Por fin había llegado el viernes y Ana no dejaba de dar saltos mientras caminábamos de regreso a casa -Lucy, ¿qué te vas a poner? yo pienso llevar un vestido rojo ajustado y un poco corto, ya sabes, son los de último año, debemos aprovechar- decía en un tono alegre -No lo sé, Ana, no tengo un vestido adecuado para la ocasión- y era cierto, no tenía ningún vestido para una fiesta como la de esta noche -Bien, que te parece si a las 4 vas a mi casa, yo te ayudo a arreglarte- era un grandiosa idea por lo tanto la acepté pues no tenía ni idea de que debía usar ni como maquillarme para una fiesta así -Dijo Chris que pasaba por nosotras a las 7 por lo tanto tenemos bastante tiempo para hacer magia- ¿debería decir gracias? no, preferí quedarme callada y seguir escuchando lo que haría en la fiesta, solo espero que no se acueste con nadie.
Vi el reloj al entrar a la casa y vi que eran las 2:30 y me di cuenta que no había nadie en casa por lo tanto me preparé unas milanesas que estaban en el refrigerador del día anterior, las metí al horno y las dejé calentar un rato, cuando estuvieron listas, me senté a la mesa, saqué mi celular y mientras comía revisaba twitter y Facebook para saber que novedades había pero todas hablaban de la fiesta de esta noche, en eso entró un mensaje de mi papá
"Hija iremos a casa de tu abuela, desafortunadamente, probablemente regresemos tarde. Ten cuidado, te amo."
Como mi papá era un poco más comprensible le dije que saldría con Ana y Chris, mis padres los conocían perfectamente y no había necesidad de pedir permiso, le dije que regresaría tarde y que hiciera que mi madre no perdiera la cabeza.
Terminé de comer y subí a mi habitación a dejar mi mochila y de ahí me iría a casa de Ana.
-¡Lucy!- para mi buena suerte la mamá de Ana abrió la puerta, era una señora de estatura media, cabello castaño claro y unos ojos azules que importaban a cualquiera. -Hola, señora Hunter, me dijo Ana que me estaría esperando- le dije con tal calma que casi me quedo sin aire -¡Claro! sabes que eres bienvenida cuando quieras, pasa, Ana está en su habitación- Subí las escaleras a la habitación de Ana de la cual salía música de Fall Out Boy y Ana estaba bailando en el centro de mi habitación, solté una carcajada y ella pegó un salto del susto y se puso roja como tomate -¡Lucy! no vuelvas a hacer eso-, - vamos, no es como la primera vez que te veo bailando a mitad de tu habitación- era cierto, cuando éramos pequeñas pasábamos el tiempo bailando y cantando como si no hubiera un mañana -Anda,Lucy, tenemos que hacer magia contigo- Ana pasó un rato buscando en su armario alguna prenda que me fuera bien -
-¡Este es el correcto!- gritó Ana desde el interior del armario, tenía una enorme cantidad de ropa y se tomó quince minutos en encontrar algo adecuado -Lucy, te tienes que poner este vestido, te verás preciosa- tomé el vestido que me había dado y me metí al precioso baño rosa de Ana. Era un vestido muy lindo, negro con lentejuelas y una sola manga pero tenía un pequeño defecto, me quedaba demasiado corto pero así salí a mostrárselo a Ana -cariño, ese vestido luce mejor en ti que en mi, se te ve fabuloso- esas palabras las dijo como si hubiera visto a su cantante favorito -¿de verdad piensas eso? yo creo que me queda demasiado corto- Ana me echó un último vistazo, tomó aire y dijo -querida, vas a una fiesta de los de último año no al funeral de tu abuela así que deja de quejarte- al pronunciar eso me lanzó unas zapatillas negras que me hacían ver demasiado alta. Ana acercó una silla y me obligó a sentarme de espaldas al espejo.
Pasó un largo rato hasta que Ana por fin había terminado de maquillarme y vaya que me veía diferente, mi cabello estaba suelto y rizado-listo, querida. Ahora yo tengo que arreglarme antes de que llegue, Chris- Ana tomó su vestido y se metió al baño a vestirse y cuando salió su vestido era hermoso, tenía un rojo increíble y era muy ajustado y con un escote demasiado pronunciado, pero con el cuerpo que tenía claro estaba que cualquiera caía a sus pies.
Ana no tardó tanto en arreglarse, se conocía perfectamente y su cabello lo dejó lacio. Nos tomamos una foto cuando escuchamos el claxon del coche de Chris y bajamos las escaleras. Al salir de la casa, Chris estaba recargado en el Mustang rojo del 74 de su abuelo -lindo coche, galán- le dijo Ana a Chris mientras el me veía saliendo de la casa y no podía cerrar la boca -¿qué?¿tan mal me veo?- le pregunté -te ves- hizo una pausa- demasiado bien- dijo mientras me dejaba sentarme en el asiento de adelante y Ana iba en la parte de atrás.
