De nuevo en Mairena.
Después de seis largos años en los que la situación económica en mi casa no daba para pasar el verano fuera, he vuelto.
He vuelto al calor de Andalucía, a las cenas en casa de la abuela los martes por la noche, a las tardes de piscina y los viajes interminables a la playa.
Salgo de casa y me dispongo a mandarle un mensaje a Mer, ya que se que es la única que no está con recuperaciones.
"Yo: Voy para allá" 15:54
"Mer: Aquí te espero" 15:54Camino por las calles del pueblo en el que pasé todos y cada uno de los veranos de mi infancia hasta llegar a mi destino. Pico al timbre y la verja se abre, entro al jardín y asomada a la puerta principal me encuentro a Isabel, la madre de Mer.
Me acerco a ella y besa sonoramente mi mejilla.
- ¡Chloe! Como has crecido. Ya me ha avisado Mercedes de que venías. Enseguida baja.Escucho como alguien baja las escaleras corriendo, miro a mi amiga y voy hacia ella.
Me abraza mientras da pequeños saltitos.
- Que sea la última vez que estas tanto tiempo sin aparecer.- Me dice cuando se separa.
Me fijo en ella detenidamente y me doy cuenta de lo mucho que ha cambiado. La última vez que la vi ambas teníamos diez años, y a esa edad ella era rubia. Ahora el cabello se le había oscurecido y tiraba más a castaño claro, sus ojos seguían igual de grises que siempre y un pequeño pircing adornaba su nariz.
- Te he echado de menos.- Le digo y vuelvo a abrazarla.Durante toda la tarde se dedica a ponerme al día sobre lo que me he perdiendo en mi ausencia.
Al parecer Candela y Manuel estuvieron juntos, pero al dejarlo la cosa no acabo bien y por eso a ella no se le ve mucho cuando el esta cerca, Susana ahora mismo tiene novio y a Dani no le hace mucha gracia el chico, lo que ha provocado que ambos tengan muchas movidas y no se puedan ver ni en pintura. Nunca había estado el grupo tan dividido, pero claro, ahí a estado Mer para arreglar lo que ha podido.
- ¿Y Jesús?
- Oh, olvídalo, ¿tienes hambre?Cuatro horas después me encuentro de camino a casa, hasta que él culpable de mis dudas interrumpe mis pensamientos con una llamada entrante.
- ¿Uhm?- Digo al descolgar.
- ¿Chloe?
- Sí.
- Mi hermano me ha dicho que estas en Mairena. ¿Podemos vernos?
- Ajá.
- Paso a por ti a las nueve.
Y cuelga.Entro en casa y me dirijo a mi cuarto.
Me ducho rápidamente y me visto con algo tan simple como pueden ser unos shorts vaqueros, una sudadera negra, ya que esta empezando a refrescar y unas converse blancas. Me recojo el pelo en una cola y miro el reloj, las nueve menos diez. Diez minutos. Diez minutos que pasan volando y cuando quiero darme cuenta suena el timbre.
Abro y lo veo. Su pelo castaño ligeramente retirado hacia atrás deja ver sus profundos ojos marrones.
- Ey.- Dice sin expresión alguna en el rostro.- ¿Vamos?
- Sí.- Me limito a decir.
Me acerco a él con cierto reparo y empezamos a caminar sin cruzar palabra.
Se sienta en un banco después de quince minutos de un incomodo paseo.
- Chloe.- Dice una vez me he sentado a su lado.
- Dime.
- No sé qué podrán haberte dicho de mí, pero quiero...
- No me han contado nada.- Le contesto cortandole.
- Oh.
- Jesús, ¿y el resto?
Le miro y veo como tensa la mandíbula.
- ¿Qué pasa con ellos?- Su voz sale tan ronca que parece que le arañe la garganta antes de salir.
- Aún no les he visto.
- ¿Y quieres verles?
- Claro.
- Bien, largo.
- ¿Cómo?
- Fuera de aquí.
