Después de la muerte de mis padres, Dereck comenzó a criarme como si fuera su hija, aunque ambos sabíamos que la verdad era distinta. Con el tiempo, él decidió adoptarme legalmente, cambiando mi nombre a Abril Savanovks, dejando atrás el que mis padres me habían dado: Lee Ha-Neul.
Regresar a la casa de mis padres era demasiado doloroso para ambos, así que me mudé a la casa de Dereck, que desde ese momento se convirtió en mi hogar. Allí crecí, y aunque intentábamos seguir adelante, había momentos en los que el pasado era imposible de ignorar. Cada vez que Dereck me miraba fijamente, decía:
—Te pareces tanto a tu madre... Eres su retrato vivo y andando.
A veces me quedaba pensando en cómo habría sido mi vida si aquel día no hubiéramos ido al zoológico. Odiaba ese día con toda mi alma. Más aún porque coincidía con mi cumpleaños, el día en el que lo perdí todo.
En la escuela, Dereck y yo siempre intentábamos mantener un perfil bajo. Evitábamos llamar la atención de los directivos, los padres y los alumnos. Cada vez que alguien intentaba acercarse a mí para entablar amistad, me alejaba casi de inmediato. Tenía miedo de encariñarme y perderlos también, como había perdido a mis padres.
Desde que me mudé con Dereck, él se preocupó no solo por mi educación escolar, sino también por enseñarme a defenderme. Todas las tardes, un entrenador personal venía a casa para enseñarme karate y jiu-jitsu. Aunque al principio no entendía por qué era tan necesario, con el tiempo aprendí a valorar esas lecciones.
Todo parecía estar en orden hasta que comenzaron los rumores. Muchas personas se daban cuenta de que Dereck y yo no teníamos ningún parecido físico. Para evitar problemas, inventamos una historia:
—La madre de Abril murió poco después de que ella naciera. El parto fue muy complicado, y desde entonces hemos estado solos.
Al principio, esta versión parecía convencer a todos. Pero eso cambió con la llegada de la primera novia de Dereck. Ella, sin ningún derecho, comenzó a revelar fragmentos de mi verdadera historia. Decía que mis padres habían sido mafiosos y que yo no era realmente hija de Dereck. Aunque tenía razón, no era su lugar para contarlo, y su intromisión hizo nuestra vida más complicada.
Una noche, después de un altercado con aquella mujer, Dereck me despertó apresuradamente. La luz tenue de la lámpara de mi habitación iluminaba su rostro cansado y preocupado.
—Levántate, Abril. Tenemos que irnos.
No entendía qué estaba pasando, pero su tono no dejaba lugar a dudas. Me vestí rápidamente mientras él metía algunas de mis cosas en una maleta pequeña. Afuera, los motores de varios autos rugían, y al asomarme por la ventana, vi a los guardaespaldas en posición, algunos armados.
—¿Qué sucede, Dereck? —pregunté con un nudo en la garganta.
—Nos descubrieron. Esa mujer habló más de la cuenta, y ahora saben quién eres. No tenemos tiempo, vamos.
Los siguientes minutos fueron un caos. Dereck me tomó de la mano y me llevó al auto, mientras uno de sus hombres cubría la puerta principal. Recuerdo los gritos, las órdenes rápidas y el sonido de disparos a lo lejos.
Salimos a toda velocidad, con un convoy de vehículos protegiéndonos. Dereck conducía con determinación, sus ojos clavados en la carretera. Yo apenas podía respirar. Miraba hacia atrás constantemente, esperando que nadie nos siguiera.
Finalmente, después de horas de conducir, llegamos a una nueva ciudad. Nos instalamos en una casa grande, más segura, con muros altos y un equipo completo de seguridad. Aunque había dejado atrás el peligro inmediato, sabía que mi vida nunca volvería a ser completamente tranquila.
En esta nueva vida, los guardaespaldas se convirtieron en algo más que simples empleados: eran mi nueva familia. A pesar de todo, Dereck y yo intentábamos seguir adelante, encontrando nuestra forma de construir algo parecido a una vida normal.

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Somos Intantes
RandomElla es una joven, la cual es tímida, pero todo dará un giro inesperado cuando llegue el a la secundaria