Recorrimos casi toda la ciudad hasta que llegamos a la casa de la fiesta que estaba en un fraccionamiento demasiado lujoso y la casa era enorme -muy bien, señoritas, vayan entrando que yo iré a buscar donde estacionar el coche lejos de esta bola de ebrios- los tres soltamos una carcajada y Ana y yo bajamos del coche para entrar a la fiesta. Había demasiada gente que no conocía pero Ana sin conocer saludaba a varias personas y en menos de diez minutos ya tenía al rededor de ocho hombres junto a ella que le ofrecían tragos pero ella los rechazaba. Me fui a sentar a una esquina y en la hielera había encontrado una lata de sprite por lo tanto me veía demasiado ridícula en una esquina y con mi lata de sprite hasta el momento que sentí una mano en mi hombro y pegué un salto, a mi lado había un chico demasiado guapo -hola, no deberías estar en la esquina sola, ya sabes como son algunos hombres, mejor vente y vamos a bailar- estaba demasiado aburrida por lo tanto acepté y bailábamos al ritmo de una canción que no conocía pero me gustaba su ritmo y me solté a bailar, de un momento a otro ya había varios chicos a mi alrededor y estaba bailando con la mayoría de ellos, al final de cuentas el vestido tuvo efecto. En eso sentí que alguien me tomó del brazo y me acercó a él, era alguien muy guapo, era otro chico pero me agradaba, estábamos bailando muy juntos, demasiado juntos para ser exactos, estaba en el punto en el que me empezaba a sentir incomoda, la boca del tipo olía completamente a alcohol y apenas eran las nueve de la noche, él balbuceaba algo pero por lo alto de la música no entendía. Puso su mano en mi espalda y la fue bajando hasta mi espalda baja y me empecé a retorcer para que me dejara ir pero cada vez ponía más fuerza y de la nada el tipo fue impulsado hacía atrás y me di cuenta que alguien más me había defendido, era un chico alto, de piel morena, un cabello oscuro y lacio precioso y una fuerza increíble, probablemente practicaba algún deporte por su fuerza, cuando me vio tenía una cara de tensión, me miró fijamente a los ojos y vaya que tenía unos ojos marrones muy lindos pero en cuestión de segundos se esfumó entre la multitud que me miraba y también al otro chico que me estaba empezando a manosear y que estaba en el suelo.
Busqué entre la gente al chico tan lindo que me había defendido pero no logré encontrarlo. Revisé toda la casa y abrí cuartos que a ciertas personas se les olvidó poner seguro por lo tanto estoy un tanto asqueada y las zapatillas me están matando. Encontré un cuarto vació y me senté al borde de la cama para poder quitarme las zapatillas pero escuché un ruido desde la enorme ventana y descubrí que había un balcón, caminé un poco hacía él y vi una silueta
-¿hola?- dije en un tono de curiosidad pero no hubo respuesta
-hola- volví a decir sin preguntar y fue entonces cuando encontré al chico que me había defendido, sólo, en un balcón con la única luz de la luna y viendo a las estrellas, de verdad que era muy guapo, tenía su cabello un poco alborotado por la huida pero seguía siendo lindo.
-hola, gracias por lo que hiciste allá abajo- le dije -anda, ¿no me vas a decir nada? no muerdo- pero seguía sin responder.
-no fue nada- dijo después de unos segundos -¡oh! entonces el chico misterioso si tiene voz- lo dije en tono de burla y puso una pequeña sonrisa en sus labios, linda voz y lindos labios.-Soy Lucía, mucho gusto- le extendí la mano y la sostuvo para presentarse -soy Marcus- no sé si es frío y tímido -¿Qué haces aquí arriba y sólo,Marcus? la fiesta es allá abajo- echó un vistazo sobre su hombro -vine porque soy prácticamente el chofer de mis amigos pero la verdad no me gustan las fiestas- pensé que era de los más populares, probablemente por eso no lo había visto antes en la escuela, estoy segura que va en mi preparatoria -linda noche ¿no crees?- no entiendo por que hago preguntas tan torpes -sí, es una linda noche, las estrellas se ven muy lindas- lo dijo en un tono tan sexy que me perdí en la forma de mover sus labios al hablar - y dime, Lucía, ¿tú que haces aquí arriba si la fiesta es allá abajo?- no le puedo decir "la verdad es que te estaba buscando porque eres extremadamente guapo" -el ruido me empezaba a molestar y este fue el único lugar que encontré tranquilo- era una pequeña mentira que salvó mi vida.
Marcus y yo pasamos el resto de la noche hablando de nosotros y lo aburrida que era la fiesta y en el regreso a casa no podía dejar de pensar como me había defendido enfrente de una enorme multitud, era alguien muy lindo.
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Nunca es demasiado tarde
Novela JuvenilLucía era la clásica chica que no era muy popular en su escuela, era linda pero nadie se daba cuenta de eso aún ni siquiera ella, hasta que conoció a Marcus, un chico un poco mayor que ella que se dedicó a hacerla feliz.