𝟢𝟤𝟢. Lost in the pines, found in the heart

184 25 18
                                    

⸻ 𝗣𝗶𝗻𝗲 𝗕𝗮𝗿𝗿𝗲𝗻𝘀, 𝗡𝗝 ⸻

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

⸻ 𝗣𝗶𝗻𝗲 𝗕𝗮𝗿𝗿𝗲𝗻𝘀, 𝗡𝗝 ⸻

⸻ 𝗣𝗶𝗻𝗲 𝗕𝗮𝗿𝗿𝗲𝗻𝘀, 𝗡𝗝 ⸻

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Walker's Pov —( 🐳 )—.

Me desperté el segundo día de acampada sintiendo que alguien me había pasado por encima con un tractor emocional.

O un minotauro en ropa interior.

Sí, había soñado que salvaba a Sandra de un monstruo mitológico.

Lo primero que hice al abrir los ojos fue comprobar que Sandra seguía ahí, a apenas medio metro de distancia, en su saco. Ella dormía hecha un ovillo, con la camiseta naranja del Campamento Mestizo medio arrugada, y el pelo revuelto dándole un aire dulce y a la vez caótico.

Tragué saliva: ya me conocía esa sensación de querer abrazarla y pedir perdón por todos los males del mundo. Pero no quería parecer un acosador. Irónicamente, me quede mirando como el idiota que soy su cara de dormida.

Mientras recordaba las actividades del día, Sandra se removió y abrió los ojos con lentitud. Cuando nuestras miradas chocaron, sentí un cosquilleo en la nuca que me disparó las pulsaciones.

Ella, sin decir nada, me dedicó un movimiento de cabeza, como un saludo escueto de «buenos días». Intenté responderle con una sonrisa. No sé si me salió más una mueca que otra cosa, pero al menos no huyó de la tienda.

—Buenos días... —me atreví a decir, con la voz más ronca de lo normal.

—Buenos días —musitó ella, sentándose para acomodar su pelo.

Se frotó los ojos, y yo aproveché para atar mis cordones y desperezarme. Me habría encantado soltarle algo gracioso, algo que rompiera la tensión, pero me pudo la timidez.

Al final, opté por salir de la tienda mientras Sandra terminaba de arreglarse, dejando que fuera ella quien marcara la distancia.

Una vez fuera, respiré profundamente: el aire fresco del bosque me golpeó el rostro, y observé a mi alrededor cómo el campamento se iba despertando poco a poco. La gente salía de otras tiendas, bostezos por doquier, algún profesor que se quejaba del café malo... Un panorama de zombis matinales, salvo por Sabrina, que ya estaba luciendo una trenza imposible y repartiendo comentarios sarcásticos a diestro y siniestro.

𝙊𝙤𝙥𝙨! 𝙀𝙭𝙘𝙝𝙖𝙣𝙜𝙚 // 𝙒𝙖𝙡𝙠𝙚𝙧 𝙎𝙘𝙤𝙗𝙚𝙡𝙡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora