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Después de esa noche no pasó nada más, ambos sabíamos que lo que hacíamos estaba mal, era jugar con fuego y alguien iba a salir lastimado.

Nuestras personalidades siempre fueron así, agua y fuego. Nos quemábamos y nos íbamos apagando, sacábamos lo peor del otro y sabíamos cómo lastimarnos.

Creo que eso nos ayudó a conocernos mejor; gracias a eso soy la primera persona a la que tus ojos buscan cuando alguien suspira o habla de Harry Potter. El cuerpo recuerda todo, y es por eso que ya no puedo oler el perfume que usabas sin volver en el tiempo, al preciso momento en que me diste un beso por primera vez.

Lo recuerdo como si hubiese sido ayer, los libros lo describen como fuegos artificiales, lo nuestro fue el maldito Big Bang. Tenías millones de galaxias dentro tuyo, algunas se apagaron con los años.

Sin embargo, en los días buenos, las estrellas se asoman en tus pestañas. ¿Para qué quiero la noche si me puedo perder en vos? ¿Para qué quiero viajar si me podés mandar a la luna con solo mirarme?

Hay muchas cosas que dejamos de hacer, lugares que dejamos de visitar, canciones que dejamos de escuchar, tenemos miedo de sentir en algunos lugares, tenemos miedo de tantas cosas, tantas pavadas, tantos recuerdos que vienen de golpe y se van en un suspiro... porque sabemos que nuestros cuerpos se acuerdan de todo.

Quizás es por eso que, cada vez que me arreglo, te sentás lo más lejos posible de mí.

Quizás es por eso que no sonreís tan a menudo.

Quizás es por eso que desvías la mirada cuando te busco entre tanta gente.

No confías en tus instintos. Yo tampoco.


25 Excusas [#Wattys2016]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora