LA DESCONOCIDA DE OJOS AZULES

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Capitulo 2

***Hugo***

Lo único que recordaba de ayer fue que después de irme de aquellas oficinas donde me dijeron que me casaba, os lo podéis creer, yo, Hugo Thomson ¡Atado a una única mujer!

Y si fuera bonita por lo menos podría tirármela un par de veces y luego divorciarme, pero es que imaginar la cara se me quedo al enterarme que la mujer del ascensor, que llevaba unas gafas tan grandes que ocupaban gran parte de su rostro, acompañado de un moño tan perfectamente hecho que ni un pelo salía de el y la ropa que parecía de un payaso iba a ser mi futura esposa.

Asique después de que ella se fuese me metí en mi Lamborghini blanco y fui a uno de los bares que frecuentaba mi mejor amigo Jon, pero al que yo tan siquiera me había asomado.

Después de eso,  no recordaba nada mas, solo que me encontraba en la habitación de un hotel, con una chica a mi lado desnuda. Me puse de nuevo la ropa, y fui derecho a casa, necesitaba una ducha urgente, pero si me la hubiese dado allí, la oxigenada se hubiese despertado y a mi eso de dar explicaciones no me va.  

En cuanto llegue escuche voces en el salón, asique intente pasar desapercibido, pero no funciono. Al momento mi padre me estaba llamando. Me acerque y allí no solo se encontraban mis padres si no que mi futuro suegro les acompañaba.

-          Iba a ducharme, ¿necesitáis algo?

-          Si hijo, Nick quería decirte algo.- contesto mama

Me di la vuelta para ver a mi futuro suegro, esperando a que hablase.

-          Venia a darte esto.- abrió su cartera y pude ver una foto en la que aparecían dos mujeres y un hombre, pero no pude quitar la vista de la del medio, apenas tendría veinte o veinte un años, y os puedo asegurar que jamás había visto semejante belleza. Tenía unos ojos azules más claros que los míos y una sonrisa de oreja a oreja que enamora. Volví la vista al frente según lo escuche llamarme. –Aquí tienes las llaves de vuestra nueva casa, el coche y las cosas de Adara ya están allí, las tuyas según me han dicho acaban de ser intaladas, en la tarjeta tienes la dirección de la casa y también la de la universidad en la que esta, a las tres y media tienes que ir a buscarla.

-          Ahora también hago funciones de chofer.

-          Si, si quieres mantener tu choche contigo.- dijo papa.

-          Por cierto.- dijo Nick.  –De ahora en adelante respeta a mi hija, porque como se entere te aseguro que no seré yo quien te la haga cobrar, ella misma sabe hacerse respetar.

Mire la hora y apenas tenia una hora y media para estar allí, asique me despedí y tras meter la dirección en el GPS me fui a mi nueva casa.

Tarde más o menos quince minutos en llegar. Lo primero que vi, fue una verja enorme negra que se empezó a abrir según pulse uno de los botones del mando de las llaves. Según iba entrando cada vez me iba enamorando más de la casa, bueno casa, mansión. Era preciosa, tenía una entrada muy amplia y justa en frente de la entrada de la casa, había un tanque que hacia función de rotonda.

Pare el coche a lado de la puerta y entre, empecé a buscar la habitación principal, después tendría tiempo para ver la casa, entre en la primera puerta que vi en la segunda planta, y me quede más asombrado todavía. Había una cama matrimonial en el centro de la habitación, frente a ella, un cristal ocupaba toda la pared, y tras el se podía ver una piscina trasera y una cama baja junto a ella. Después habían dos puerta, una era el baño y la otra el vestidor. Entre en el vestidor y vi en un lado toda mi ropa colgada a la perfección, y en el otro lado había ropa de mujer, pero eso de Andar no podía ser, había ropa que se llevaba de moda ahora y  vestidos que solo verlos ya eran sexys.  Volví a mi lado y tras elegir una camisa vaquera y unos pantalones negros me metí en la ducha.

Adara MickelsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora