Prometo Extrañarte ©

Miércoles 23 de agosto 2017

Una chica con las lágrimas a punto de desbordarse de sus ojos una vez más...

Hoy me doy cuenta de que cada día que pasa estoy más y más enamorada; pero es que cómo no enamorarse de esos preciosos ojos marrones detrás de sus lentes color violeta que le quedan tan bien; esos ojos, que te expresan tanto y a la vez nada, te dan esperanzas y de igual manera te dan inseguridad, te dan felicidad y también nostalgia cuando los ves. Ese increíble pelo negro tan profundo como el abismo. Esa figura inigualable que no le llega ni a los talones a las demás personas. Esa sonrisa tan profundamente inmaculada y llena de perfección, que me cautiva cada día más y provoca en mí ese gesto estúpido de enamorada –imposible llamarlo sonrisa, porque a comparación de la suya no es nada. Ni una hormiga al lado de un gigante-, que no es posible borrarla ni con la más horrible de mis desgracias.

Pero no sólo hay que hablar del físico, porque de eso no fue de lo que me enamoré en un principio. Cuando te enamoras, te enamoras de lo que es esa personita especial, sino, no estás enamorado: estás obsesionado o es probable que simplemente te guste. ¿Yo? Yo me enamoré de su forma de ser; y es que cuando sonríe, se le nota tan natural, que es posible pensar que nació con la tarea de hacer feliz a los demás. Cuando se le nota con tristeza o sin ánimos, dan unas inmensas ganas de ir a darle consuelo, darle un cálido abrazo y poder hacer que sonría una vez más. Cuando está de malas, se ve tan adorable, que no se compara con el más tierno de los bebés. Cuando canta a todo pulmón esas canciones de sus bandas favoritas, enfrente de todos, sin pena alguna, y de repente se le olvida la letra o se equivoca, continua cantando como si nada hubiera pasado, eso me provoca otro "gesto de enamorada" y al mismo tiempo mis más grandes respetos, porque ya quisiera yo algún día comportarme así.

Todos y cada uno de sus gestos –estoy más que segura-, me tienen completamente fascinada, flechada, prendida, seducida, encantada, embelesada, enloquecida... enamorada. No hay otra palabra que me describa mejor de cómo estoy o cómo me siento: enamorada.

Al fin lo acepto. Después de hace casi más de un año, tratando de justificar todos y cada uno de mis comportamientos con esa personita tan especial para mí, al fin me doy cuenta de que estoy jodidamente enamorada. Esas dos palabras –o adjetivos, como quieras llamarle-, son fuertes, lo sé: jodidamente enamorada. Pero, ¿qué significan exactamente? Joder: destrozar, arruinar, echar a perder. Enamorado: que tiene un sentimiento de vivo afecto e inclinación hacia una persona o cosa a la que se le desea todo lo bueno.

Conclusión:
Estoy total y completamente arruinada porque tengo un –gran- sentimiento de vivo afecto hacia una persona, a la que le deseo todo lo bueno.
Jodidamente enamorada.

Ah, cierto. Se me olvidaba el pequeñito gran detalle: ¿Por qué jodidamente? Lo de enamorada ya está claro, ¿pero el jodidamente? ¿Por qué arruinada? Fácil: es obvio que nunca voy a ser correspondida. En este caso no afecta la regla del: "Nunca digas nunca", porque es imposible que me quiera de igual manera. Esta vez no va a pasar como en las típicas novelas de esas en las que la chica no creé que su amor platónico se enamore de ella, y... ¡Boom! Se enamora de ella. No, en esta historia no va a pasar así, ¿por qué? Simplemente no creo que ella tampoco sea lesbiana.

-La única que no cree que su cuento de hadas de haga realidad, Davinne.