d o s

4.6K 361 54
                                    

Descubrimientos y sentimientos

Estaba claro que mañana amanecería con un resfriado que mínimamente me dejaría dos días en cama. En los últimos minutos que estuve dentro del baño no había dejado de estornudar y comenzaba a picarme la garganta, mamá siempre decía que me parecía mucho a papá en términos de salud. Suspire y deje los recuerdos de lado. Erza me había dejado ropa para cambiarme mientras la mía se secaba, también me había dicho que nos encontraríamos con Grandeeney en unos de los salones principales y que ella estaba gustosa de conocerme. Los nervios aun seguían en mi cuerpo, de un día a otro estaba dentro del palacio con un puesto de trabajo que sabía que ya tenía ganado, pero el hecho de que aun me surgía dudas, la felicidad no paraba de sentirla.

— ¿Lucy estas lista? —Erza toco la puerta del baño y me apresure a terminar de arreglar mi cabello.

—Si, en un segundo salgo —Me mire al espejo un ultima vez y salí encontrándome con ella en la puerta.

Ambas salimos de la habitación, para encaminarnos por los pasillos que nos llevarían al salón.

—Te pido perdón de nuevo por lo de Natsu, suele comportarse de esa manera cuando ve a gente nueva

— ¿Tirando a las personas al agua? —Pregunte en forma de broma a lo que ella solo sonrió.

—No, siendo curioso por hacer amigos de su edad —La mire esperando que siga hablando y ella suspiro —Igneel cree que cualquier persona que no sea de la realeza puede influenciar al príncipe de manera errónea; peor aun sabiendo que Natsu no quiera tomar la corona, a su padre le parece incorrecto que tenga amistades que lo lleven aun mas por el contario.

— ¿El príncipe no quiere ser Rey? —Pregunte confundida.

—Para nada, no sé el motivo. Pero hace unos meses se intento fugar del castillo y termino en un desastre.

No me imaginaba que tipo de razón llevaría al príncipe para no querer ser parte de algo tan grande. Estábamos hablando de ser el mismísimo rey de Fiore, era un puesto realmente importante que cualquiera estaría dispuesto a tomar.

— ¿Siempre fue así de problemático? —Dije la última palabra tratando de que no sonora mal pero ella solo asintió.

—Según Grandeeney siempre fue de llevarle la contraria a todos, pero cuando era niño no se habían preocupado tanto; sin embargo ahora eso es un gran peso para los reyes que tienen que estar a cada minuto tras él.

Decidí no preguntarle más porque sabía que iba a ser irrespetuoso de mi parte. Encontraba curioso todo lo que había descubierto en tan poco tiempo y en cierta manera no sabía cómo sentirme respecto a las decisiones tomadas por el rey. No negaba el hecho de que al criar a su propio hijo los reyes sabían que podía ser rápidamente influenciado por el exterior, pero negarle que tenga cualquier tipo de amistad me parecía totalmente innecesario.

¿Alguna vez habrá sentido amor hacia alguien que no fuera su propia familia?

— Llegamos —La voz de Erza hizo que dejara todo los pensamiento de lado —No sientas nervios, Grandeeney es un amor y yo estaré apoyándote.

—Gracias Erza, de verdad gracias —Ella sonrió y abrió la puerta para darme lugar para que entrara.

El salón estaba totalmente iluminando con los grandes ventanales que había de un costado, un pequeño escritorio estaba en frente y en el centro varios sillones de color blanco; se podía sentir paz y armonía en el ambiente. Apenas avanzamos para el centro Grandeeney sonrío y se levanto del sillón para acercarse.

Educando al PríncipeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora