Oliver
El estar de vuelta en esta casa me hace enfermar o alguien me está haciendo algún hechizo porque ayer no pude asistir a la escuela de lo mal que me sentía, Sara dice que fue solo una simple diarrea, pero eso no tenía nada de simple, no salí del baño como por 2 horas y volvía a el cada hora, lo bueno es que ya pude recuperarme y estoy acomodando mis cosas para irme al colegio.-¿Seguro que ya te sientes bien?.- pregunta Sara sentada en el sillón.
-Si tranquila, lo tengo todo bajo control.- contesto-Está bien, pero si te sientes mal te regresas a casa o vas conmigo al hospital, ¿de acuerdo?
-Si, lo prometo, tu ve tranquila al trabajo.- me acerco a ella y le doy un beso en la frente.
-Ten un bonito día Oli.
Salgo de casa camino al colegio y antes de dar vuelta a la derecha puedo ver a lo lejos una pequeña chica caminando en mi dirección, por su expresión en la cara puedo notar que no durmió bien, unas pequeñas bolsas debajo de sus bonitos ojos la delatan, trae puesto unos pantalones anchos, con una sudadera gris que hace juego con sus tenis, carga su mochila en su hombro derecho, va con la mirada un poco abajo.
-Lia, buenos días-. Saludo cuando está casi llegando a la esquina de la acera de enfrente.
Parece sorprenderse por mi inesperado saludo y levanta su cabeza un poco asustada.
-Hola Oliver, buen día.- gira a la derecha por la otra acera sin decir más.
Yo me cruzo inmediatamente para alcanzarle el paso.
-Y... ¿cómo estás?.- preguntó cuando voy caminando a la par de ella.
-Bien, ¿tú cómo estás?.- responde
-Un poco enfermo, ayer ya ni siquiera pude asistir a clases, pero ya estoy como nuevo.
-Que bien que ya... estés como nuevo.- dice y una pequeña sonrisa se escapa de sus labios.
-Gracias, ¿crees que puedas pasarme los apuntes de las clases de ayer? La verdad no quiero atrasarme con nada en el curso.
-Claro llegando al colegio te presto mis cuadernos.
Seguimos caminando en silencio hasta llegar a la entrada del colegio donde me está esperando Dante.
-Hola Lía.- saluda mi amigo.
-Que tal Dante.
Dante me lanza una mirada pícara y se que el resto del día seré molestado por el.
-Bueno hay que entrar que no tardan en dar el timbre, vamos chicos.- Dante nos guía hasta el salón.
Todos tomamos asiento en nuestros respectivos lugares y Lía saca de su mochila un cuaderno rojo que me pasa por encima de la mesa.
-Aquí está todo lo que necesitas copear de las clases de ayer.
-Perfecto, muchas gracias en verdad.- me pongo a copear lo más rápido posible antes de que entre la maestra.
El resto del día la pasamos bastante ocupados con las clases, no tuvimos ni tiempo de un descanso hasta la hora de salida, apenas comenzó el curso y los profesores no quieren perder el tiempo dejando exposiciones y pequeñas evaluaciones que nos irán haciendo durante todo el curso, esto es tan horrible.
-Tu no pierdes el tiempo ¿verdad?.- pregunta Dante sentado en la jardinera de la entrada cuando me acerco a el.
-¿De qué estás hablando?.- se perfectamente de qué está hablando.
-No te hagas Oliver, ¿ahora acompañarás a Lía todos los días como su guardaespaldas?.- dice en un tono juguetón.
-Pues si ella me lo permite, si, lo haré.- digo firmemente.
Y antes de que empecemos a caminar hacia nuestras casas, una camioneta negra bastante cara y llamativa se estaciona justo en la salida de colegio, de ella baja un chico realmente atractivo, muy alto y de buen vestir, pero eso no fue lo que más me sorprendió, no, lo que pasó a continuación me dejó sorprendido y debo de admitir que un poco celoso, Lía se acerca al chico misterioso y se saludan en un abrazo, se quedan platicando unos segundos y pareciera que estuviera buscando a alguien, su mirada se encuentra con la mía por unos segundos e inmediatamente se desvía en busca de ese algo, o alguien.
-Yo conozco a ese chico.- dice Dante a mi lado.
-¿Qué?, ¿de verdad?, ¿de dónde?.-preguntó ahora muy interesado en saber quién es el.
-Si, hace unos días fui a visitar a mi abuelo al hospital donde trabaja Sara y chocamos en el pasillo, me sentí muy avergonzado porque no me di cuenta que es ciego y casi me pongo a pelar ahí, seguimos coincidiendo más días pero no se mucho de él solo lo saludo.
-¿Crees que sean cercanos?, ¿o amigos?.- pregunto sin dejar de ver cómo se suben los dos a la camioneta y se van.
-La verdad no tengo idea, tal vez si sean muy cercanos, no cualquiera se sube así a la camioneta de alguien, con esa confianza.-Dante me agarra por los hombros para guiarnos fuera del colegio.
Llego a casa sin dejar de pensar en ese chico, ¿será que Lia si tiene un amigo? O será que... ¿es su novio?, la curiosidad me carcome toda la tarde hasta que escucho la puerta anunciando que Sara a llegado.
-¿Cómo estuvo tu día?, estás muy pensativo.- pregunta.
-Bien, algo tedioso pero... ¿de casualidad en el hospital conoces a un chico ciego, alto y que parece modelo?.- preguntó ya sin más.
-¿Qué?.- Sara pregunta sorprendida.
-Si, bueno tal vez te lo hayas encontrado alguna vez ¿no?
-Oliver sabes la cantidad de personas que veo a diario en ese lugar, como me preguntas por alguien en específico niño tonto.- dice y se levanta del comedor.
-Tienes razón, lo siento.- digo derrotado y me dejo caer en el sillón de la sala.
Sara se deja caer a mi lado y los dos nos quedamos viendo hacia el techo de nuestra sala.
No hace más preguntas y se lo agradezco, me siento un tonto por querer saber de él, tal vez si lo admito, estoy celoso, pero no tengo porque apresurarme, tal vez solo son amigos y ya está.
A.Hernández 🥀

ESTÁS LEYENDO
El adiós, si es para siempre
Teen Fiction"Necesito sentirme feliz estando sola, quiero ser feliz por las noches, cuando todos duermen y estoy solo yo, dejar de sobre pensar todo, es horrible ser únicamente feliz cuando alguien que no soy yo lo provoca". Lia 🌻