No quiero discutir con nadie mi primer día, así que me levanto del banco y camino hacia el chalet de Susana.
"Yo: Susana ¿estás en casa?" 21:26
"Susi mrn: Sí, hasta que no acabe los exámenes no salgo. ¿Vienes?" 21:27
"Yo: En 20 min estoy allí" 21:27
"Susi mrn: Correee" 21:28Ya no me acordaba de lo mucho que me gustaba caminar por estas calles, yo sola, escuchando el piar de los pájaros y de vez en cuando algún que otro coche pasar.
Estoy apunto de tocar al timbre del chalet cuando me suena el móvil.
Miro el nombre en la pantalla y bufo.
- ¿Qué?
- ¿Dónde estás?
- ¿Qué más te da?
- Chloe haz el favor de no hablarme así.- Dice otra vez con esa voz ronca que esta empezando a ponerme nerviosa.- Cuando llegues a casa avisame y te llamo. Y espero que llegues antes de la una.
Y cuelga de nuevo.
¿Qué bicho le ha picado?
Escucho como alguien me llama, miro arriba y me encuentro con Susi asomada al balcón, la cual me hace un gesto para que entre por la puerta de atrás. Me acerco a la entrada trasera y salto la verja. Allí veo a mi amiga, que me abraza y me pide que suba sin hacer ruido.
Una vez en su cuarto me doy cuenta de que no ha cambiado nada. Su pelo sigue igual de claro y sus rasgos tan afeminados como siempre, lo único que me llama la atención son las gafas que adornan su rostro.
- Mer me ha dicho que tienes novio.- Le digo riendo.
Ella sonríe ampliamente, lo que me da a entender que pasaremos un buen rato hablando sobre él.
- Y tú, ¿qué tal?- Dice, después de ponerme al día sobre su relación con Marcos.
- Lo de siempre.
- Ay chica, que sosa eres.
Le sonrió levemente y entonces noto mi móvil vibrar en el bolsillo.
"Jesús Ovi: ¿Ya estás?" 00:35
" Yo: No" 00:36
"Jesús Ovi: ¿Dónde estás?" 00:36
"Yo: ¿Otra vez con lo mismo?" 00:36
"Jesús Ovi: Chloe" 00:37
"Yo: En casa de Susana." 00:37
"Jesús Ovi: Estoy yendo." 00:38
"Yo: Jesús." 00:39
"Jesús Ovi: Ahora nos vemos." 00:39
Guardo el teléfono y miro a Susana.
- Oye, ¿tú sabes algo de Jesús?- Le pregunto.
- Simplemente que ya no es nuestro Jesús.
- Bueno, tengo que irme. ¿Cuando terminas los exámenes?- Le pregunto mientras me pongo en pie.
- En tres días soy libre.
- Bien pues nos vemos.
Después de besar su mejilla salgo sin hacer ruido y bajo al jardín trasero de la casa, prefería esperar a Jesús fuera y que no molestara a la familia Fernández.
Salto la verja y ahí está él, de brazos cruzados.
- ¿Me esperabas?- Pregunto sarcástica.
- Sí, supuse que saldrías por aquí para no encontrarte conmigo.
- No, simplemente los padres de Susi no podían darse cuanta de que estaba dentro.- Digo mientras me quito y rehago la coleta.
- ¿Pretendías volverte tú sola a casa a estas horas?
- Solo es la una menos cuarto y estoy a cinco minutos de casa.
- Me da igual. Llámame siempre que se te haga tarde.
- No eres mi padre.
- Chloe...
- Joder me alteras. Déjame ya.
Empiezo a caminar sin esperarle pero me alcanza en milésimas de segundo.
- Lo digo enserio.
- Yo también, déjame.
Aprieta los puños y respira hondo.
Al rato estamos en mi casa, abro la verja de madera y entro al jardín delantero. Saco las llaves y las meto en la cerradura.
- Buenas noches.- Escucho que me dice.
- Adiós.
Entro y cierro."Chloe en multimedia"