Los ojos de la suicida brillaban, a punto de llorar, rojos, vivaces, embelesados y totalmente embriagados por la miranda contraria. Aquel solo la observaba con las pupilas dilatadas y hambrientas.
─Seamos normales, compremos alcohol, nos escapemos de casa, veamos una mala película...
─Te amo ─dijo el psicópata abruptamente.
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Un psicópata y una suicida
Poetry─Vamos, bebe ─dijo el psicópata mirando a la suicida con los ojos grandes, expectantes y ruines. Brillando, mientras la pálida luz de la luna iluminaba la habitación─ ¡Golpeame hasta que tus nudillos sangren! Me permito romper el esquema de "El...