Día cuatro.

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Ella estaba ahí, frente a mi, cubierta con tan sólo una bata de baño, mirándome con su típica mirada seductora que estremecía en totalidad mi columna vertebral. Su rostro era cubierto por la máscara torturante que no me dejaba verla, era extremadamente desesperante no ver su rostro para saber quién era pero eso no me importaba en ese momento, estábamos a solas en mi habitación, yo estaba sentada sobre la cama y ella comenzaba a abrir lentamente de forma sensual su bata, dejando caer finalmente de ésta al suelo, dándome una vista su cuerpo desnudo en totalidad, hipnotizando mi mente en su delicada anatomía pálida, sin dejarme apartar mi vista de sus pechos, tenía la tentación inmensa de acariciar cada cm de su piel lechosa, más no podía moverme en lo más mínimo. Ella se acercó, sin decir nada se inclinó acercándose a mis labios como lo había echo en el bar pero esa vez no se detuvo, me besó con brutalidad penetrando mi boca con su lengua, en lo que yo cerraba mis ojos rozando nuestros húmedos sinhueso entre sí, sintiendo como ella rápidamente abrazaba mi cuello para que no me separara de su cuerpo, el cual abracé sin dudarlo, de la cintura, atrayéndola hacia mi, haciendo ella de a poco se montara sobre mi, a lo cual, en cuanto estuvo por completo posada, me volteé dejando su cuerpo retenido bajo el mío y la cama. Ella abrazó mi cuello, volviendo a reclamar mis labios con deseo y algo de brutalidad, dando incluso una que otra mordida sobre mi labio, a lo cual tan sólo jadeaba, cerrando mis ojos comencé a subir una mano por su pierna, acariciando sus muslos en la parte interna, llegando en cosa de segundos a su sexo, acaricié este por encima, estaba caliente, húmeda, posando mi dedo mayor sobre su clítoris, froté de este con suavidad, causando en ella suspiros, entre gemidos, los cuales fueron aumentando en cuanto yo movía mi dedo, el cual luego se posó sobre su entrada, acomodando un segundo dedo, la penetré lentamente, ella se arqueó, tomándose de las sábanas, comenzando a gemir al ritmo que yo la comenzaba a embestir, al principio lento, disfrutando de su cálido interior, con calma, sin embargo, deseando cada vez escuchar más de sus melodiosos gemidos, aumenté el ritmo, sintiendo de a poco mi mano mojada mientras seguía con el vaivén hasta que me atreví a abrir mis dedos en su interior causando su cuerpo se tensara con completo cercano al orgasmo. Estando a punto de llegar al orgasmo, gritó, deseaba sentir todo aquello en mis dedos.

Abrí mis ojos de golpe, con el corazón a mil, tras sentir su chillido de placer al llegar, había sido un sueño, un sueño en donde la hacía mía. Estaba toda sudada, y húmeda, me levanté rápidamente para irme directo a la ducha, dándome un baño, pues sabía si me quedaba aunque fuesen unos segundos más recostada, las imágenes de mi sueño vendrían a torturarme y me deconcentrarían más de lo que ya lo soy. Ya vestida me arreglé bien, arreglé mis cosas para la universidad, no podía faltar muy seguido, debía hacerme de los ánimos. Salí ordenando a mi chofer que me llevara, cosa que asintió subiéndose de inmediato al automóvil para encender este preparándole, bajándose luego a abrir mi puerta esperó yo entrara para cerrar, volviendo a subirse en su puesto, sacó el auto del estacionamiento y finalmente emprendimos viaje a mi universidad.
Al llegar me bajé dándole las gracias, saliendo con mis cosas cerré la puerta caminando de inmediato a donde había visto tocaban las clases. Al llegar al salón vi estaban la mayoría charlando de quien sabe qué, entré y me senté en el puesto en el que me había sentado anteriormente hace dos días. Con mi vista fija en la ventana, esperando comenzara la clase no pude evitar comenzar a recordar el sueño de la noche anterior ¿Por qué había soñado eso? No dejaba de preguntarme, al parecer la curiosidad de saber quien era la chica enmascarada me estaba comiendo, no dejaba de pensarla y recordar su cuerpo... Jamás había pensado en alguien de esa forma y eso me estaba enloqueciendo.
Las clases comenzaron y yo ya no podía más, no dejaba de pensar en la chica misteriosa que no salía de mi mente, que torturaba de mi sin que ella si quiera supiera quizás quien era yo. Las clases se me habían pasado rápido, por lo que la hora de comer había llegado, busqué entre mi bolso algo de comida pero lo único que encontré fue una nota de mi madre que me decía que había salido temprano a ver a mi padre, dándome cuenta que por andar pensando en aquella chica ni cuenta me di de que estaba sola en casa, tan sólo con los sirvientes. Suspirando me hice hacia atrás en la silla y coloqué sobre la mesa con mis dos brazos en esta, cerrando mis ojos mientras suspiraba, sintiendo mi barriga sonar. No me di cuenta de en qué momento, por lo aturdida que estaba sin desayuno ni nada, fue que caí dormida, tan sólo lo supe cuando en busca de despertarme, alguien tocaba de mi hombro con suavidad, como sin querer molestarme. Gruñendo entre dientes, medio desperté, no había alcanzado a soñar nada, pero apenas fui un poco consciente, la imagen del cuerpo de aquella chica volvió a mi mente. Buscando olvidarme un momento de eso, preferí levantar la vista a quién llamaba mi atención. Mi mirada pasó primero por sus piernas, que por un segundo me parecieron familiares, más subí rápidamente la mirada a su rostro, encontrándome con los ojos felinos de hace unos días.

