Los amigos

1.La tienda./III/

-¿Qué pasa?- preguntó David.

-Vienen zombies- contestó Miley.

-Y no son pocos- dijo Abraham.

-Tendremos que salir del coche, e irnos a algún sitio- dijo Miley.

-Pero con las mochilas, no podremos ir muy deprisa- dijo Erik.

-Pues las tendremos que dejar en el coche- dijo Abraham.

-¡Tenemos que bajarnos ya!- gritó Miley.

Cuando bajaron, cerraron el coche y se fueron corriendo. Los zombies empezaron a ir un poco más deprisa detrás de ellos. Pero de pronto, aparecieron dos zombies.

-Me ocupo yo- dijo Miley.

Miley les cortó la cabeza, y siguieron adelante.

-Me encanta esta arma- dijo Miley.

-Nos estamos alejando del coche- dijo Abraham.

-Y aún siguen detrás nuestra, ¿y si los distraemos en el interior del bosque?- dijo Mickel.

-Vale- dijeron todos.

Se fueron al interior del bosque, pero aún seguían persiguiéndoles zombies.

-Mirar hay una casa, vamos para allá- dijo Miley.

Cuando llegaron, pidieron ayuda llamando a la puerta, y les abrió una señora mayor.

-Corred pasar- dijo la señora.

Cuando entraron, ella cerró la puerta.

-Muchas gracias por dejarnos entrar- dijeron todos.

Se dirigieron hacia el salón.

-Dejar las armas en la mesa- dijo ella.

-Vale- dijeron todos.

Afuera los zombies se morían, ya que tres personas que estaban en la planta de arriba, disparaban con rifles. Cuando mataron a todos bajaron.

-Esperad aquí- dijo la señora.

Ella fue a decirle a su familia que habían venido unos niños, y fueron otra vez al salón.

-¿De donde venís?- preguntó la señora.

-De Atlanta- contestó Miley.

-¿Y no traéis comida?- preguntó de nuevo ella.

-No pudimos cogerla, porque el coche se paró y venían zombies por atrás- contestó Abraham.

-¿Y cómo os llamáis?- preguntó un hombre mayor.

-Yo Miley y ellos Abraham, Mickel, Erik, David y Jorsh- contestó Miley.

-¿Y vosotros?- preguntó Erik.

-Yo Charlotte y ellos Benjamin, Tom, Aeryn y Ashley- contestó Charlotte (la señora de antes).

-¿Y nos podremos quedar con vosotros?- preguntó Miley.

-Claro, aún sois muy pequeños para ir por ahí solos- contestó Aeryn.

-¿Cuánta comida dejasteis en vuestro coche?- preguntó Tom.

-Unas 6 mochilas llenas de comida- contestó Abraham.

-Con eso y lo nuestro podríamos estar bien alimentados muchos días- dijo Benjamin.

-¿Sabéis manejar algún arma, tipo pistola, etc?- preguntó Tom.

-No- contestaron todos.

-Pues como mañana iba a enseñar a Ashley, también os enseño a vosotros- dijo Tom.

-Vale- dijeron todos.

-¿Vamos a por las mochilas ahora?- preguntó Benjamin.

-Pero no podremos con todas- dijo Aeryn.

-Si pesan poco, cogemos dos cada uno- dijo Tom.

-¿Y los niños?- preguntó Aeryn.

-Me quedo yo cuidándoles, tú tranquila- contestó Charlotte.

Cogieron sus armas, y salieron en silencio.

-Voy a hacer la comida, vosotros quedaros en el salón- dijo Charlotte.

-Vale- dijeron todos.

-¿Y cuántos años tenéis?- preguntó Ashley.

-Todos tenemos 12- contestaron ellos.

-Igual que yo- dijo Ashley.

-Y vosotros sois familia, amigos, vecinos...- dijo Miley.

-Somos familia, Charlotte y Benjamin son mis abuelos y Tom y Aeryn mis padres- dijo Ashley.

-Ah vale- dijo Miley.

-¿Y vuestra familia se transformó en caminantes?

-La mía si- dijo Jorsh.

-La nuestra no lo sabemos- dijeron los demás.

Mientras tanto fuera, no habían visto a ningún caminante. Cuando llegaron al coche lo abrieron.

-Aquí solo hay tres mochilas no seis- dijo Aeryn.

-Pero si en esta zona, que yo sepa ya no queda ninguna persona viva, excepto nosotros- dijo Benjamin.

-No sé, si hay gente, pero cojamos cada uno una mochila y marchémonos a casa- dijo Tom.

-Tendríamos que irnos ya, vienen algunos caminantes- dijo Aeryn.

Se fueron corriendo en dirección hacia la casa. Se encontraron a dos caminantes, pero no hizo falta usar la pistola, usaron el cuchillo. Al llegar, Charlotte les abrió y entraron.

-Solo había tres mochilas- dijo Tom.

-Pues habíamos dejado las seis- dijo Abraham.

-Entonces, ¿hay alguien más viviendo por esta zona?- preguntó Charlotte.

-Los más seguro, pero no sabemos si son buenos, ni cuántos son....- contestó Tom.

Cuando llegó la noche, todos se fueron a dormir menos Aeryn, que le tocaba hacer guardia.