III.

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Lo iba a hacer, estaba a punto de entrar en donde se encontraba la chica más preciosa que jamás haya conocido.
Fingí que iba por algo que se me había olvidado, pasando de largo que ella estaba ahí sollozando. Cuando notó mi presencia de inmediato se quitó las lágrimas de los ojos, esos ojos azules ya no tenían aquella chispa que los caracterizaba. Nos miramos por unos segundos, que para mí parecieron años.
-Lo siento yo ya me iba...
Su voz era tan apagada, me mataba verla así, quería abrazarla, decirle entre besos que todo estaría bien y se iba a solucionar. Ella había comenzado a llorar de nuevo, ahora estaba hecha bolita sobre el banquito del piano, solo escuchaba como sollozaba. Estaba dispuesta a ayudarla, André tenía razón, debería de hablarle y mandar a la mierda a los demás. Me le estaba acercando hasta donde estaba, me senté justo a lado de ella y rodeé mis brazos al rededor de ella atrayendola hacía mi, ella sin dudarlo hizo lo mismo hundiendo su rostro en el hueco de mi hombro sin dejar de sollozar. Se sentía tan bien abrazarla, era justo como siempre lo imaginaba en mis sueños, incluso mejor.
-Tranquila, todo estará bien.
Intentaba que mi voz sonase firme y segura, pero simplemente se me hizo imposible teniéndola conmigo.
-¿Sabes lo peor que te puede hacer alguien? Decepcionarte. Aún más cuando es alguien en el que lo habías entregado absolutamente todo.
Sonaba tan molesta y furiosa, jamás había visto esa faceta de ella, sus ojos eran mucho más lindos de cerca, sus mejillas rozadas hacían qué se viera mucho más tierna y hermosa de lo que ya era.- ¿Por qué me miras tanto?
Susurró en un tono curioso mirándome como si quisiera encontrar la respuesta en mis ojos, yo sinceramente negué bajando mi mirada quitando mis brazos de su cuerpo, dejándolos caer en mis rodillas. De pronto sentí su mano en mi barbilla haciendo que la mirara nuevamente, estaba tan cerca qué podía sentir su aliento, en mis adentros estaba tan nerviosa pero tan emocionada a la vez.
De un momento a otro sentí sus labios pegar con los míos, los labios de ella se movían tan malditamente bien, mientras que los míos de una forma tan torpe. Lo que causó una risita de su parte, abrí mis ojos para volver a mirarla; no era un sueño, esto no era un sueño, ¿Verdad? ella me estaba besando. Note como mordía su labio, mirándome de una una manera que ella solo podía hacerlo. Ella se subió a mi regazo, poniendo ambas piernas a los costados de mi cadera, ahora había sido yo la que la besaba lentamente saboreando sus labios, haciendo que ese sabor se quedará en mi memoria por siempre.

HOLA, SÉ QUE DIJE QUE ACTUALIZARIA SEGUIDO, PERO HE ESTADO OCUPADA. LAS AMO A TODAS.

stalker; lesbian❀ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora