22. Oscar Gistau

2.6K 136 28
                                        


Oscar Gistau

–¿Quieres que me quede?– Pregunta indeciso

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.












–¿Quieres que me quede?– Pregunta indeciso.

–No... Estoy bien, pásatelo bien. Sé que quieres probar ese restaurante desde hace tiempo.– Repito como por décima vez.

–Podemos esperar e ir juntos.– Insiste mi hermano.– Estoy seguro que a los chicos no les molestará. Además, no hay nadie en casa.

–No hace falta, estaré bien. Ya sabes, dormiré y todo eso.– Me encojo de hombros.

–De acuerdo pero si empeoras llámanos, ¿si?

–Si...– Me da un beso en la frente más satisfecho.– Eres peor que mamá.

–Cállate, solo me preocupo por ti.– Su teléfono vibra y lo saca.– Que raro, Oscar acaba de mandar que no puede venir. Él también tenía muchas ganas de ir a ese restaurante. Creo que esto es el destino y no deberíamos ir.

–¿Por qué? Quizás el destino quiere decir que tú y Pau debéis tener una cita romántica los dos solos.– Bromeo pero a la vez intento convencerlo.

–Ya... No sé si debería irme.– Lamine hace una mueca indeciso.

–Que no. Venga, ve a ese restaurante.– Lo empujo fuera de mi habitación y justo el timbre suena.– Vete, no querrás hacer esperar a tu amado.

–No sé cómo es posible que compartamos sangre.

–Es una conversación de la que no estás preparado pero creo que es hora de decírtelo... –Abre la puerta viendo a Pau.– Eres adoptado.

–Adiós.– Cierra la puerta en mi cara.

–Bueno.– Me tumbo en el sofá con el móvil.

Ya puedes venir

Estoy de camino

Espero durante alrededor de 15 minutos hasta que el timbre vuelve a sonar. Me levanto rápidamente del sofá y abro la puerta de casa.

–¡Mi amor!– Se lanza a mis brazos sin darme siquiera tiempo a saludarlo.

–Hola.– Murmuro dándole un beso en la mejilla.

–Ahí no es.

–¿Que?– Pregunto sin entenderlo.

–El beso. Ahí no es.– Y me planta un largo beso en los labios.

–Entra.– Hablo en cuanto nos separamos.– Mi hermano empieza a sospechar, casi no consigo convencerlo en salir de casa.

–¿No crees que deberíamos contárselo?

–Sabes cómo es Lamine. Nos mataría, bueno, te mataría.

–Lo sé.– Suspira.– ¿Podemos simplemente acurrucarnos en tu cama? Te he echado mucho de menos.

–Yo también, vamos.– Agarro su mano y subimos las escaleras hasta mi cuarto.

Se quita su camiseta y se mete a mi cama colocándose a un lado haciéndome un hueco en ella.

–Entra.– Le da un par de palmadas al colchón mientras me pasa su camiseta sabiendo que me gusta ponérmela.

–Voy.– Río levemente quitándome la camiseta y los pantalones y solo poniéndome su parte de arriba.

Me acerco despacio pero el chico no parece tener mucha paciencia porque se sienta, agarra mi cintura y me tira encima suyo.– ¡Oscar! Ten más cuidado.– Lo golpeo suavemente en el pecho.

–Sabes que tengo cuidado cuando se trata de ti y que nunca te haría daño.– Susurra en mi oído.

Intentando que no vea mi sonrojo escondo mi cara en el hueco de su cuello pero él solo ríe haciendo vibrar su pecho y acaricia mi pelo suavemente mientras se tumba en la cama conmigo encima.

–Durmamos un poco.– Murmura y noto como empiezo a dormitar hasta que solo siento un beso en mi frente.

(...)

–¡Lo sabía! ¡Héctor me debe 10 euros!– Despierto asustada cuando escucho ese grito y parece que Oscar despierta igual que yo por el movimiento que hace debajo mío.

Lamine y Pau acaban de entrar a mi habitación dando un portazo, el segundo parece feliz por ganar dinero pero mi hermano no tanto.

–¡Mierda!– Mi novio salta de la cama.– ¡Te juro que no me la he follado!

Mi hermano lo mira de arriba a abajo levantando una ceja sin decir nada. Cuando el portero se da cuenta de que está sin camiseta mira al rededor buscándola hasta que se da cuenta de que la tengo puesta. Lamine nos mira a los dos sin abrir la boca.

–Bueno... Puede que un poquito si.– Hace una mueca nerviosa.

–Oscar...– Murmura el moreno.

Miro a Pau quien parece totalmente entretenido y divertido por la situación.

–¿Si?– Pregunta sin saber que esperarse.

–Voy a matarte.– Murmura mi hermano y mi novio abre los ojos en grande.

–Mierda.– Me da un rápido beso en la frente y sale corriendo sin importarle estar sin camiseta.

Mi hermano va detrás suyo y el de ojos verdes se queda en mi habitación riéndose. Suspiro tirando mi cabeza en la almohada.

–Esto era lo que yo quería evitar.

One shots/ BarçaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora