Capitulo 1

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El despertador sonó esa mañana. Amber, se movió un poco en la cama para luego sentarce en ella y comenzar a refregance los, hinchados, ojos. Posó los pies en el suelo y, de mala gana, se paró y caminó a su armario.

La mañana era cálida y húmeda, así que optó por un remerón, que le llegaba hasta tres dedos por debajo de la mitad del muslo, y unos zapatos con plataforma.

Se metió en la ducha dejando que las gotas de agua tibia cubran su cuerpo.

Al salir de ella, ya con su ropa puesta, cepilló su cabello dejándolo suelto y luego bajó a desayunar.

-hola Amber- dijo Shay, su hermanastra, quien en ese momento estaba concentrada en el televisor bebiendo su café-

—hola —reapondió esta

—mi mamá se está duchando y tu padre salió al trabajo temprano —habló la morena ya prestándole mas atención a Amber que al chico del noticiero

—genial, iré a la escuela, adiós—

Sin más palabras que decir, Amber tomó su bolso y comenzó a caminar hacia la casa de Noah.

—hola, ven pasa —la recibió la rubia dejándola entrar a la casa —Amber, mi hermano no tarda en bajar, espera aquí un minuto —dicho esto la chica salió disparada hacia las escaleras para luego subir a gritarle a su hermano

Niall bajaba sonriente pero adormilado. Su mochila colgada de un sólo hombro. Llegó a la planta baja y saludó a su madre a su hermana y por último saludó a Amber depositando un sonoro y lento beso en su mejilla la cual, junto con la otra, se tornó de un color rojo carmín.

—¿vamos?— preguntó Niall con una sonrisa en su rostro

—claro —le respondió Noah

El transcurso de la casa a la ecuela transcurría lento y aburrido. Nadie decía una sola paralabra debido a que el sueño los dejaba sin ganas de nada. Finalmente Noah decidió hablar.

—este año quiero ir a tu cumpleaños Amber, realmente nunca puedo y ya estoy cansada de eso —

—¿asi que estas diciendo que porque yo también cumplo años el 13 de Septiembre arruina tus planes? —cuestionó Niall—

—solo digo que tu y Amber podrían festejar su cumpleaños juntos — le respondio Noah

—eso no estaría nada mal —dijo Niall —¿qué dices Amber? —

—estaría bien— siseó, apaneas oible y de cabeza baja, Amber

Amber nunca consideró muy buena la idea de hablar continuamente con el hermano de su mejor amiga. Al estar en frente de él los nervios la devoraban por dentro y sus palabras solían ser escasas y de tono bajo. Para ella era mejor mantenerse callada así no pasaba males momentos.

Al llegar a la escuela Noah y Amber se acercaron a sus casilleros para recojer sus libros y mirar sus horarios. Para Amber los Miércoles a primeras horas eran fatales. Ciencias eran las primeras horas que ella tenía, su problema no era la materia, al contrario, ciencias, era su materia preferida. . . . el problema estaba en el compañero de banco: Niall.

Entró al aula y ahí estaba él, sentado observando los frascos y los líquidos de llamativos colores que estaban sobre el banco. Amber, armada de valor, se sentó intentado de no pasar vergüenza.

segundos » n.hDonde viven las historias. Descúbrelo ahora