MUERTE DE PLUTON

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Una mañana a completa sangre fria, le puse un nudo corredizo alrededor del cuello y lo colgué de una rama de un arbol; lo ahorque con los ojos arrasados en lágrimas, experimentando el mas amargo remordimiento en el corazon; lo ahorque porque me constaba que me había amado y porque sentía que no me hubiese dado ningún motivo de colera; lo ahorque porque sabia que haciéndolo así cometía un pecado, un pecado mortal que comprometía mi alma inmortal, al punto de colocarla, si tal cosa es posible, fuera de la misericordia infinita del dios misericordioso y terrible.

EL GATO NEGRODonde viven las historias. Descúbrelo ahora