𝖙𝖜𝖔 𝖌𝖍𝖔𝖘𝖙𝖘

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Cada hora que pasaba era más compleja de soportar, el tiempo era hostigante y se sentía como si apretara su cuello y le impidiera respirar con éxito, su visión era cada vez más nublada, y su cerebro pedía a gritos un descanso, además, cualquier tipo de balance que pudiera mantener entre su salud física y emocional se había desvanecido, no se sentía bien y no sabía cómo remediar eso.

Debido a su estado, logró obtener el permiso para ir a su casa más temprano, tenía mucho trabajo que hacer pero de nada servía intentar elaborarlo si lo haría mal, eso no tenía sentido, y se negaba a realizar de manera incorrecta su trabajo.

Cuando llegó a su casa, no esperó a acostarse con su gatito, vio una película, e intentó dormir, pero no pudo, sus ojos se cerraban, y a pesar del cansancio que sentía, no lograba caer en el sueño que tanto ansiaba.

Empezó a pensar, e indagar en sus emociones, era lo que le quedaba por hacer, tratar de entenderse a sí mismo, y por supuesto, en ese proceso, se cruzó Louis.

Se dió cuenta de la cobardía que sentía por aquel ojiazul que logró conquistarlo con su personalidad tan misteriosa y maravillosa a la vez, estaba tan enamorado de él que lo podía ver como un ser increíble y único que no lograba alcanzar, como si estuviera tan lejos de su proyección, y cuando al fin logró tenerlo en sus brazos, lo perdió tan rápido como la velocidad de la luz, y sentía un amargo sentimiento al recordar eso.

No se dió cuenta de que Niall había entrado a su casa repentinamente. Le había dado una copia de llaves al rubio hace tiempo, pero nunca la usaba realmente, porque según Niall, si la usaba, sufría el riesgo de encontrar a Harry en una situación íntima, que prefería evitar, el rizado agradecía que tuviera en cuenta su privacidad, pero creía que su amigo realmente exageraba un poco a veces respecto a eso.

—Hazza, ¿Cómo estás? —Niall se sentó junto a él en la cama, dándole suaves y agradables caricias en los rizos—. Estás ardiendo de fiebre, ¿Tomaste algún medicamento?

—No… —Harry no sentía la fiebre, todo lo contrario, sentía mucho frío, tanto que podía ser exagerado—. Sabes que no me gustan las medicinas.

—Lo sé, pero creo que las necesitas, te ves muy mal y enfermo. —Negó Niall, buscando en su mochila, pronto encontró lo que necesitaba—. Tomate está pastilla, por favor.

—¿Por qué trajiste esa mochila? —Preguntó Harry, tratando de ignorar la pastilla que su mejor amigo le estaba tendiendo.

—Nuestro querido jefe finalmente recordó que somos amigos, así que me dijo que podíamos tomarnos esta semana libre debido a cómo estabas, y que quería que yo solo me encargará de cuidarte. Así que en esta mochila están mis cosas para pasar los días aquí, puedo dormir en la sala. —Se encogió de hombros y tomó un vaso de agua, que Harry tenía en la mesa cercana a la cama para no deshidratarse—. Ahora, no me cambies el tema y tomate la pastilla.

Harry bufó, pero supo rápidamente que no podía insistir, Niall lo obligaría de cualquier modo, así que con un poco de esfuerzo, se sentó en su cama, y con desagrado ingirió la pastilla, esperando que eso pudiera aliviar aunque sea una mínima parte de su malestar, que se sentía más emocional que físico.

—¿Feliz? —Cuestionó Harry tras tomarse la pastilla, no dudo en volver a acostarse en su cama y acurrucarse—. De todos modos, estás exagerando, solo tengo un resfriado.

—No, Hazza, esto es más que un resfriado o una simple gripe. —Dijo Niall, conociendo a su amigo sumamente bien—. Algo sucedió con Louis, ¿No es así?

Harry dudó en decirle a Niall, no quería que el rubio se asustara o algo parecido, pero también estaba la opción de que lo descubriría en algún momento, y es que por una parte, el rizado era muy malo para disimular, y por otro lado, Niall conocía tan bien a Harry que podía saber fácilmente cuando le estaba ocultando algo.

Devil's Advocate | L.SDonde viven las historias. Descúbrelo ahora