I.

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Y ahí estaba yo; detrás de un árbol a hurtadillas, tratando de que ella no me mirara. Estaba con sus amigas platicando y riendo de alguna broma que una había hecho, inconsistemente sonreí al mirar como se divertía y se formaba una amplia sonrisa en aquel hermoso rostro.
De pronto su sonrisa se borró, mirando para los lados, de inmediato me volteé quedando mi espalda sobre el duro tronco del árbol, sosteniendo mis libros con fuerzas, soltando un suspiro de alivio rezando porque no me haya visto.
-Mierda.. -Susurré ya que probablemente había notado mirada fija en ella. Pero ¿Cómo no mirarla? Es como una ángel caído del cielo, es tan jodidamente perfecta. Sus finos labios, y como forman una perfecta y hermosa sonrisa, haciendo que unas pequeñas lineas se formen al rededor de sus ojos. Sus ojos. Para muchos pueden ser unos simples ojos azules, pero al mirarlos fijamente -al menos de lejos- tienen ese brillo que los destaca. Y ni hablar de su bellísima voz, ¿Cómo será cuando despierta? Ya saben, muchos dicen que la voz durante la mañana es totalmente distinta, ¿Cómo sonará la de ella?

De repente sentí un leve golpe en mi hombro junto el sonido de un chasqueo de dedos en frente de mi, sacandome de mis pensamientos basados en ella, como normalmente lo eran.
-¿Qué quieres, André? -Suspire molesta rodeando los ojos.
André, él es mi mejor amigo desde que ingrese a este instituto, agradezco que el siga aún a mi lado, muchos de mis antiguos amigos se alejaron ya que el rumor -que es una verdad- de que soy lesbiana se esparciera por toda la universidad, muchos de los que se hicieron llamar mis amigos fueron dejando de hablarme. Homofóbicos de mierda.
-Te vi, la estabas viendo de nuevo con cara de tonta -Estas palabras hicieron que mis mejillas se tornasen rosadas y bajara la mirada. ¿Desde hace cuanto me había estado observando?- ¿Por qué no tratas de hablarle?
-Porque no, me va a ignorar, aparte ¿Qué va a pensar cuando le hable? Todos saben que igual me gustan las chicas, no quiero que me vea como bicho raro, André. -Murmuré bajito mientras lentamente bajaba mi mirada y apretaba mis libros contra mi pecho totalmente avergonzada.
-¿Y qué si no? Tal vez le agrades, eres muy linda -Sonreí inconscientemente por los halagos de mi amigo, deslizandome por tronco, hasta que mi trasero pegó con el piso, dejé mis libros a un lado, e hice una seña para que el castaño se sentara a mi lado. Él de inmediato se sentó a mi lado, dándome un gran abrazo, de esos que sólo el me podía dar. ¿Han sentido cuando una persona te aporta mucha tranquilidad con tan sólo un pequeño roce? Bueno, así era con André. El siempre me ayuda en todo, es como mi hermano mayor.
-¿En qué piensas? -Murmuró de repente en mi oído, provocando que mi piel se erizara, sacándome una vez más de mis pensamientos.
-
E decidido volver a seguir escribiendo esto, ya que es algo que realmente quiero terminar, pero tengo tantas ideas que en algún momento explotaré.

A.

stalker; lesbian❀ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora