HERRAMIENTA

0 0 0
                                    

El amanecer trajo consigo un aire de incertidumbre que no podía ignorar. Aún tenía en la mente la calidez de Dereck y el consejo de la nana, pero algo dentro de mí seguía inquieto. Al llegar a la escuela esa mañana, el ambiente era diferente, como si un secreto oscuro flotara en el aire.

Mientras me dirigía al aula, Blake apareció de la nada. Su rostro estaba sombrío, y sus ojos evitaban los míos. Me detuvo antes de que pudiera avanzar.

—Abril, necesitamos hablar —dijo, su voz baja y cargada de tensión.

—¿Ahora te acuerdas de mí? —repliqué, cruzando los brazos—. Después de semanas de ignorarme, ¿qué quieres?

Blake suspiró y miró a su alrededor, asegurándose de que nadie estuviera escuchando.

—Esto no es algo que pueda ignorar. Necesito tu ayuda.

Fruncí el ceño. Él nunca había sido así de críptico.

—Habla claro, Blake. ¿Qué está pasando?

—Hay algo grande en camino. Una oportunidad, pero también un peligro. Estoy metido en algo... complicado —dijo, bajando la voz—. Un grupo planea robar un banco, y no puedo salir sin que me involucren más de lo que ya estoy.

Sentí que el suelo se tambaleaba bajo mis pies.

—¿Qué? ¿Estás loco? ¿Por qué te metiste en algo así? —Mi voz se alzó, pero él puso una mano en mi brazo para calmarme.

—No tuve elección. Al principio eran solo rumores, y antes de darme cuenta, estaba dentro. Pero hay algo más... alguien te mencionó.

El aire pareció congelarse.

—¿A mí? ¿Qué tengo que ver con esto?

—El líder del grupo, un hombre llamado Víctor, sabe algo sobre tus padres. Tiene información que no debería tener, y está usando eso para manipularme. Dice que si no coopero, tú podrías salir perjudicada. Además, quiere que tú participes en el golpe.

La rabia explotó en mi interior.

—Esto es una locura, Blake. No solo me ignoras durante semanas, sino que ahora me arrastras a algo tan peligroso. No pienso involucrarme en tus errores.

—Abril, escucha —dijo, suplicante—. No quiero esto para ti, pero si no lo hacemos, podría ser peor.

Nos miramos en silencio, una batalla de emociones cruzando entre nosotros. Finalmente, aparté la mirada.

Esa noche, después de la cena, me dirigí a la sala donde Dereck y la nana estaban conversando. Decidí contarles todo lo que Blake me había confesado. Mientras hablaba, podía sentir cómo la atmósfera en la habitación se volvía más densa con cada palabra.

—Esto no puede ser verdad —murmuró Dereck, sus ojos centelleaban con furia contenida—. ¿Cómo se atreve ese tipo a amenazarte? ¿A meterte en algo tan peligroso?

—Hijo —intervino la nana, poniendo una mano en su hombro—, sabemos que esta situación es delicada, pero debemos pensar con claridad. Si ese hombre realmente tiene información sobre los padres de Abril, podríamos aprovechar eso para obtener respuestas.

—Eso no importa ahora, nana —cortó Dereck, mirándome directamente—. Abril, escúchame. No voy a permitir que te involucres en esto, sin importar lo que diga Víctor.

—Pero si no lo hago, podría empeorar las cosas para Blake y para nosotros —repliqué, intentando mantener la calma—. Además, si Víctor sabe algo sobre nuestros padres, no podemos simplemente ignorarlo.

Dereck apretó los dientes, claramente luchando con sus emociones. Finalmente, se volvió hacia la nana.

—¿Tienes alguna idea de cómo manejar esto sin poner a Abril en peligro?

La nana asintió lentamente.

—Podríamos vigilar de cerca los movimientos de Víctor. Necesitamos tiempo para entender quién es, qué busca realmente y cómo detenerlo antes de que algo peor ocurra. Abril no debe enfrentarlo directamente.

—¿Y Blake? —pregunté, con la voz quebrada—. No puedo abandonarlo.

—Blake eligió su camino —dijo Dereck con frialdad—. Pero si quiere nuestra ayuda, tendrá que ganársela. No podemos arriesgarnos sin una estrategia.

La conversación fue interrumpida por un mensaje en mi teléfono. Era de un número desconocido: "Espero verte pronto, Abril. Tu participación es clave." Sentí que un escalofrío recorría mi cuerpo. Miré a Dereck y le mostré el mensaje.

—Esto no va a terminar bien —dijo Dereck, su rostro endurecido—. Pero te prometo algo, Abril: no permitiré que ese hombre te use como una herramienta.

Esa noche, mientras intentaba dormir, mi mente no dejaba de girar en torno a la amenaza de Víctor. Sabía que Dereck haría todo lo posible por protegerme, pero también sabía que este era solo el comienzo de algo mucho más grande y peligroso. Y en el fondo, tenía un presentimiento inquietante: la única manera de salir de esto sería enfrentarlo directamente.

Somos IntantesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora