Hola, mi nombre es (t/n) (t/a), soy una universitaria cursando su último año en la carrera de Historia, mi grupo tenía como actividad ir a la ciudad de Athenas a explorar y aprender sobre su historia y capturar fotos de las ruinas para después hace...
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Asgard estaba en su mayor apogeo, los ciudadanos bailaban y cantaban celebrando el tan esperado día del Eclipse de oro, el tan dichoso día donde la suma Sacerdotisa llegaba a purificar y liberar de todo pecado a Asgard. Todos los Dioses estaban atentos y expectantes, contando los segundos que faltaban para empezar el ritual de invocación.
Los Asgardianos estaban conmemorando a las antiguas sacerdotisas que llegaron a pisar la tierra de Odín, con elaborados disfraces y actuaciones acompañadas de canciones, todas tenían algo en común, todas portaban un libro sagrado que solo ellas podían leer y tocar.
El cielo fue pintado de rojo y amarillo, las nubes tomaban un tono rosado mientras el sol descendía para juntarse con la luna, los colores claros se fueron desvaneciendo convirtiéndose en oscuridad. Ya era hora de despertar a la Suma Sacerdotisa .
Bajo el mandato de Freyjä, los Asgardianos organizaron múltiples círculos mientras se ponían de rodillas para orar, los círculos formados por los ciudadanos adquirieron diversos patrones gracias a las múltiples oraciones y conjuros que decían a petición de la Diosa del Amor, con 4 círculos brillando y girando entre si con la intención de darle energía al enorme pentagrama central que permanencia a los pies de la imponente estatua de Odín. Cuando el pentagrama más grande llegó a su punto máximo, la Diosa de cabello color al sol anuncio la presencia de los 3 Dioses que dirigirían el camino que la Diosa tomaría para llegar a Asgard
— ¡THOR DIOS DEL TRUENO, HIJO DE ODÍN! — exigió la voz de Freyjä — ¡OTORGANOS TUS RAYOS! —
El Dios de cabello rojo se alzó en vuelo y con gran fuerza dirigió su martillo al cielo mientras nubes de tormenta se arremolinaban a su alrededor, en un rápido movimiento dirigió uno de los rayos al centro del altar llenando lo de energía. Los múltiples círculos empezaron una danza en el suelo, cada uno buscando su respectivo camino para alinearse y fusionarse con el pentagrama principal. Los círculos se alinearon y fusionaron a la par que el cielo se oscureció por completo para dar paso al eclipse, con un silencio sepulcral, la luz que emitían se desvaneció por levemente para acto seguido emitir una enorme y poderosa energía que llego hasta el cielo chocando con el eclipse.
El falo de luz siguió deslumbrando a todos con su inmenso poder mientras que desde el interior de la luna salía una figura femenina que bajaba del cielo, siendo arrastrada por la energía del ritual.
Cuando la mujer tocó tierra, la brillante luz se desvaneció lentamente junto al eclipse, todos estaban expectantes y sin aliento mientras veían con asombro como la figura de la nueva sacerdotisa se hacia presente ante ellos. Vestida con una larga y suave tela blanca, la mujer estaba acostada en el suelo de piedra completamente inconsciente, con suaves movimientos se fue levantando levemente hasta quedar frente a la imponente estatua de Odín.
