─Parece que realmente lo entendiste ¿eh? ─dijo Clyde, dejando escapar una pequeña risa─ Ven conmigo, y déjame entrar en tu mente otra vez. Evitarme no va a funcionar, bebe; porque te controlo, y haces todo lo que digo, como lo hicistes y lo harás.
Ella le miro, quieta, sin hacer ninguna mueca ni ruido. En ese instante pensó en que un nuevo corte no le vendría mal.
─ Entra al auto.
ESTÁS LEYENDO
Un psicópata y una suicida
Poésie─Vamos, bebe ─dijo el psicópata mirando a la suicida con los ojos grandes, expectantes y ruines. Brillando, mientras la pálida luz de la luna iluminaba la habitación─ ¡Golpeame hasta que tus nudillos sangren! Me permito romper el esquema de "El...