Capítulo 1

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Me estremezco. Me despiertan unas delicadas manos, su voz me alegra la vida. Es mí querida esposa, Anastasia.

-Christian, despierta.

Siento un gran miedo en mi interior. Tengo mis manos algo sudorosas y mi corazón muy acelerado.

-¿Si? ¿Qué pasó?- le pregunto, aun somnoliento.
-Creí que estabas tendiendo una pesadilla.
-Tranquila nena, estoy bien.- la tranquilizo con un pequeño beso.
-¿Seguro?- me pregunta aun asustada.
-Si, solo devo ir a tomar un vaso de agua.
-Bueno, Christian.

Me levanto un poco intrigado por el sueño. ¿Qué mierda fue eso? Grey, debes estar tranquilo.- solo fue un sueño nada más-. Camino aun somnoliento por los pasillos de la casa, entra un poco de frío por el corredor, cierro la ventana y voy a ver los niños. Observo que están dormidos plácidamente.

¿Que rayos significó ese sueño? Aun no lo comprendo bien. No creo que sean buenas señales, tengo un mal presentimiento. Me dirijo a la cosina y veo que Gail ya está despierta, dios esta mujer tan trabajadora, es muy responsable.

-Buenas....... ¿Madrugadas? Señor Grey.- nos empezamos a reir.
-¿Cómo estás Gail? Deberías ir a descansar, es muy temprano.
-No podía dormir señor Grey, y decidí adelantar la comida.- dice algo tímida- ¿Desea algo de comer?
-No, gracias solo vine por un vaso de agua.- veo que se apresura a servirme el vaso-. No, gracias Gail.- le interrumpo-. Yo mismo me lo sirvere.

Subo por las gradas y ordene a Gail que fuera a descansar. Entro al dormitorio y ahí esta mi mujer tan radiante como siempre. Me aproximo a regalarle un pequeño beso en la mejilla, amo su piel, siempre tan delicada. Me recuesto a su lado y me dejo llevar por el sueño.

Suena el despertador, comienza una nueva jornada. Quiero abrazar a mi esposa. Abro los ojos. No está aquí. Debe estar con los niños, alistandolos para ir a la escuela.

Me baño lo más rápido que puedo, salgo de la ducha y ahí esta mi dulce Anastasia cambiándose de ropa. Busco en el clóset mi traje preferido, y me visto frente a ella y presiento su mirada de deseo.

-Menuda vista, Señora Grey.-digo.
-Siempre, Señor Grey.-responde y se sonroja, me encanta cuando se pone así.

Me aproximo a ella sigilosamente y capta enseguida lo qué pretendo hacer en este momento. Tomo de sus caderas y la beso apasionadamente, entrelazando nuestras lenguas como si fuera el fin del mundo. La recuesto en la cama y beso su hermosa piel, dejando pequeños besos a su paso.

-Mía.- le susurro al oído.
-Tuya.- responde excitada.

La penetro bruscamente y ella gime. Y así continuamos juntos, complaciéndonos del uno al otro, hasta que por fin llegamos juntos, pronunciando nuestros nombres.

-Será mejor que nos apresuremos Señor Grey.- me dice aun exitada.
-Lo mismo digo, Señora Grey.

De pronto se habré la puerta de nuestro dormitorio y ahí están nuestros grandes tesoros, corriendo se abalanzan sobre nosotros y los saludo con muchos besos. Bajamos todos a desayunar, Gail ya nos tiene el desayuno preparado. Acabamos de desayunar todos y nos alistamos, Ana se lleva a los niños a la escuela acompañados de Swayer y Taylor me lleva a la oficina como de costumbre.

Cincuenta Sombras EncontradasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora