Fin de semana. (I)

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Mis padres han organizado una 'sorpresa' para este fin de semana. Cuando me doy cuenta estoy sentada en el coche, con mi hermano al lado, dirigiéndonos a alguna parte.
Horas más tarde, no sé cuantas, veo un cartel donde pone "Barcelona" me empiezo a entusiasmar, desde que conocí a Charlotte siempre quise ir allí, es donde ella vivía, me sé hasta su dirección de memoria, que pena que hayamos ido tan tarde... me hubiera gustado poder abrazarla. Siento que mis padres me están diciendo algo, creo que debería quitarme los cascos.
-... Y por eso hemos venido aquí- dice mi padre.
-Em... lo siento, ¿puedes repetir desde el principio? Estaba con los auriculares jaja...
-Jaja, te lo dije, no te estaba escuchando-dice mi madre- lo que ha dicho es que hemos venido aquí porque desde que eras muy pequeña querías venir y ahora que hemos ahorrado un poco más hemos decidido traerte, ¿os gusta la sorpresa?
-¡Sí!, pero... ¿un día puedo ir a visitar una casa de por aquí? por favor-miro a mi hermano, está dormido jaja, hace mucho que no le veía dormir- lo necesito, era la razón por la que quería venir.
-Por supuesto, ahora despiertalo, ya estamos llegando al hotel.-dice mi padre con una sonrisa en el rostro.
Despierto a Izan, cuando me mira me abraza repentinamente, ¿qué le pasará? le devuelvo el abrazo y oigo como intenta callar su llanto, está llorando en mi hombro, me siento mal, seguro es mi culpa. Le aparto un poco y le beso en la mejilla, le seco las lágrimas y le señalo al hotel, él asiente y hace como que nada ha pasado.
Salimos del coche y cogemos las maletas. Un momento, yo no me he hecho la maleta, ¿o sí? No. Mierda que habrán metido mis padres. Me empiezo a asustar y a clavarme las uñas en la mano, mierda, mierda, mierda, mierda. Mi hermano se me acerca y me susurra al oído "venga, vamos, tranquila" tiene razón no vale la pena angustiarme si no sé que hay dentro. Mis padres habían reservado dos habitaciones, una para ellos y otra para mi hermano y para mí. Entramos y lo primero que hago es correr a la cama de al lado de la ventana y abrir mi maleta. La ropa está bien pero... ¿y mis sudaderas?
Empiezo a hiperventilar, miro al techo intentando calmarme, no puedo joder, de reojo miro por la ventana, ¡hay mar!
Cuando me doy cuenta tengo a mi hermano a mi lado, intentando calmarme. Cuando por fin me calmo, le abrazo y me echo a llorar, el me acaricia el pelo.
-Por favor -dice y capto su atención, noto tristeza en su rostro- no te mueras -se le escapa una lágrima que recorre su mejilla- eres mi hermana, te quiero, no te destruyas, por favor.
-Yo también te quiero, pero no puedo prometerte que no me volveré a hacer daño, haciéndomelo me siento mejor, te lo explicaría pero no lo entenderías.
-Inténtalo.
Intento explicarselo lo mejor que puedo, pero me cuesta expresarme. Al rato, entran nuestros padres diciéndonos que nos vamos. Me aseguro que en mi bolsillo esté una carta que hice hace meses para los padres de Charlotte que siempre llevo encima por si acaso y salimos.
-La primera parada es la casa a la que querías ir Ash, dinos la dirección.
Les digo la dirección y empiezo a emocionarme, espero que no se hayan mudado.
Cuando llegamos les digo que preferiría ir sola y se quedan en el coche. Yo salgo y me acerco. Respiro hondo y llamo al timbre, sale una mujer y me entra el pánico.
-Hola, ¿qué desea?
-Sé que puede sonar raro, pero, ¿es usted la madre de la difunta Charlotte?
-Hace tanto de eso... sí...
La abrazo, un impulso supongo y me pongo a llorar. Saco de mi bolsillo la carta y me separo de ella mientras seco mis lágrimas, le tiendo la carta y ella la coge. Me volteo para irme.
-¡Espera! No te vayas, ¿tú eres Ashley?
-Sí...
-Pasa.
Entro y me siento en el sofá, ella lee la carta y entra del pasillo un hombre, supongo que será el padre de mi ángel.
-¿Ashley?
Asiento con la cabeza.

Am I pretty now?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora