m |⌇ ❝ si quieres derribar
estas paredes , te
vas a lastimar ❞ ᭨ི ྀྀ
Isis era el príncipe de la corona y lo sería hasta que esta reposará en su cabeza convirtiéndose en el emperador de Oriente, aquel regente que estaba destinad...
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SELECCIONÓ CUIDADOSAMENTE LA ROPA DE HOY, enfocado totalmente en no dar un pésame ni mostrarse deliberadamente euforico por la noticia que recorría todos los Reinos e Imperios vecinos como el suyo, aun asi no pudo evitar que una sonrisa radiante por los planes saliendo perfectamente demoliera au fachada, creando una grieta en su impecable máscara.
Karl entro y reverencio observando la vestimenta más impecable de lo común en el príncipe, sin embargo podía pasar inavertido puesto a que algunos nobles preocupados acudieron hoy a palacio.
La mirada chisposa y brillante de Isis se fijo en su mano derecha, traía una bandeja con un sobre sellado, seguro intercepto a algún mensajero del partido noble.
—¿ella viste de negro?—no fue necesaria la especificación de a quien se refería, pero su rostro neutro lo hacía ver como si hablara de una total extraña cuando era su madre a quien nombraba.
—es así, la emperatriz no abandono su habitación en lo que lleva de mañana. Se dice que se tomara el día libre por luto
El príncipe tomo entre sus manos la carta sellada. No podía creer que la fría emperatriz de Oriente que siempre pensaba en cada paso y suspiro, siguiendo siempre los protocolos imperiales para evitar cualquier mal entendido que ofendiera a la corona, ahora alentará un rumor radical por un descuido ¿se había encariñado del hombre en tan poco tiempo? Era inedito, inaceptable ¿como podía guardar luto por un príncipe extranjero con la conspiración suspirandole en la nuca?
Tal vez la puso en un pedestal demasiado alto, su madre era un ser humano después de todo.
Todos cometemos errores.
Pero este error iba más allá de lo permitido.
—insitala a salir, será lo mejor para ella y para nosotros—suspiro—¿como están las cosas afuera?
—el rumor del culpable se acento perfectamente, su Alteza. Las reacciones de los Reinos vecinos son expectantes, esperan con una impotencia silenciosa que de el primer paso
Lógico.
Oriente era el único realmente afectado por los planes del loco rey de Occidente, la discordia ya había sido plantada y pronto germinaria si no se apuraba a cortar todo de raíz. Eran orgullosos reyes los ojos que lo observaban, deseosos de un error que los beneficiase sin la constante necesidad de peligrar sus tierras, Occidente ya era menos que un reino, tierras fértiles con personas sedientas de sangre.
El suicidio de la reina viuda fue sorprendente, no inesperado pero si le tuvo una estimación de vida demasiado ilusa.
—majestad, el mensajero me pidió que le dijera que era urgente y que contestara cuanto antes
