Laura estaba preparándose para su cita con Lucas. Sentía un nudo en el estómago que le dificultaba respirar. Estaba muy nerviosa. Abrió la puerta de su armario y deslizó los dedos por todas las prendas que estaban colgadas en las perchas. Resopló. Quería ir perfecta, pero de repente toda su ropa era demasiado atrevida, demasiado infantil o demasiado recatada. ' ¿Y qué me pongo yo ahora?' pensó la morena.
De repente se le ocurrió llamar a Trix, su mejor y única amiga en Marina Verde. La había conocido hace poco, pero enseguida congeniaron. Fue el primer día en la nueva universidad. Laura no conocía a nadie y se sentó en el primer sitio que encontró, y claro, Trix estaba en el asiento de al lado. Al principio ni siquiera se atrevía a mirar a nadie a los ojos, pero un día les tocó en clase con un profesor muy peculiar. Según entró por la puerta, Laura ya le notó un andar extraño. Era una manera de caminar risueña y desenfadada como si se tratase de un niño pequeño. El hombre sonría ampliamente y al contrario del resto del plantel docente, no se sentó en la silla tras la gran mesa, ni tampoco se quedó de pie. Se subió a la mesa del profesor y les dijo a todos los alumnos que hicieran lo mismo en sus respectivos lugares. Ni siquiera se presentó, solo hizo eso. A Laura todo aquello le pareció muy raro y no estaba segura de si aquel hombre bromeaba o no. Sus compañeros no se lo pensaron mucho e hicieron caso al maestro. Laura miró a su alrededor, y la única que estaba en su misma situación era Trix. Trix la sonrió y ambas chicas imitaron a sus compañeros. El profesor les dijo que era divertido hacer cosas extravagantes de vez en cuando, y que lo hiciesen cada vez que tuvieran la ocasión. Les dijo que recogiesen sus cosas y que lo siguieran al jardín. Una vez allí, todo el mundo le hizo caso, pues la curiosidad a veces mueve montañas. El profesor les pidió que hiciesen parejas. Laura quería que la tierra se la tragase. En Ibiza, no tenía estos problemas. Tenía un montón de amigos y en situaciones como aquella le bastaba con mirar a su mejor amigo Mark. Pero Mark estaba muy lejos y ella estaba ahí, de pie, esperando a que el tiempo corriese y la clase acabara. Sentía sus mejillas arder y solo quería abrir los ojos, despertarse y estar en su casa de siempre, con su padre.
Laura estaba a punto de llorar. Trix se acercó a ella y muy sonriente la preguntó que si la gustaría que formasen pareja. Laura la miró a los ojos, la devolvió la sonrisa y la dio las gracias. Sentía que Trix era su salvadora o algo por el estilo. Y ese día, empezaron a hablar. El profesor les había preparado una yincana y todo el mundo andaba corriendo por el recinto de la universidad buscando las pistas. Laura y Trix se lo pasaron muy bien esa mañana. Y con el paso de los días, fueron conociéndose más y más, y sin darse cuenta, ya eran amigas. El profesor al acabar la clase les dijo que la finalidad del ejercicio era que se conocieran todos un poquito mejor. Ese día no les dijo su nombre.
Laura marcó su número y pulsó el botón de llamada. Su amiga respondió:
- ¿Sí? Dígame.-
- Trix, soy yo, Laura.-
- Ah, hola ¿Estás nerviosa por la cita con el guaperas?-
- Muchísimo. No sé que ponerme. Es como si toda mi ropa de repente fuera una mierda.-
- ¿Quieres que me pase por tu casa? Puedo dejarte algo si quieres.-
- ¿En serio? ¡Gracias! –
- Claro, para eso están las amigas. Además, así me dejas ese vestido negro tan ceñido y puedo conquistar por fin al buenorro pelirrojo que tienes por hermano.- Ambas amigas rieron a carcajadas.
Laura se duchaba mientras hacía tiempo hasta que Trix llegase a su casa. No podía dejar de pensar en Lucas. Era tan guapo, y tan divertido... Y sus ojos... La encantaba como la miraba con esos dos increíbles ojos azules. ¿Y su sonrisa? La sonrisa de Lucas la parecía la sonrisa más bonita y traviesa que había visto nunca. No hacía mucho que le conocía, pero apenas le vio, tuvo unas ganas inmensas de besarle y de dejarse querer por él. Era perfecto, o al menos así lo era para ella. Laura sonreía tímidamente mientras imaginaba cómo sería su cita con Lucas.
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El príncipe de los idiotas. (Wattys2018)
Teen FictionA sus diecisiete años, Lucas Marín es un desencantado de la vida. Ha perdido demasiadas cosas como para no ser así, pero está decidido a averiguar la identidad del famoso asesino de Marina Verde. Para ello, tendrá que confiar en sus amigos Caye y E...