La luz del sol se filtraba a través de la ventana del hospital, iluminando el rostro de Mateo. Pero él no se sentía iluminado. Se sentía cansado, débil y abrumado por la lucha contra su cáncer.
Miranda se despertó a su lado, preocupada por su estado.
—¿Cómo te sientes hoy? —preguntó, su voz suave y cariñosa.
Mateo se encogió de hombros, intentando sonreír.
—Estoy bien —dijo—. Solo un poco cansado.
Miranda asintió, sabiendo que Mateo no estaba bien. Le preparó un desayuno ligero y le ayudó a levantarse de la cama.
—Hoy es un día importante —dijo Mateo, mientras se vestía—. Tengo una cita con el médico para hablar sobre mi tratamiento.
Miranda asintió, tomándole la mano.
—Estoy aquí para ti —dijo—. No importa lo que pase.
Mateo sonrió, sintiendo una oleada de gratitud hacia Miranda.
—Gracias —dijo—. No sé qué haría sin ti.
Miranda sonrió a su vez, besándolo suavemente en la mejilla.
—Nunca tendrás que encontrarlo —dijo—. Estoy aquí para ti, siempre.
Mateo y Miranda se dirigieron al hospital, preparados para enfrentar lo que viniera. Pero Mateo no podía evitar sentir una sensación de ansiedad y miedo. ¿Qué diría el médico? ¿Estaba su cáncer avanzando?
La espera en la sala de espera fue interminable. Mateo se sentía cada vez más ansioso, y Miranda intentaba calmarlo con palabras suaves y cariñosas.
Finalmente, el médico los llamó. Mateo se levantó, sintiendo una sensación de temor en su corazón.
—¿Qué pasa? —preguntó, mientras se sentaba en la silla del consultorio.
El médico se inclinó hacia adelante, su rostro serio.
—Mateo, tenemos que hablar sobre tu tratamiento —dijo—. Los resultados de tus análisis no son buenos.
Mateo se sintió como si hubiera recibido un golpe en el estómago. ¿Qué significaba eso? ¿Estaba su cáncer avanzando?
Miranda se acercó a él, tomándole la mano.
—¿Qué significa eso? —preguntó, su voz llena de preocupación.
El médico se encogió de hombros.
—Significa que tenemos que cambiar tu tratamiento —dijo—. Necesitamos intentar algo nuevo.
Mateo se sintió abrumado. ¿Qué significaba eso para su futuro? ¿Podría superar su cáncer?
Pero entonces miró a Miranda, y supo que no estaba solo. Ella estaría allí para él, siempre.

ESTÁS LEYENDO
Mas fuerte que la enfermedad
Fantasía"Un amor que trasciende la enfermedad y la muerte, un vínculo eterno que une dos corazones en una danza infinita de pasión y devoción. Un deseo de amar sin límites, de sentir el calor de la piel del ser amado, de escuchar el latido de su corazón y d...