Capitulo 14

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El ritual comenzaba en una sala oscura, iluminada tenuemente por antorchas que chisporroteaban en las paredes, proyectando sombras inquietantes sobre los antiguos símbolos egipcios tallados en piedra. Estos símbolos, que decoraban toda la cámara, evocaban un equilibrio delicado entre la vida y la muerte, plasmando el ciclo eterno que ambos representan.

En un extremo, Fleamont, Dorea y Arturo observaban en silencio, inmersos en un aire de tensión y expectativa. Arturo, ahora con una apariencia rejuvenecida de 28 años, mantenía una expresión entre incrédula y esperanzada. Frente a ellos, un imponente altar de oro sostenía el cuerpo de Melania Black, restaurado y en calma, como si el tiempo hubiese congelado su esencia en un momento perfecto.

Harry se encontraba al pie del altar, sosteniendo el Libro de la Muerte. Sus páginas, como si tuvieran vida propia, comenzaron a moverse rápidamente, buscando las palabras adecuadas hasta detenerse en un conjunto de jeroglíficos brillantes que parecían emitir una luz propia.

Tomando una respiración profunda, Harry comenzó a recitar en un egipcio antiguo que resonaba como un eco en la cámara:
—"Desde las sombras llamo al alma perdida. Que la vida regrese y la muerte se retire. Que el ciclo eterno se complete."

Con cada palabra, la atmósfera se volvía más pesada, casi opresiva. El suelo bajo los pies comenzó a cambiar; la sólida piedra se transformó en un líquido oscuro, un mar de sombras que parecía moverse con vida propia. Era como si el espacio se hubiera vuelto un espejo oscuro que reflejaba las profundidades del más allá.

De esas aguas sombrías emergió una figura etérea: un alma envuelta en niebla negra, girando lentamente como un remolino de energía contenida. La figura no tenía una forma clara, pero irradiaba una presencia inquietante y antigua.

Harry, con voz firme y sin vacilaciones, continuó recitando:
—"De lo profundo surge el espíritu. Retorna al recipiente que espera. Renace y encuentra tu lugar en el mundo de los vivos."

El alma oscura flotó sobre el altar, girando en círculos alrededor del cuerpo de Melania. Su movimiento parecía deliberado, evaluando el cuerpo como si determinara si era digno de ser habitado nuevamente. Al mismo tiempo, los símbolos en las paredes comenzaron a brillar con un resplandor dorado, reflejándose en las aguas oscuras del suelo.

La sala entera vibró con un sonido profundo y sordo, como si el universo mismo estuviera reaccionando al acto. Las antorchas parpadearon violentamente, casi apagándose, mientras el alma finalmente descendía. En un movimiento decisivo, se sumergió en el cuerpo de Melania, desapareciendo en su pecho como si fuera absorbida por su propia esencia.

El cuerpo de Melania se estremeció levemente, y el aire en la sala pareció detenerse. Las sombras y la luz dorada se entrelazaron en un espectáculo fascinante y aterrador, mientras la vida y la muerte se enfrentaban en un equilibrio precario.

Fleamont, Dorea y Arturo observaban con el corazón en un puño, esperando

[Melania observa su entorno y la conversación inicia...]

Melania: (mirándose las manos y tocándose el rostro con incredulidad) —¿Qué...? ¿Qué está pasando? Lo último que recuerdo... fue mi muerte. Arturo... mi amado Arturo...

(Escucha una voz conocida que la llama suavemente:)

Arturo: (caminando hacia ella, con lágrimas en los ojos) —Melania... eres tú. Es un milagro... estás aquí.

(Melania gira rápidamente y lo ve. Sus ojos se ensanchan al notar su rostro rejuvenecido, más joven de lo que recordaba. Su voz se quiebra mientras extiende la mano hacia él.)

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⏰ Última actualización: Jan 30 ⏰

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