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Punto de vista de Shizuka.

La persona que me había tenido encarcelada mentalmente iba y venía, normalmente lo hace sin avisar y cuando lo hace es por que me trata de 'proteger del dolor'. Aunque no sé sus verdaderas intenciones conmigo; es obvio que no es sólo para protegerme del dolor.

Después de que sintiera que las partes puestas en mí se habían acostumbrado a mi cuerpo, ama me bañó.

Era el primer baño que tomaba en semanas.

Fue en una tina oxidada y me bañaba a cubetazos. Veía como el agua cristalina que contenía la cubeta al salir de mi cuerpo se convertía en un siniestro color rosa oscuro.

"Ese cabello tan largo tuyo no te va a beneficiar en el juego de hoy." Me dijo ama.

Cepilló mi cabello y lo cortó. No me había dado cuenta, pero que yo recordara mi cabello era de un negro oscuro... No un rubio platino.

Me di cuenta del extraño color una vez que los trozos de cabello que cortó ama fueron echados a la basura.

Una vez que terminó, ella me secó y me cambió de ropa.

Era un bello vestido que me llegaba encima de las rodillas de un color negro oscuro y encajes de color plata. Lo único raro era el agujero que tenía en la parte inferior de la espalda. Después, me puso una gargantilla de listón negro con un cascabel de plata.

"Hoy harás orgullosa a mamá de nuevo." Ella me dijo. Me puso unos brazaletes con cadenas y me llevó caminando hacia otro lugar.

Ama abrió otra puerta y prendió una antorcha. El lugar era muy oscuro y húmedo, pero nunca me quejé.

"¿Cuál decías que era tú nombre?" Me preguntó ama.

"Shizuka, ama."

"Hmm... No, no. No te pueden llamar por ese nombre... Te llamaras... ¡Tora! ¡Sí, sí, cómo el tigre!" Me sentí muy alegre por tener un nuevo nombre.

"Tora..." Murmuré.

"Muy bien. ¿Cuántos años tienes, Tora?"

"Cinco y medio, ama."

"¿En serio? ¿Cuándo es tú cumpleaños?" Dijo con indiferencia.

"El diez de Octubre, ama." Le respondí alegremente

"Muy bien." Y ahí había terminado nuestra plática.

Después de caminar por mucho tiempo, llegamos a unas vías, y en ellas estaban unos carritos mineros abandonados. Ama me indicó que me subiera en uno de ellos y ella también se subió. Ama jaló de una cuerda que estaba en uno de los costados y empujó una manija hacia adelante. El carrito prendió unas luces y se puso a andar a una velocidad muy rápida.

"¿Cómo funciona esto, ama?" Le pregunté, curiosa. Ama rió un poco.

"Verás, si jalas de la cuerda pondrás en marcha las luces y el tanque de gas posicionado debajo del carrito y si mueves la manija a la dirección que quieres ir, el tanque de gas girará para que puedes avanzar hacia donde giraste la manija. Para parar, jalas la cuerda de nuevo. Simple ¿Cierto?" No dije nada, sólo asentí y me quedé callada todo el viaje.

Seguimos en el carrito hasta que ama jaló la cuerda de nuevo y páramos en frente de otra puerta blanca. Ama la abrió y me indicó que entrara.

El cuarto era amplio y tenía dos puertas con rejillas para poder ver.

"Lo que vas a ver a través de ésta pared es lo que tú tienes que hacer." Dijo ama.

Me acerqué a la rejilla más baja y de puntitas pude ver qué había detrás de la puerta. Era un auditorio con muchas personas y lo que veía en frente de mí era un escenario con dos personas; una de ellas estaba atada de manos y boca, mientras que la otra tenía un cuchillo en mano; y un estante con diferentes tipos de armas de cuerpo a cuerpo.

El gato de sonrisa descompuesta (Detenida)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora