; necesita nuevas personas que se la vendan: y quién mejor que yo, que nos conocemos desde hace años), nos alcanzaría para más en mi familia –obvio no les diría que estoy vendiendo droga, me inventaría algo creíble, no es tan difícil-.

Lo único que no me deja acceder al trabajo es un:

Yo sé que esto está mal.
Así de simple: no creo poder hacerlo.

Aunque lo único que le gana al "Yo sé que está mal" es un:

Mi familia primero

Es un mundo lleno de pros y contras, pero creo que he tomado una decisión.

Si.
Estoy dispuesto a arriesgarme:
SI.

-Con el miedo de haber tomado una mala decisión y pueda traer no muy buenas consecuencias, Jarett.