Me encontraba tan aburrida en el salón, era normal que no estuviera prestando atención a lo que decían los maestros. Mi cuaderno no eran más que bocetos basados en ella, mi mente no podía dejar de pensar en lo hermosa que era, de un momento a otro ya estaba con una enorme sonrisa en mis labios.
Volteé mi mirada hacía el frente para poder mirarla una vez más, pero para mi sorpresa ella no estaba en su lugar, ni siquiera estaba en el salón. Aquello hizo que me preocupara, ella no es de las que se salen de clases, mucho menos era de las que faltaba. Decidida tomé mis libros y fui camino a buscarla, tenía varios sitios en los que podría adivinar donde estaría, pero la única diferencia ésta vez es que toda la universidad estaba completamente sola.
Mi primer lugar para ir a buscarla fue el patio trasero; nada.
Aquella banca en donde se reúne con sus amigas; nada.
Las gradas de la cancha de fútbol; nada.
Comenzaba a cansarme de buscar pero necesitaba saber que ella estaba bien, de pronto recordé aquella vez en donde la espié en el cuarto de música, corriendo fui hasta allá, antes de abrir la puerta, escuché una angélical voz cantando y tocando el piano. Sabía que era ella, no había dudas que lo era. Abrí la puerta con sumo cuidado para poder mirarla mejor, sonreí de inmediato por las expresiones que hacía al cantar, era de las cosas más bellas que mis ojos hayan visto jamás. Mi expresión cambió totalmente cuando ella comenzó a llorar. No podía soportar aquello, y aún menos ya que en ese momento yo era la única que la podía ayudar. ¿Ayudarla y que sepa de mi existencia, o no ayudarla y sentirme una mierda de persona?
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Díganme que opinan, y qué le puedo quitar o añidir, por favor. 💜
A.
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stalker; lesbian❀
Romance"Me encanta mirarla, me encanta escuchar su risa detrás de un árbol, me encanta espiarla mientras esta con sus amigas, me encanta pensar en el sabor que tienen sus labios"
