Robin, Eddie, Nancy y Dustin se encontraban en el fondo de la furgoneta, inmóviles y sumidos en un silencio que parecía palpable. El sonido del motor resonaba en el espacio cerrado, mezclándose con la tensión que se podía cortar con un cuchillo. Las luces de la furgoneta parpadeaban de manera intermitente, creando sombras en las caras de los presentes. Max y Lucas ocupaban la mesa que previamente había sido el lugar de reunión de Eddie y Olive, sus expresiones reflejaban la ansiedad de la situación. Erica estaba sentada en un banco detrás del asiento de Nancy, quien conducía con la mirada fija en el camino, manteniendo un semblante serio, casi estoico, mientras su copiloto era Robin, que no podía evitar lanzar miradas furtivas a la parte trasera del vehículo.
El ambiente estaba cargado de tensiones; algunos mostraban preocupación evidente, mientras que otros, como Olive, parecían disgustados por lo que estaba por venir. La incomodidad crecía con cada segundo que pasaba, y Eddie, en particular, apretaba sus nudillos con fuerza, haciendo que sus anillos se hundieran en su piel, como si esa presión pudiera aliviar la ansiedad que lo invadía. Era un gesto nervioso que no pasaba desapercibido, y todos podían sentir su angustia. Sabían que lo que tenían entre manos no era un juego; estaban a punto de enfrentarse a algo mucho más grande que ellos mismos.
Finalmente, llegaron a su primera parada: la casa Creel, un lugar envuelto en historias oscuras y secretos inquietantes que los habían perseguido durante demasiado tiempo. Lucas, Max y Erica formaban el primer grupo destinado a plantarse en esta locación, los únicos que permanecerían en el lado "Normal", mientras los demás se aventurarían al lado de abajo, donde el peligro acechaba en cada esquina. Max se acercó a Olive y la abrazó con fuerza, como si ese gesto fuera un perdón. Max había tomado la decisión de ofrecerse como carnada para Vecna; creía que ella podría aguantarlo, pero Olive no quería dejarla, temía por su vida. Sin embargo, al final de cuentas, Max era una chica terca y difícil de oponer. Cuando Max bajó de la furgoneta, cerró la puerta con un golpe decisivo, un acto que resonó con determinación y que reflejaba su deseo de enfrentar lo que se avecinaba, sin importar el costo.
Con faroles en mano, los tres chicos se acercaron a la casa, observando cómo la furgoneta se desvanecía de su campo de visión. Max dio un paso al frente y, como si compartieran una mente colectiva, comenzaron a caminar en sincronía hacia el oscuro interior de la casa. El silencio del lugar era abrumador, interrumpido solo por el crujido de las hojas bajo sus pies y el sonido lejano del viento que susurraba.
Mientras tanto, el viaje hacia su última parada no había sido largo, pero cada segundo había estado cargado de expectativas. Una vez estacionados, se reunieron en la parte trasera del remolque, donde la tensión era palpable, para discutir por última vez el plan que los llevaría a lo desconocido. Era un momento crítico, y cada palabra contaba. Todos estaban conscientes de que esta podría ser su última conversación.
Nancy: Muy bien, repasémoslo una vez más —dijo mirando a la última ventana antes de darse vuelta y enfrentar al grupo—. Fase uno.
Robin: Vemos a Erica en el parque —contestó nerviosa—. Le avisará a Max y Lucas cuando estemos listos.
Nancy: Fase dos —pidió Nancy, sin perder el hilo de la conversación.
Steve: Max llama a Vecna. Irá tras ella; eso lo pondrá en un trance.
Nancy: ¿Fase tres?
Dustin: Atraigo murciélagos con Eddie —respondió Dustin, haciendo un gesto para subrayar la gravedad de la situación.
Nancy: Cuatro.
Olive: Vamos a la guarida que ojalá esté libre de murciélagos y... flambear —Esta movió la botella de alcohol que tenía en su mano.
Nancy: Nadie pasa a la siguiente fase sin la respuesta de todos. Nadie se desvía del plan, pase lo que pase. ¿Entendido?
—Entendido —repitieron todos al unísono.Con el plan establecido, todos agarraron sus cosas y salieron del remolque. Comenzaron con una caminata lenta para salir del bosque, pero esta aumentó cuanto más se acercaban a la casa de Eddie, conscientes de que no podían ser vistos, menos aún en un momento como este. Steve abrió la puerta rápidamente y fue el primero en pasar, aventando su mochila al piso. Mantenía su mirada fija en el portal.
Dustin: Ten cuidado —dijo al entrar.
Steve: Gracias, hermano —respondió agarrando la tela y comenzando a cruzar hacia el otro lado. Una vez que pasó, aterrizó de pie y miró hacia arriba con orgullo, pero las chicas tuvieron otra reacción. Este negó con su cabeza y se dispuso a llevar el colchón.
Robin: Uyy, ¿qué quiere? ¿Un aplauso?
Steve: Listo. Vengan —exclamó Steve, llamando a los demás.
La primera en pasar fue Nancy, quien se apoyó en Olive, que se puso de rodilla para que ella usara la otra como soporte. Esta le sonrió y se agarró con las dos manos de la soga. Al caer, golpeó levemente su cuello, pero logró levantarse bien con la ayuda de Steve. Sin embargo, Olive no pudo evitar notar cómo ambos habían quedado cara a cara, muy cerca el uno del otro, por varios segundos. Eddie y Dustin la miraron y negaron con sus cabezas, entendiendo la tensión que había en el aire.
Olive: Ustedes dos se me callan.
Luego de Nancy fue Eddie, seguido por Robin, Dustin y, por último, Olive. Esta logró caer de pie sobre el colchón, dándole una mirada fría a Steve y pasando a su lado sin mucha importancia. ¿Estaba celosa? Claro que lo estaba, pero todos sabian que se le pasaria en el instante en que Steve la volveria a mirar.
Todos salieron de la casa. Nancy y Robin se despidieron de Eddie y Dustin. Steve, por otro lado, detuvo su caminar y se dio media vuelta para hablar con los chicos.
Steve: Oigan, pónganme atención. Si las cosas salen mal en absoluto, aborten. ¿Sí? Distraigan a los murciélagos, entreténganlos un minuto o dos. Nosotros nos encargamos de Vecna. No intenten hacerse los lindos o hacerse los héroes, ¿ok? Ustedes solo...
Dustin: Señuelos. Descuida, puedes ser el héroe, Steve —dijo Dustin en un tono presumido, intentando desviar la tensión.
Eddie: Sí, solo míranos. No somos héroes —repitió Eddie.
Olive: Steve, ¿Crees que puedas dejarme unos segundos con mi hermano? Estaré ahi en un segundo –Él asintió con su cabeza y se unió a las chicas mientras que Olive se arrodillaba para estar a la altura de su hermano– Dustin escuchame hermano, ten cuidado, ¿Si? Cuida de Eddie pero mas importante, cuidate tu, ¿Hazlo por mi, si?
Dustin: Descuida Livs, Todo saldra bien, y cuando termine, seremos tu, yo y los viernes de peliculas.
Olive: Te amo, Dus, ¿Me escuchaste? –Esta lo abrazo fuerte. Lo abrazo con toda la fuerza que tenia, negada al hecho de que podria ser su ultima vez juntos– Ten cuidado de no tropezar –Esta le señaló con el dedo índice, para después darle un beso en su mejilla, dejando en esta su brillo labial. La ojiverde vio a Dustin como se quito el labial con fastidió y río. Se puso de pie, dándose la vuelta y caminando hacia su grupo, tomando la mano de Steve que se estiraba para agarrarla.
Robin: Olive, deja de tratar a Dustin como un niño pequeño, él ya es un adolescente —Dijo la rubia.
Olive: No puedo evitarlo, para mí sigue siendo ese niño que jugaba todas las tardes dragones y calabozos —Hablo nostálgica.
Los dos chicos pudieron verlos alejarse de ellos y desvanecerse en la oscuridad total de esa noche. Con cada paso que daban, la tensión crecía. Entraron a la casa y subieron al techo a preparar las cosas para la gran guerra. El destino de todos ellos estaba en juego, y cada uno sabía que lo que les esperaba podría cambiar sus vidas para siempre.
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I CAN SEE YOU || Steve Harrington
Fanfiction𝘖𝘭𝘪𝘷𝘦 𝘏𝘦𝘯𝘥𝘦𝘳𝘴𝘰𝘯, 𝘵𝘩𝘦 𝘩𝘰𝘵𝘵𝘦𝘴𝘵 𝘕𝘦𝘸 𝘠𝘰𝘳𝘬𝘦𝘳 𝘵𝘩𝘢𝘵 𝘏𝘢𝘸𝘬𝘪𝘯𝘴 𝘩𝘢𝘴 𝘦𝘷𝘦𝘳 𝘴𝘦𝘦𝘯. 𝘚𝘵𝘦𝘷𝘦 𝘏𝘢𝘳𝘳𝘪𝘯𝘨𝘵𝘰𝘯, 𝘵𝘩𝘦 𝘩𝘰𝘵𝘵𝘦𝘴𝘵 𝘨𝘶𝘺 𝘏𝘢𝘸𝘬𝘪𝘯𝘴 𝘩𝘢𝘴 𝘦𝘷𝘦𝘳 𝘴𝘦𝘦𝘯. 𝘏𝘪𝘴𝘵𝘰𝘳𝘪𝘢 �...