No me importa

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-Quizá esto haya pasado para quitarte el aburrimiento- un silencio pensativo -¿Crees en el destino?-

-¿Quieres saber si creo en algo?- dijo intuitiva y el asintió con un gesto -si, creo-

-Y entonces ¿por qué has tomado la decisión que has tomado?- Preguntó aún sin querer hacerlo.

Su curiosidad ya no podía retenerse. Pero se sintió incomodo al saber que debía ser cuidadoso con las palabras y que con tan solo esa pregunta ya era todo lo contrario. Quiso retractarse pero ella enseguida habló.

-Porque no creo en el Dios en el que todos creen. Cada uno tiene su propio Dios, su propia escapatoria. Considero que he estado suficiente tiempo con vida como para saber de qué trata. Y no pienses, por favor, que soy otra de esas chicas soberbias que creen saberlo todo de la vida. Solo digo lo que pienso que sé, y es una cara de la vida la que he vivido únicamente, ya he tenido bastante de esta fase, no veo que la vida pueda cambiar en mi futuro-

-Eres algo filosófica..-

-Era la única clase en la que prestaba real atención-

-¿En qué colegio estudias?-

-Solía ir al de la plaza Bernich, pero hace 2 meses ya que solo mi pilar físico asiste-

-Comprendo.. ¿y en qué grado estás?-

-5to grado..- dijo avergonzada -debería haberlo terminado ya, pero he recursado 4to grado dos veces..-

-Cada uno tiene su tiempo, lo entiendo. Jamas he repetido algún año pero si se me hacen muy complicados estos últimos semestres, realmente es bastante ajetreada la medicina.

-¿En qué quieres especializarte? Por favor no digas ahora que quieres ser psiquiatra..- esbozó una risa.

-No, no quiero ser psiquiatra. Mas bien quisiera dedicarme a la oncología-

-Uh, debes tener paciencia y saber como tratar con la gente si es que deseas ser oncólogo. He conocido a un par de chicos con cáncer en la secundaria y de verdad es difícil tratar con ellos. No porque hayan sido malas personas, en sí el hecho de saber que morirán pronto lo cambia todo completamente- hizo una pausa -y supongo que algo así me ha ocurrido a mi, solo que yo no tengo cáncer- él asintió sin tener algo que decir al respecto y de la nada le surgió:

-¿Quieres algo para tomar? Me parece que tengo algo de chocolate, puedo calentarlo si quieres-

-Sería genial de verdad- Alex se puso de pie, afirmando y fue a lo que parecía ser la cocina.

Mientras se encontraba sola en el living, sentada en ese sofá color marrón, observó a su alrededor pensando en lo que haría esa noche, en cómo iba a seguir su vida ahora que no había terminando, si es que seguiría un tiempo más. Quizá Alex tenía razón, de todas maneras estaba mentalizada en que un "simple" chico no iba a afectar sus planes, no iba a interferir en su manera de pensar y menos iba a cambiar su parecer en algo tan serio como la muerte y la vida, tan significante para ella.

Alex volvió sosteniendo dos tazas con ambas manos y una sonrisa dibujada en el rostro. Le tendió una a Paula antes de sentarse a su derecha en el sofá.

-Creo que lo he calentado de más- la miró culpable.

-Gracias, no hay problema- tomó la taza con ambas manos y las contrajo un poco por lo caliente que estaba.

-¿Puedo hacerte otra pregunta?-

-Pregunta lo que quieras, ya qué- sonrió.

-¿Qué piensas hacer ahora?-

Al límiteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora