🦚Capítulo 7🦚

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Habían pasado un par de días desde que creo a Toothless, tener al dragón era como tener prácticamente un enorme gato, uno que comía cangrejos, langostas y salmón.

Alimentar al dragón no era realmente un problema para ella, después de todo, era hija de uno de los hoteleros más ricos, que a su vez, era el Alcalde de París. Y tenía a su favor a Kagami, quien se había ofrecido a construirle un recinto especial al dragón, debido a que era un espécimen único que debía ser protegido.

Por ahora desecho esa idea, era buena, si, pero quería tener al reptil tan cerca de ella como le fuera posible y, por el momento lo tendría en su habitación, que era lo suficientemente grande como para que el cupiera sin problemas.

También se había encargado del problema de su cola, lo había creado sin una de las mitades debido a que eso identificaba al dragón, pero lo arreglo, creando la prótesis que esté tenía en la última película.

Se despidió de Jean, pidiéndole que vigilará a Toothless y lo alimentará con varias langostas grandes, hizo un ademán con su mano y subió a Satsu, el vehículo de la familia Tsurugi.

Kagami la esperaba dentro, la japonesa ayudo a la francesa a ponerse el cinturón de seguridad, tras asegurarse de que esté estuviera bien sujeto, le dijo a Satsu que las llevará al colegio Françoise Dupont. 

La japonesa empezaría a asistir a la misma institución académica que su nueva amiga, su madre había hecho el cambio, fue algo sorpresivo, pero realmente no le molestaba, así podría estar más cerca de la Bourgeois y asistir a sus clases de esgrima.

Chloé observaba por la ventana, por el momento las cosas iban bien, no le preocupaba Hawk Moth, tampoco la Rossi, sabía que podría emplear los mismos trucos de los que ella hacia uso, solo que mejor. ¿Lila Rossi era una mentirosa patológica? Bueno, mentiría y lo haría cien veces mejor, pero solo si ella le hacía algo, por el momento solo iba a vigilarla.

Su mano derecha ascendió hasta su cuello, oculto debajo de una pañoleta estaba el Miraculous de la Emoción, la yema de sus dedos rozó la superficie dorada y fría.

Tener aquella joya le daba cierta calma, porque sabía que ahora tenía un Kwami poderoso que pudiera respaldarla en caso de que ocurriera algo malo, también tenía a Toothless.

Sus ojos se desviaron de la ventana hacia su nueva amiga, no traía su uniforme (el del colegio privado), ella traía una playera amarilla sin mangas y sobre está una chaqueta roja con líneas blancas en los puños, además llevaba una falda blanca y unos leggins negros, que iban a juego con sus zapatos negros.

Se había esforzado en dejarla preciosa, pero no podía hacer milagros, su ropa no le quedaba a la Tsurugi, ella era unos centímetros más baja, por lo que tuvo que prestarle prendas antiguas (que l Bourgeois solo utilizo una sola vez). 

Cuando salieran del colegio irían de compras y le haría un cambio de vestuario total, claro, conservando lo que la hacia ser ella.

Pensaría en un estilo que le quedará bien, que la dejara mezclarse entre los demás alumnos, pero que también la hiciera resaltar.

El vehículo se detuvo frente al colegio, la primera en salir fue ella, seguida de la Tsurugi, que mantenía un rostro neutral, no debía mostrar debilidad, si lo hacía, los demás las usarían en su contra.

La Bourgeois avanzó con pasos decididos y firmes, los demás se hacían a un lado, sabían que debían evitarla si no querían meterse en problemas. 

Subió un par de escalones, fue en el tercero cuando escucho un sonoro «¡Chloé!», llamándola, seguida de la poderosa energía de un Sentiser, que percibía como un ente creado solo por desesperación, el dolor y una extrema tristeza, se podría decir que todo eso yacía unido con "cinta adhesiva", que era la esperanza.

Chloé Bourgeois: Una Ruta AlternaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora