Las novias del Diablo. Historias de brujas

Juana de Arco

Juana, conocida también como "La Doncella de Orleans" nació el 6 de enero de 1412, en una noche de Epifanía, a la orilla del río Meuse. Empezó de trabajar de una edad muy temprana. Un día cuando tenia 13 años mientras pastoreaba el ganado de su padre vio una luz y escuchó las voces de San Miguel, Santa Catalina y Santa Margarita, que le indicaron que su misión en la vida es restaurar el reino de Francia, coronar al Delfín Carlos como rey legítimo de Francia y expulsar a los ingleses.

En 1428 abandona su familia y su casa y se marcha con una pequeña escota para cumplir con su deber. Consigue convencer al Capitán y el le regala una espada y un caballo. La fe de Juana era contagiosa. Oía misa todos los días y rezaba continuamente. Hizo que los hombres de su escolta se confesaran y oyeran la misa también. Se cortó el pelo como un muchacho y se vistió como un hombre para pasar desapercibida por los caminos que había de recorrer con su pequeña tropa de seis hombres.

Pasó por lugares llenos de bandidos, borgoñones y asesinos, pero logró llegar hasta el Castillo de Chinon donde se alojaban el Delfin y su corte. Enfrentó al ejército inglés y consiguió romper el sitio de Orleans. Como consecuencia de éste triunfo, el rey de Francia es coronado en la ciudad de Reims. El 24 de mayo de 1430 sus compañeros de lucha la abandonaron sin previo aviso, como actuado por una conjura secreta.

La joven se vio rodeada de soldados enemigos y su carrera militar había terminado. Pero ella ya sabía por sus voces que su misión estaba cumplida. Juana sobrevivió sólo un año a su captura.

El tribunal de la Santa Inquisición la condenó a perecer en la hoguera por "herejía, rebeldía, apostasía e idolatría". El día 30 de mayo de 1431, Juana de Arco fue sacada de la cárcel para ser quemada en la Plaza del Mercado Viejo de la ciudad de Ruan.