He tenido miles de episodios paranormales en mi corta vida y la gran mayoria de ellos los he vivido en mi casa, no es por presumir pero para tener 15 años soy muy popular en el más allá, conosco duendes y fantasmas en cantidades alarmantes.
El primer encuentro que tuve con un ser del mas allá fue en la casa de mi hermana, en el garaje habia un taller de zapatos y al fondo se encontraba la cocina y un muro que la separaba del resto de piso, me encontraba jugando a las escondidas con mi sobrinos, me escodí detras de aquel muro y de repente vi llegar un cuerpo pequeño y de inmediato pensé que era mi sobrino y le indiqué sin verlo que hiciera silencio pero al tratar de tocarle la cabeza mi mano atravesó su cuerpo como si no existiera más que un vacío, parecía un holograma que por casualidad había tomado la forma de un niño corta edad.Otra de mis experiencias fue en el año 2011 y todo empezo cuando extrañamente desaparecieron unas revistas en las que mi mamá tenía unos datos de vital importancia, las buscamos en cada rincón de la casa y no las encontramos, fue como si la tierra las hubiese engullido. Un mes después, estaba en el cuarto de mis hermanos jugando en el computador y mi mamá tuvo que salir a la tienda a comprar algo y me dejo sola. Pasados unos minutos escuché que alguien había entrado, casi un minuto después por el rabillo del ojo vi la silueta de un hombre vestido de blanco, el cual dejó un paquete encima del camarote de mis hermanos ya salió. Estaba convencida de que ese hombre era mi hermano Fernando que había llegado de dar unos talleres en el colegio que limitaba con nuestra casa, salí del cuarto y le grité a Fernando que si me podía comer una de sus salchichas pero no recibí respuesta alguna, así que tomé la salchicha y regresé al cuarto en el que había estado durante las últimas horas jugando.
Aproximadamente 10 minutos después regresó mi mamá con su compra y me preguntó por qué la puerta del segundo piso estaba abierta si ella la había cerrado antes de salir, sin levantar la cabeza del ordenador le contesté que había sido Fernando al llegar, ella me respondio que entonces era él quien se encontraba en el primer piso, más exactamente en el sótano pispeandola.
Bajamos juntas al sótano y al llegar vimos que estaba totalmente vacío y sin rastro de ser habitado hace mucho tiempo. Justo en ese momento mi hermano Fernando entró p por la puerta principal en compañía de uno de sus amigos. Mi mamá le preguntó si él había venido antes y el respondió que hasta ahora regresaba del colegio.
Fue una situación muy extraña porque luego de preguntarle a Fernando que si había venido mi mamá llamó a mis otros hermanos los cuales negaron haber estado allí afirmando que ni siquiera habían pisado la casa desde muy temprano cuando habían salido a trabajar.
Hicimos varias llamadas a los familiares que cuentan con una copia de la llave de nuestra casa y ninguno se había pasado por allí, dejamos pasar el tema sin darle mucha importancia pero algo insistía en que no lo olvidaramos ya que unas semanas después de que aquel individuo con traje blanco irrumpiera en mi casa aparecieron las revistas que se habían perdido el mes pasado en la mesa de noche de la habitación de mis papás abiertas en las páginas donde se encontraban los datos que había escrito mi mamá.
Y eso no es lo único, ya que empiezo a creer que los fantasmas me odian teniendo en cuenta que me persiguen y me dejan verlos de vez en cuando, por ejemplo hace poco me encontraba en habitación haciendo tareas frente al ordenador, tenia la música a un volumen considerable y a mi lado se encontraba la impresora que es de color negro y de un material transparentoso y en esa posición servía de espejo retrovisor para ver quien pasaba por mi puerta que se encontraba abierta de par en par, me encontraba totalmente sola en la casa y cuando termine de escribir el párrafo en que estaba trabajando levante la cabeza cabeza y en un actoreflejo pose mi mirada en la impresora, la cual reflejaba la imagen de alguien dirigiéndose a la habitación vecina a la mía, más exactente la de mi hermanito de 6 años.
Deje mis esferos y cuadernos sobre el escritorio y muy despacio me dirigí al lugar donde posiblemente había una persona ajena a mi familia. Me asome con cuidado pero mi rostro debió de ser el que apareciese en el libro de los récord ginness por el gesto de horror más notable y duradero en la historia de la humanidad, porque después de descubrir que nadie estaba en ese cuarto mis nervios se intensificaron y me puse paranoica, cada sonido ya fuera proveniente del exterior de la casa, de mi propio corazón palpitando desbocado o de mi voz interna imaginando de cuantas formas podría morir ese día me espantaba.
Otro de esos frecuentes sucesos fue hace unos meses, cuando mis amigas Gina y Kate fueron de visita a mi casa, estábamos viendo las películas de la saga crepúsculo y comiendo crispetas con coca cola cuando Kate recordó que en lo que llevábamos de amistad ella nunca había ido al sótano de de mi casa. Pusimos pausa a la película Amanecer justo en la parte en la que Bella esta tomando su primer trago de sangre para que su bebé no pase hambre; salimos de mi cuarto, fuimos a la sala, abrimos la puerta del segundo piso y bajamos las escaleras conmigo liderando la fila, Gina detrás de mí y por ultimo Kate, que aunque había propuesto la idea de ir al sótano estaba muerta del miedo.
Al llegar encendí la luz y entramos, bastó con un minuto allí para que Kate quisiera volver al segundo piso para terminar de ver la película, Gina y yo soltamos unas sonoras carcajadas a causa de la intempestiva cobardía de la más baja de nosotras. Cuando creímos que ya era suficiente de burlas hacia Kate salimos de nuevo en fila pero en diferente orden ya que mi asustada amiga se negaba a ir en primer o último lugar. Al llegar al último peldaño de la escalera que conducía al primer piso Gina presionó el interruptor y de inmediato se apagó la luz.
Íbamos ya por el tercer escalón para ir al segundo piso cuando casualmente Kate giro su cabeza en dirección al sótano y pego un grito que nos sobresaltó a Gina y a mi, volteamos la vista al mismo lugar al que estaba la de Kate y nos heló la sangre el hecho de que la luz del sótano estuviese encendida puesto que minutos antes la habíamos apagado.
Enseguida corrimos al segundo piso y cerramos la puerta con llave para así sentirnos mas seguras de una u otra forma, siendo conscientes de que en caso de que fuera un fantasma, una puerta seria lo menos seguro a la hora de protegernos.
Seguimos viendo la película pero lastimosamente estábamos mas absortas en nuestros pensamientos espectrales que en el filme que estaba a punto de terminar.
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Ojos de gato
Ficção AdolescenteUna historia que hará que cambies tu forma de ver el mundo.