Capítulo IV

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Durante los siguientes minutos empezamos a hablar. De todo. Era bastante simpático para hablar temas profundos con él. Nunca me había abierto tanto con alguien. Mientras mirábamos la ciudad, me sorprendía que alguien como él viniera a lugares como estos. No quiero decir que lo conozco, pero en la escuela que está es raro. Todos los chicos que he conocido en el paso de los años habían sido todos iguales; mucho dinero, salían a fiestas y hacían de todo tipo de niño que hacía a su edad. Guillermo, por lo que me contaba, había sido diferente. Es extraño que alguien me cuente sus cosas sin siquiera me conozca, pero no me incomodaba para nada.

Me entregó una caja. Una simple y pequeña caja. Me dijo que no la abriera, que se la cuidara y la escondiera hasta que él me dijera que se la pasara. Le pregunté mil veces qué tenía dentro, pero se negó a decírmelo. Me extraña todo de él, pero me siento bien a su lado.

Se acercó demasiado a mí, puso su mano en mi mejilla y se fue acercando lentamente a mis labios. Pensé que me besaría, pero dijo: "todavía no". Y quedé extrañado. Mudo. Y se alejó.

Luego de eso, nos fuimos en su particular motocicleta negra. Me baje y él dejo su motor encendido, pensé que se iba a ir, cuando yo estaba en frente de la puerta de mi casa, pero corrió hacia mi lugar, me dio un beso corto que yo quería seguirle y se fue en su moto. Quede mucho rato mirando al frente, analizando lo que había pasado. Me sentí extraño y bien a la vez. Era muy agradable.

[...]

Al día siguiente no lo vi en la escuela, lo cual se me hizo raro. De hecho le pregunté a Derek si lo había visto hoy, a lo cual respondió:

    -¿Te juntas con ese tío extraño? Pff, quién sabe de dónde es.

    -No hables sin conocer, Derek.

    -¿Por qué estás tan raro? ¿Tienes fiebre?- Y llevó la palma de su mano a tocar mi frente, yo se la quité de un golpe y negé con la cabeza. Después empezamos a hablar de otros temas como los vídeojuegos algo que particularmente hacíamos o cosas del colegio como tareas o exámenes.

Cuando ya me había librado de Derek, fui hacia una zona donde no había casi nadie del instituto. Saqué la caja que me había entregado ayer y me la quedé observando. Era color negro con diseños que eran como letras o formas extrañas. Toqué la parte en donde se ubicaba el sello, para abrirla, que era color plateado, pero acordé las palabras que Guillermo me había dicho la noche anterior. Que no la abriera. Y recordaba sus ojos como me miraban con curiosidad. Lo mejor que pude hacer para quitar los pensamientos que me provoca él es guardar la caja misteriosa, ir al baño, lavarme la cara y despejar todo pensamiento raro. No abriría la caja, estaba claro, pero no por eso se quitaba mi curiosidad de lo que había dentro. Ya que el baño no tiene ventanas, la única luz que llega es la de la lámpara, pero esta comenzó a parpadear. Fue suficiente para que todo mi cuerpo se tensara y escuchara pasos provenientes del final del baño. Corrí hasta la puerta, pero estaba cerrada. No supe qué hacer en ese momento. Sentí que alguien me agarró del cuello y mi visión se tornó borrosa, solo pude ver unos ojos tan celestes que me pude ver reflejado mi pánico en aquellos ojos. Logré escuchar, con voz gruesa y profunda, un "Cuídate mucho, De Luque". Y fui soltado tan fuertemente al suelo que sentí que me desmayaba. Pero no fue así.

Abrí los ojos y me vi reflejado, por un momento me asusté, pero caí en cuenta que era el espejo del baño. Quizás todo lo había imaginado, o quizás no. Me volví a mojar la cara y me fui rápidamente de ese lugar.

*

Lo siento si son muy cortitos los capítulos:c intentaré hacerlos más largos y actualizaré más seguido. Gracias por leer y comenta y vota si es de tu gusto. <3


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