once.

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—Vamos, Elle—dijo Victoria zarandeándola—Les dijo que tú eras la única decente, no te ofendió a ti.

—No directamente—contestó mientras se echaba a su cama—Ni si quiera sé porque me ofendo, estoy muy sensible.

— ¿Son esos días del mes?—preguntó su amiga haciendo énfasis en "esos".

—Agh—gruñó la pelirroja lanzándole una almohada—Te odio.

—Oh, definitivamente, son esos días del mes—dijo riendo y regresándole el golpe con la almohada.

— ¿Te puedo preguntar algo?

—Pues claro.

— ¿Qué es ser traidor a la sangre?

—Oh—contestó la morena sorprendida—No estoy muy segura, hace mucho mi abuela me dijo algo, creo que son los magos de sangre pura que tienen buena relación con los muggles, squibs, y mestizos, pero sólo usan ese término los sangre pura extremistas.

—Que estupidez—dijo Rochelle.

—Lo sé.

— ¿Tienes parientes muggles?—soltó sin pensarlo.

La morena se removió incómoda. No solía hablar de eso, pero como se trataba de su mejor amiga, lo haría.

—Sí—contestó—Mi mamá, es bruja hija de muggles.

—Oh, ¿sabes que eso no me importa, verdad?

Victoria asintió y abrazó a su amiga.

—Por eso es que Astoria suele ignorarme—confesó—Sólo me dirige la palabra cuando le conviene, sólo porque soy mestiza.

—Es una estúpida, no sabe de lo que se pierde, eres la mejor amiga del mundo.

—Oh basta, me harás llorar—dijo la morena sonriente.

Ambas rieron y comenzaron a hablar de otras cosas. Pero luego Victoria anunció que tenía que irse a clase de Runas Antiguas –clase que Elle no tomaba– así que tenía periodo libre. Decidió ir al lago, negro, nunca lo había visitado, sólo veía todos los días en la sala común, pero jamás se le había ocurrido ir.

La vista era hermosa, y Elle se sintió relajada. Cogió piedras y la lanzaba a ver si podía lograr que rebotara en el agua, pero no lo logró.

—Sólo tienes que girar un poco más la muñeca—aconsejó una voz detrás de ella—Es muy fácil.

— ¡Caray!—exclamó Elle llevándose una mano al corazón—Algún día me mataran de un susto.

Se giró y vio al chico

—Perdón—dijo el chico sonriendo mientras miraba hacia el suelo—No acostumbro a compartir mi escondite.

— ¿Tú escondite?—se burló.

—Verás, siempre que quiero estar sólo vengo—contó acercándose un poco a Elle—No es común encontrar a alguien aquí.

— ¿Quién eres?

—Soy Jayden Armstrong—le tendió la mano— ¿Tú eres?

—Rochelle Weasley—respondió al saludo del chico—Al parecer tendrás que acostumbrarte a compartir, porque me gustó.

El chico sonrió. Era bastante atractivo, tenía la dentadura perfecta y unos ojos castaños muy bellos que miraban fijamente a la pelirroja. Era un Hufflepuff.

—Sí, supongo que sí—se sentó en la hierba y la pelirroja hizo lo mismo— ¿Qué te trae por aquí?

—Pues, tenía periodo libre, quise venir porque quería pensar—contestó mirándolo— ¿Qué hay de ti?

—Lo mismo, últimamente he venido más seguido—la cara del chico se puso triste—Desde que hay problemas por todos lados.

Ambos se quedaron en silencio un buen rato. Pero no fue silencio incómodo, fue un silencio pensativo, en el que los dos cumplían el cometido de haber ido a ese lugar.

— ¿Cuáles son tus problemas?—preguntó Elle rompiendo el silencio— Digo, si se puede saber.

—Digamos que tengo una familia muy disfuncional—respondió el chico amablemente—.Pero desde que mi madre murió todo se puso muy feo, mi padre es un patán y odio dejar a mí hermana pequeña con él.

—Oh, lo siento—el chico la miró y le dedicó una sonrisa sincera—Si te sirve de consuelo, yo también sé mucho sobre padres patanes.

— ¿Por qué?

—Cuando era pequeña, jugaba quidditch en mi jardín con mis hermanos, y no supe controlar mi magia y sin querer hice que la bludger golpeara a mí hermana, varias veces—le platicó la pelirroja y Jayden la escuchaba con atención—Casi muere, y mis papás afirmaron que yo era peligrosa para mis hermanos, y me mandaron con otro hermano mío, que me lleva once años, para él no era un peligro—terminó de decir tristemente.

—Eso es una tontería, con todo respeto­—comentó Jayden—Pudieron nada más ayudarte a controlar tu magia, o no sé.

—Eso es lo que yo llevo diciendo por cinco años—afirmó la pelirroja—Y ahora los odio, y estoy segura que ellos siguen preguntándose el por qué.

—Tienes razón para odiarlos—dijo—Pero ¿no te has planteado perdonarlos e intentar ser feliz?

—Ese es el problema, una parte de mí quiere perdonarlos—hizo una pausa, estaba a punto de echarse a llorar—Pero, otra parte dice que sufrí demasiado como para perdonarlos, que no lo merecen.

—Y supongo que gana la parte negativa—la pelirroja asintió—Sé que apenas de acabo de conocer y no espero que me hagas caso, pero yo en tu lugar hablaría con ellos, y arreglaría las cosas. Estoy seguro que te vas a arrepentir si no lo haces, recuerda que la vida es muy corta.

—Gracias, lo tomaré en cuenta.

—Fue un gusto conocerte Rochelle, me fue muy bien hablar contigo—Jayden se levantó del suelo—Espero que nos volvamos a encontrar, en éste lugar, ya me tengo que ir.

—El gusto fue mío—se despidió sin ponerse de pie—Nos vemos.

El chico la dejó sola, con un debate interno. Tal vez Jayden tenía razón, y debía darles otra oportunidad a sus padres, tratar de olvidar el sufrimiento e intentar centrarse en ser feliz, y aprovechar cada momento, tal vez y sólo tal vez hablaría con ellos en Navidad. Hablar con Jayden le sirvió de mucho, porque el chico vaya que sí sabía dar consejos.

Después de un rato le dio frío, pues el invierno estaba a la vuelta de la esquina, y decidió regresar a su sala común. Donde seguramente ya estaría Victoria esperándola.

Entró a su habitación, y no había ningún rastro de Victoria, tampoco de Astoria aunque casi nunca se pasaba por ahí. Draco la esperaba sentado en su cama.


{*****}

Hola chicas, desde ahora subiré capítulo dos veces a la semana, o tal vez tres. 

Gracias a las que han comentado y votado. 

Elle en multimedia. 

The Black Sheep. |Draco Malfoy|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora