Catorce años después
Punto de vista de Shizuka.
La rutina que llevé durante esos años era simple.
En la mañana, ama me quitaba las cadenas y curaba mis heridas. Después, me vestía con un nuevo traje y si mi cabello estaba muy largo me lo cortaba, una vez que ama terminaba me llevaba al escenario y tenía nuevas y malas personas que matar.
Siempre salía victoriosa, incluso si algunos de ellos agarraban un arma.
Ama me hacía entrar a la habitación de premios cada vez que la hacía orgullosa y me ataba las manos con cadenas.
Mi premio tenía, igualmente, un sistema sencillo; se basaba en cuántas personas mataba y cuántas veces las apuñalaba.
Por ejemplo; si mataba a tres personas, el látigo iba a tener tres cuerdas y si a cada una de las personas le di tres apuñaladas, entonces me tocarían nueve azotes. En resumen; nueve azotes con tres cuerdas, ¿Ahora comprenden?
Cuando el premio terminaba, ama me dejaba dormir de esa manera.
A parte de eso, ama era buena mamá conmigo.
Cuando ya no cabía en el sillón de ama, ella me dio mi cuarto con una cama de verdad.
Los días que no tenía que matar a nadie, ama solía enseñarme a leer y, si me portaba bien, salía para ir a comprarme juguetes; como muñecas, peluches o dagas bonitas.
A lo largo de los años, mis pechos crecieron mucho y ama me explicó que eso pasaba por que estaba creciendo y que de esa manera ella puede 'sacar más provecho de mí', a pesar de que no sepa qué signifique eso.
Hoy ama me puso un vestido con menos tela de lo normal y había puesto más atención a mis cicatrices y heridas.
"Ama, ¿Hoy tengo que matar a alguien?" Pregunté.
"No, hoy vas a complacer un cliente que me ofreció muchas cosas a cambio de tí." Contuve mi respiración.
"¿Eso quiere decir que yo ya no voy a ver a ama?" Ama rió un poco.
"No, no. Si eres buena niña, el señor que vas a ver te hará sentir bien."
¿Me hará sentir... Bien?
No comprendía qué significaba eso, pero decidí callarme, ya que sabía que a ama no le gustan las preguntas.
"Espera en tú cuarto, él llegará pronto." Dijo ama, para después retirarse de mi cuarto.
¿'Él'? ¿Pero quién?
Me senté en mi cama y apoyé mis codos en ella. Tarareaba una alegre canción cuyos orígenes desconocía.
De pronto, la puerta se abrió. Olí el aire un par de veces y me percaté de que no era ama. Me levanté de la cama y miré hacia la puerta. De ella, había entrado un hombre de quizás unos veinte años, con músculos marcados, cabello rojizo y ojos negros. Su tez era blanca como la porcelana de mis muñecas y en su rostro no mostraba más que locura y otra cosa que no pude descifrar.
"Supongo que Cuarenta y Dos te habló de mí." Dijo el extraño. Yo afirmé con la cabeza. El extraño posó una media sonrisa. "Mi nombre es Seis." Yo le sonreí.
"Yo soy Tora." Incliné mí cabeza a un lado. "¿A qué has venido? ¿Vienes a jugar conmigo? ¿Ama tiene una nueva mascota?" Pregunté curiosa. Seis sonrió aún más.
"Justo como lo creí... Eres tan inocente como una niña y eso me pone loco..."
No hay necesidad de describir lo que pasó después. Abusó de mí en tantas maneras que mi pobre mente a penas lo pudo procesar. Milagrosamente, Tora me salvó, pero es no evitó sentir todo lo que me pasaba.
Ama me había vendido y no se sintió bien.
Pero, eso no me detuvo para seguir adelante.
Punto de vista de Tora.
Días después, ama me vendió por segunda vez al mismo hombre. No me defendí, si ama me vendía era por una buena razón ¿Cierto? Entonces sería buena niña por ella.
Siempre seré su niña buena. Siempre.
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El gato de sonrisa descompuesta (Detenida)
FanfictionShh, querida Tú aún me necesitas Y no necesitamos que él sepa ¿No queremos que crea que estás loca, cierto? Sé una buena niña para ama y para mí Y así, ningún daño podrá alcanzarte "El mundo es un lugar tan bello... Pero tan peligroso"