⸻Sinopsis-( 👀 )-.
Cuando Sandra, una quinceañera desorganizada y con tendencia a procrastinar, decide embarcarse en un intercambio escolar a Estados Unidos, jamás imaginó que terminaría viviendo en Filadelfia, "la cuna de la democracia" (y no de la...
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⸻ 𝗣𝗶𝗻𝗲 𝗕𝗮𝗿𝗿𝗲𝗻𝘀, 𝗡𝗝 ⸻
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⸻ Walker's Pov —( 🐳 )—.
No sé si alguna vez habéis intentado mantener la compostura en un autobús escolar abarrotado, pero os aseguro que es un reto. Y más si, como yo, llevas una mochila que pesa como un muerto. Culpa de las «cosas imprescindibles» que eché a última hora, como la camiseta del Campamento Mestizo doblada a lo chapucero.
El plan era sencillo: subirme al bus, sentarme cerca de Sandra y empezar mi Operación Reconquista™ con pequeñas conversaciones casuales. Pero claro, nada sale como esperas cuando vas rezumando nerviosismo por todos los poros.
—¿Te ayudo, bro? —me ofreció Travis mientras yo intentaba meter la mochila en el portaequipajes.
—Nah, estoy bien —mentí, encajando a la fuerza la mochila, esperando que nada de lo que llevaba dentro se rompiese.
Apenas me di cuenta de que Sandra estaba una sentada, dos filas más allá. Perfecto. Entonces, en un alarde de valentía suprema, me acerqué, deseando que no percibiera mi sudoración ridícula.
—Hola, Sandra... —me acerqué, con cara de «no estoy muerto de nervios, solo un poco pálido»—. ¿Te... te importa si me siento...?
Ella giró la cabeza, sin mucho entusiasmo. Me soltó un «Ah, esto...» que me sonó a «No me hagas la vida más difícil». Pero, en el último segundo, su compañera —una chica que no conocía, con trenzas color violeta— recogió sus cosas y dijo que necesitaba cambiarse de asiento para sentarse con una amiga.
Nunca quise tanto a una desconocida.
—Eh... gracias —solté, casi sin aliento.
Me acomodé a su lado y jugué a colocar la mochila a mis pies, intentando no invadir su espacio vital (y esforzándome en no soltar un suspiro de ¡toma ya! demasiado evidente). Cuando el autobús arrancó, me atreví a romper el hielo:
—Oye... ¿qué tal todo? —comenté con una pequeña sonrisa.
Sandra alzó los hombros, sin despegar mucho la vista de la ventanilla.
