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¡solo con verte!
(maratón 2/4)
-¡Eso no es justo no estaba lista! - grite mirando a Nata quien reír viéndome hacer mi berrinche.
-No todo es justo en esta vida, reina.
-Ya no quiero jugar contigo - empecé a caminar al auto.
¿Estoy haciendo dramática? Claro, pero era parte de mi juego nomás. Siempre servía en Nata.
-¿A donde crees que vas? - tomó mi muñeca deteniéndome.
-De regreso al la cabina - me separé de él.
-No te pongas así, mi amor. Estaba jugando nomás.
-No me gusta como juegas.
-Ya pues no pongas esa cara - puso sus manos en mi rostro -¿Porque está enojada la princesa? - sabía lo que estaba haciendo.
No pude evitar sonreír ante sus palabras y querer reír. En fin Nata siempre sabía cómo sacarme de mi "berrinche".
-Se que quieres reír, amor. Mírame - levantó mi cabeza con su pulgar - Ay mira que linda te vez cuando tú sonrisa ilumina tu cara.
-¡Ya! - cubre mi cara con mis manos.
Odiaba ser cursi enfrente de la gente, amaba hacerlo en privado. Era mi secreto con Nata. Por eso lo estaba haciendo para avergonzarme.
-¿Vas a seguir enojada? O ¿sigo siendo cursi?
-No por favor para. Ya no estoy enojada.
Regresamos a donde antes estábamos para seguir disfrutando del tiempo en la nieve.
-Voy a subir con Emilio a esquiar - beso mis labios.
-Ten cuidado, amor, lo último que necesito es que te mates.
-Voy a estar bien, amor. No te preocupes - me guiño un ojo.
Vi como se fue corriendo a subir con Emilio. No iba mentir, estaba nerviosa.
-Ellos nunca pueden estar quietos - dijo Edith viéndolos.
Seguimos platicando hasta que los vimos a punto de bajar la montaña. Iban bajando muy rápido que en un instante Nata ya no estaba parada esquiando, están en el suelo casi enterado en la nieve.
-¡Ay no! - grite parándome de donde estaba sentada para correr a donde estaba el, Edith iba detrás de mí.
-¿Qué pasó? - pregunto Edith a Emilio quien había llegado también.
-No sé, íbamos bien hasta que voltea y Nata ya no estaba detrás de mí.
No podía ver su rostro por estar cubierto por las gafas para la nieve que tenía puestos. Aún no se movía, nomás estaba acostado ahí, sin moverse y sin decir nada.
-Nata, no juegues así - tome su cabeza en mis brazos, pero no reaccionó - Natanael, ya - pero nada.
Sentía mis ojos empezar a cristalizarse pero las lágrimas aún no salían. Quité sus gafas viendo su rostro, sus ojos estaban cerrados, nada se movía.
-Nata....- tome su rostro en mis manos acariciando sus mejillas, mis manos temblaban- Ya, Natanael, levántate.
A punto de dejar todo lo que tenía dentro de mi salir se movió y abrió sus ojos, suspirando.
Solo con verte me haces suspirar
-Hola - dijo con una sonrisa, esa sonrisa que usaba cuando estaba bromeando.
Estúpido.
-Eres un pendejo - me levanté dejándolo ahí, alejándose de ahí.
Estaba enojada. ¿Porque hizo una broma así?
-Amor, espérate - tomó mi brazo.
-No me toques, Natanael - aleje mi brazo -No te quiero ver.
-Mi reina, cálmate nomás era un broma. - se paró enfrente de mí.
-¿Qué te pasa por la cabeza? ¿Estás loco? No es gracioso jugar con esas cosas, Natanael. Muévete.
-No me voy a mover. Perdón no quería espantarte, no pensé que era algo muy grave.
-¿¡Cómo no va ser algo grave?! - suspire -Mira Nata, no quiero pelear contigo ahorita, así que muévete que ya no quiero estar aquí.
Nata no decir nada nomás me miraba a los ojos con una sonrisa.
-¿No vas a decir nada? ¿Por qué me miras con esa cara estúpida?
-Es que me tienes tan enamorada, mami - tomó mi rostro en sus manos conectando nuestros labios.
Al principio no le seguí el beso por estar enojada pero segundo después no pude evitar querer seguirle el beso, el tenía ese efecto en mi. Unos segundos después nos separamos del beso por falta de aire.
-Te odio.
-Ya pues, perdóname, mami. No lo vuelvo a hacer. Nomás quería jugar contigo un poquito - beso mis labios de nuevo.
-No es gracioso, la neta me asustaste.
-Por eso te amo, porque sé que en realidad me quieres. Eres lo mejor que me ha pasado, mi reina.
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