POV Tiffany
Solía ser considerada por mis amistades como alguien muy pura, que da sin buscar algo a cambio, y claro que es así, yo sé lo que es tener que estar en lo más bajo y querer buscar ayuda pero que nadie esté dispuesto a nada si no es a cambio de algo. Así empezó todo, conmigo llegando sola desde el extranjero luego de ser echada por mi padre y encontrada en las calles por un coreano que prometió darme trabajo, fue así, trabajé, vendí mi cuerpo, pero no gané más que sobrevivir. Para mi suerte, quien era mi dueño, fue encarcelado, dejándome en libertad. Busqué trabajo por muchos lados, pero nadie quería aceptar a una indocumentada que había llegado de forma ilegal, excepto el dueño de un gran bar antro que no le importaba la procedencia de sus empleadas, mientras cumplieran con su trabajo. Yo tenía experiencia, no fue complicado ganarme al público con algo de baile y luego complementando con un par de clientes en la cama. Así pude documentarme, e incluso, pude entrar a estudiar. Es laborioso trabajar de noche y estudiar durante las tardes, más era lo que debía hacer si quería un trabajo "normal".
Día a día pasaba mucha gente por el club, muchas veces clientes ya conocidos, y otras veces personas interesantes, como lo fue esa vez, ver a mi compañera entre el público, recuerdo su mirada pegada en mi cuerpo, lo que me inspiraba a buscarla más, dando movimientos cada vez más lentos, que sabía harían enloquecer de paso al público. Luego del show aún más sorprendente fue haberla topado entre los pasillos totalmente ebria, cayendo sola del cansancio, no la culpaba, yo estaba casi igual. No podía dejarla allí en esas condiciones, así que la llevé junto a mi a un hotel, donde la dejé y me fui a mi casa. Recuerdo al día siguiente no haberla visto en clases, lo cual me preocupó un poco, no la conocía prácticamente, pero algo en ella llamaba mi atención y me hacía querer saber más. Esa noche en el bar nuevamente estaba bebiendo, sus mejillas estaban ruborizadas por el alcohol, se notaba aún con las luces danzando junto a mi. Me acerqué a ella y sin dejar de lado mi personaje, me acerqué a sus labios para susurrarle que parase, tomé de su vaso, devolviéndolo totalmente vacío, terminé mi show, atendiendo a un par de clientes antes de irme a casa. Al otro día, como de costumbre, tenía primero que ir a la universidad, en donde volvía a estar ella, la vi pasar de reojo e irse a sentar. Al terminar las clases, mis cercanas se reunieron junto a mi a comer, entre lo que vi a aquella chica prefiriendo echarse sobre la mesa a dormir ¿Es que no comería? "Además de pasarse bebiendo, duerme a deshoras y no come" pensé, preocupada por ella. Me preguntaba qué la tendría así, y que podría hacer por ella, pero no podía solo llegar y meterme en la vida de alguien así.
Decidí antes de que acabara el receso, irla a despertar, y ofrecerle un sándwich, en caso de que quisiera comer antes de que comenzaran las demás clases. Ella entre dormida me miró, noté en su mirada un brillo, y a la vez una oscuridad, se notaba no la estaba pasando bien. Aún así, me agradeció, aceptando el sándwich lo comió con gusto y la clase luego comenzó.
Al terminar la clase, la curiosidad por saber un poco más sobre aquella chica me comía, así que me acerqué a ella para preguntarle qué haría al salir. Ella, aparentemente sorprendida al verme acercarme, sonrió con debilidad y se disculpó con una reverencia.
—Lo siento, debo ir a ver a mi padre. Respondió antes de tomar sus cosas e irse, dejándome nuevamente mirando a la puerta.
Esa noche no la vi en el show, lo cual debo confesar, se me hizo aburrido, me estaba acostumbrando a su mirada penetrante, atenta a cada uno de mis movimientos.

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⏰ Última actualización: Nov 23, 2020 ⏰

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