Kukuxumusu

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Tan pronto como Alex y Jeremy despertaron, se prepararon el desayuno.

-Aquí tienes el azúcar- dijo Alex tendiéndole el tarrito del azúcar.

-Muchas gracias- hizo una pausa- ¿Hace mucho conoces a tu amiga Paula?- preguntó repentinamente.

-No tanto, un par de semanas- bebió de su taza -pero somos muy amigos desde que la conocí-

-Que bien, pues- murmuró.

-¿Por qué lo preguntas?- habló Alex sospechando genuinamente

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-¿Por qué lo preguntas?- habló Alex sospechando genuinamente.

-Por nada.. solo preguntaba. Al parecer se llevan bastante bien- lo miró y sonrió -pero.. ya pues, ¿son solo amigos o..?- largó de la nada y Alex estalló en una risa.

-Sabía que querías llegar a eso- hizo una pausa -somos solo amigos, es más, siento como si fuera una hermana que ahora vengo a conocer y debo proteger-

-Ahh, bien..- se sonrojó, ya que su piel lo delataba siempre porque era muy blanco -reconozco que es muy bonita-

-Ah, vaya vaya. Hasta que lo has dicho..- ambos rieron -ella está pasando por un momento complicado, no creo que se fije en alguien ahora, pero, quien sabe..- Jeremy se encogió en hombros y siguieron desayunando.

Esa tarde habían invitado a Melissa, madre de Jeremy, a merendar algo y actualizarse.
Por lo que estuvieron ocupados y juntos todo el día.

*********
Asimismo estaba Paula, despertando, de manera perezosa.

De nuevo el sueño de las olas salvajes. Esta vez recordó un poco más, se veía a ella sosteniendo un bebé recién nacido. Tenía la sensación de que eran puras tonterías de su mente soñadora.

Comenzaba una nueva semana, ese 10 de octubre, afuera el día se prestaba para quedarse en la cama y no salir. Pero adentro, Paula decidía ir al secundario.

<Estaba aburrida>

No encontraba otra cosa más productiva que hacer. A pesar de que odiaba con todo su ser a la ausencia de calor, se abrigó y marchó tranquilamente hacia su liceo, apenas llevando un bolso con una cuadernola y tres lapiceras azules.

Al llegar, era tan temprano que sólo había una compañera en su salón, sentada donde comúnmente lo hacía ella.

Lo primero que pensó fue en ir a quitarle el lugar, y caminó hacía allí con rapidez y rudeza ya incorporada en su ser.

-Hola- le dijo su compañera viendo que se acercaba mucho.

Paula no recordaba su nombre, pero le pareció simpática de tan solo saludarla. Entonces se retractó de quitarle el asiento y se sentó a su derecha.

-Hola- contestó Paula -¿Qué clase tenemos ahora?- preguntó.

-Matemática- hizo una pausa mientras ponía su cuadernola sobre la mesita -hace mucho que no vienes, puedo pasarte los apuntes de todas las materias, si los necesitas- Paula quedó pensativa.

Al límiteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora