Capítulo 4. Domingo.

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   En unas horas debemos tomar el tren para volver a Oxford, ayer volvimos a salir y como no ocurrió nada que nos impidiera seguir con la diversión hoy cargamos una resaca bien fuerte, bueno no se los demás pero para mi si es fuerte, me duele la cabeza, no me quiero levantar de la cama, me duele el cuerpo completo también y ahora que lo pienso no recuerdo mucho de lo que ocurrió ayer.

— Mmm... —me estiro en la cama y miro hacia la cama de abajo para ver a Liz, frunzo el ceño viéndola tiene una botella al lado y pareciera que se hubiera metido en una bañera llena de glitter.

   Luego de un rato me levanto de la cama medio tambaleándome, voy hasta la cocina y comienzo a preparar café, debería cocinar también pero no estoy para esa ahorita.

— Buenos días —me dice Matt al verme.

— Buenos días —le respondo sirviéndome algo de café con leche y me dispongo a prepararme un sándwich.

— Yo venía a preparar café también pero te me adelantaste —sonríe un poco sirviéndose café en una taza.

— Bueno eso pasa cuando eres la primera en levantarte —le doy la espalda para buscar el jamón y el queso amarillo en la nevera, al cerrar la puerta siento sus brazos rodearme de espalda por la cintura, me provoca patearlo porque esto me recuerda a la escena con Oliver pero no lo hago porque es Matt, el es mi amigo.

— Te ha quedado bueno el café —me dice apoyando leve su mentón en mi hombro izquierdo, como puedo voy caminando con el encima hasta el mesón para preparar mi sándwich.

— Gracias, me alegra que te guste ahora solo falta saber la opinión de Alex y de Liz -tomé el sándwich y lo dejé en la sanduchera para que el pan se tostara y el queso se derritiera— Por cierto ¿y eso que te has levantado de buen humor? —

— Creo que es por el día de ayer... —

— ¿Y qué pasó ayer? —pregunto dándome vuelta en sus brazos para mirarle.

— ¿Cómo que qué pasó? ¿No lo recuerdas? —pregunta en respuesta acercando sus labios a los míos.

— No puede ser... —susurro sobre sus labios y me voy alejando lo más que puedo de estos.

— ¿Qué pasó Charlotte? —pregunta ante mi reacción.

— Matt... Y-yo no se qué pasó ayer pero me disculpo si te besé o dejé que me besaras...—no me dejó terminar.

— Todo este tiempo me has estado viendo como un amigo, un hermano ¿no? -asentí sin responder nada, me volteé a sacar el pan y a dejarlo en el plato.

— No entiendo, no entiendo ¿qué tengo que hacer para que me veas como algo más? —hablaba mientras se recostaba del mesón y se masajeaba las sienes.

— No lo se Matt —respondo comiendo y bebiendo del café.

— Quisiera que por una vez me miraras como al tatuado del tren —comentó en un tono bajo antes de darme la espalda y abandonar la cocina pero que mejor modo de comenzar la mañana.

   Al terminar de comer regreso a la habitación, Liz ya se ha levantado y se está dando una ducha mientras espero que salga para yo también ducharme reviso mi teléfono y veo las fotos sorprendida, Matt se veía feliz en las fotos no solo porque lo besara sino que parecía que le hubiera dicho algo más, definitivamente necesitaba interrogar a Alex y a Liz. Cuando Liz regresa al cuarto de la ducha respiro un par de veces mientras se viste, no sabía muy bien como preguntarle.

— Liz ¿t-tu recuerdas algo de lo que ocurrió ayer? —pregunte tratando de ocultar el nerviosismo que tenía y que me parecía muy estúpido tener.

— Más o menos ¿por qué? —me responde mirándome con la cabeza ladeada al terminarse de vestir.

— Yo no recuerdo mucho que se diga pero por lo visto besé a Matt ¿qué más hice con el? —le pregunto soltando un suspiro.

— Eso lo recuerdo, se que antes de eso ustedes estaban hablando y que te le estabas diciendo que lo querías mucho, creo que le ibas a decir que era un gran amigo pero el no te dejó terminar —respondió Liz dándome una de esas miradas típicas de ella así como si intentara leer mi mente— Si estas tratando de saber es porque algo ocurrió, cuéntame —

— Vale mira, yo me levanté a hacer café para todos, justo al rato el entró a la cocina para hacer café también, andaba de buen humor yo le pregunte el porqué y me dijo que por el día de ayer luego se acercó a mi para besarme y yo me alejé, obviamente el comentó algo sobre mi reacción y yo terminé pidiendo disculpas, después le dio un ataque y se fue de la cocina diciéndome "quisiera que por una vez me miraras como al tatuado del tren" —le cuento.

— Quien le manda a ilusionarse e igual, ayer estábamos ebrios todos, es estúpido que lo haya tomado en serio pero bueno ya se le pasará —asiento escuchándola y me voy a duchar.

   Luego de la ducha voy al cuarto a vestirme por el ruido que escucho, mis tres amigos están desayunando y tomando el café que les preparé, tengo ganas de salir a caminar así que tomo mis llaves y al pasar por la cocina les aviso que vuelvo en un rato, salgo del apartamento y cuando estoy cerrando la puerta con la llave una voz llama mi atención.

— No puede ser... —escucho a la voz masculina volteándome a ver de quien venía, conocía perfectamente las voces de mis vecinos pero esta era nueva así que supongo que después de varios meses alguien compró el apartamento de la esquina y se mudó. Al ver a la persona me quedo congelada y casi tiró las llaves.

— Tu eres la chica del tren que vi el viernes en la tarde —dice caminando hacia mi mientras yo me volteo y pulso el botón del ascensor para llamarlo.

— Pues si soy yo —dije mirándolo asintiendo— El mundo es pequeño y bueno es imposible olvidarte cuando tus tatuajes llaman la atención —admití inconscientemente, en estos momentos es cuando necesito un buen golpe.

— ¿Mis tatuajes llamaron tu atención? —preguntó mirándome mientras esperábamos el ascensor, me sentía algo incómoda— Creo que eres una de las pocas que lo admite sin ningún problema —comenta.

— Si, lo hicieron —respondí entrando al ascensor— ¿Vas a planta o al sótano? —pregunté antes de marcar el botón.

— A planta —respondió y lo marqué- Por cierto soy Cameron Aldridge —se presentó tendiéndome la mano.

— Charlotte Williams —le respondo tomando su mano— Un gusto —

— El gusto es mío Charlotte, no sabía que los Williams tenían una hija supongo que viniste a visitarlos —dice recostándose un poco de la pared del ascensor mientras bajamos.

— De hecho ellos no están aquí, mis amigos y yo vinimos a cumplir con una pequeña costumbre que tenemos y nos dejaron el apartamento —comento saliendo del ascensor al este llegar a planta, el sale detrás mío y no tarda en ir a mi lado.

— ¿Cuantos días se van a quedar? —me pregunta mientras abre la reja del edificio y me la sostiene para que salga.

— Hasta hoy, en un par de horas regresamos a Oxford —respondo saliendo del edificio y volteando a verle esperando que dijera algo.

— Es una lástima, tenía la esperanza de que te quedaras por lo menos un día más e invitarte a un café por lo menos —habla con un tono de voz algo decepcionado como si de verdad hubiera esperado que me quedara más, se lleva una mano al cabello y echa este para atrás— Mmm... Quizás nos lo podamos tomar cuando vaya a Oxford, bueno te dejo seguir con tu camino porque yo me tengo que ir ya a atender un asunto, de nuevo fue un gusto conocerte —se dio la vuelta y comenzó a caminar rápido yo solo me quedé en mi lugar pensando esta conversación transcurrió normal y ¿cómo me va a invitar si no tiene mi número?, negué un par de veces y comencé a caminar.

Bueno este es el capítulo de hoy, quería subir dos pero no pude. Espero que les guste y en el multimedia tienen a Cameron Aldridge :)

No way outDonde viven las historias. Descúbrelo ahora