Las malas noticias nunca nos abandonan

655 22 8
                                    

PDV ADARA:

-  ¿Qué puede ser tan importante como para no poder decírnoslo mañana?.- pregunté extrañada.

-   Veréis, hemos estado hablando el Señor Thompson y yo y hemos llegado a una conclusión.- hizo una pausa, y nos miró atentamente. -Nos hemos dado cuenta de que cuando pensamos en que os teníais que casar no pensamos en lo que vosotros querías de verdad, ahora si, por lo que hemos decidido que no vamos a seguir con esto, vais a volver a retomar vuestras vidas de antes, Adara tendrá que salir del país porque su verdadera identidad en la universidad en la que estaba ya no es ningún secreto para nadie, y tú Hugo, bueno no sé la verdad lo que hacías antes de empezar con todo esto, pero volverás a hacerlo.

-   ¿PERDONA?.- pregunté con una mala ostia bastante predecible.

-  No me hables así Adara.- contestó mi padre también furioso.

-  Perdone usted.- hice un reverencia en modo de burla y seguí. -¿Crees que soy como un juguete con el que puedes jugar a tu antojo? En apenas unas semanas me has hecho mostrar mi verdadera identidad a todo el mundo, sin tan siquiera considerar que quería yo, me prometiste con un desconocido, que al principio no soportaba y ahora me empieza a gustar, y ahora después de el día que he tenido tienes el morro de venir a mi casa a estas horas a decirme que tengo que mudarme otra vez porque has cambiado de opinión. Me voy, si, pero para no tener que volver a verte.

Dicho eso y dejándolos allí abajo sorprendidos por mis palabras, de las cuales yo también estaba sorprendida, subí corriendo a la habitación, me cambié de ropa, cogí lo necesario en una mochila, cogí las llaves de mi precioso coche y salí hasta él. Allí me esperaba Hugo.

-  Adara calmate, sube, échate a dormir y mañana pensamos los dos juntos en qué hacemos, ¿eres consciente de que no te voy a dejar ir así como así, verdad?.- comentó Hugo detrás de mí.

-  Hugo de lo único que soy consciente es de que me tengo que ir de aquí, no aguanto más, puede que a ti te dé igual lo que hagan con tu vida, pero a mí no, y por lo tanto me niego a que sigan haciendo con ella lo que les dé la gana.

-  Adara, te entiendo a la perfección, pero ahora estas muy nerviosa, y lo único que vas a hacer es alguna tonteria, asi que entra de nuevo a la casa, comemos un poco de bizcocho que has hecho, y descansas, deja que las cosas se enfríen,


Tenía toda la intención del mundo de darme media vuelta e irme, ya estaba en el garaje, las llaves del gallardo estaban en mi mano, y la mochila con un poco de ropa que había cogido, más dinero y todo lo necesario en general se encontraban en el asiento de copiloto. Pero como lo he dicho tenía la intención, ya que mis planes se vieron interrumpidos por Hugo. Sujeto mi brazo, yo no podía decir nada, ni podía reaccionar en contra de él porque no me sentía con fuerzas.

Fue tirando del brazo poco a poco hasta que mi espalda chocó contra su pecho, instintivamente cerré los ojos al notar el calor de su pecho contra mí. Al momento noté su aliento en mi cuello, haciendo así que un escalofrío recorriera todo mi cuerpo, y poco después fueron sus labios los que rozaron mi cuello, sus manos volaron a mi cintura e hizo darme la vuelta.

-   No te vayas por favor.- sus ojos me miraron como con desesperación, y al momento bajaron hacia mis labios.

-  Lo siento.- contesté anticipándome a lo que iba a hacer.

-  No quería llegar a tal punto, pero no tenía de otra, tenía que salir de allí, y esa era la única opción que tenía, asique le propine una patada en sus partes nobles.

Me metí rápida en el coche y salí de allí lo más deprisa que pude. No sabía a donde ir, solo me puse a conducir hasta que llegué a casa de Klaritsa. No sé bien porque había llegado aquí y nunca había estado dentro, pero aunque era muy tarde llamé a la puerta. No tardaron en abrir la puerta, y para mi sorpresa era nada más, y nada menos que Jon.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jan 10, 2016 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Adara MickelsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora