Prólogo

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Padres locos. Hija única. Dos mejores amigas. Dos chicos. Maestros fenómenos. Populares rosas. Vestidos hermosos. Fiesta inolvidable. Y para mi mayor suerte una tarde con niebla y lluvia.

Tardar en atravesar un parque, dos calles sin semáforos donde no pasan coches, un cementerio con tres muertos con pipí de perro solo me tardaba veinte minutos, pero mi madre lo veía como un autosuicidio delante del mismísimo Santa Claus. Y para mi mayor suerte tuve que elegir entre las dos opciones de mamá, pero fue fácil:
1'- Irme con ella en coche a la tienda
2'- Cruzar el parque, doblar a la derecha, luego a la izquierda, caminar dos metros, doblar a la derecha, tres metros y cruzar la calle con semáforo, donde pasan todos los autos creados desde 1989.

Fácilmente elegí ir otro día. Si tomaba la opción dos tardaría treinta minutos, en si una hora para comprar algo en la tienda, y la opción uno, mi mamá se bajaba conmigo y elegía por mi, así que de escondidas iría por mi ruta.

La verdad he razonado en una hora en mi cama sobre mis padres, y he llegado a la conclusión de que mis padres están locos. Para ir por unas galletas y aparte satisfacer sus necesidades como limones y huevos se me hace exagerado.

Solo los he convencido de ir caminando o en bus sola a mi casa después de clases y que cada mes del año me compre mi revista favorita WOW!

La revista te da consejos de moda, de como decorar tu cuarto, los chicos, que comida deberías llevar a la escuela, que libros, películas, CD'S saldrán próximamente.

No me gusta presentarme, así que seré breve: pelo castaño (Hasta la cintura), piel blanca, mido 1,67 y para mi mayor suerte soltera.

Y Para Mi Mayor Suerte...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora