Happy (Parte 1)

43 4 3
                                    

Alex POV.

¡Domingo de fachas! ¡Síiii! ¡Amo los domingos!

Apagué la computadora y la guardé en su portafolio. Me paré del escritorio y me dirigí a la puerta. La abrí y le toqué a Anthony. Recuerden que somos vecinos.

-¡Domingo de fachas amigo!- le grité y enseguida salió con unos pants grises todos horribles y una camisa blanca con un hoyo en su pecho.

Yo tengo puesta una camisa de tiras blanca y unos pants azules. Suena asqueroso pero es lo más cómodo del planeta.

Así se viste en los domingos.

-Feliz domingo de fachas, Rav- chocamos las manos.

-Lo mismo digo Doug- a veces acortábamos nuestros apellidos.

-Bien, tenemos que planificar el día: botanas, refrescos, pizza, pijama, películas de terror y desechables.

-Excelente. Le marcaré a Klein.- dije sacando mi celular. Tecleé el número de Dylan.

-¿No está en el apartamento?

-No, fue al taller porque James quiere que le haga un favor de unos pagos o algo así.- puse el teléfono en mi oreja -Le diré que se apresure.

-¿Bueno?

-¡Viejo! Oye, recuerda que hoy es...

-Domingo de fachas, sí Alex lo recuerdo perfectamente- rió al final.

-Qué bueno porque ahorita vamos a comprar las cosas para celebrar, también llamaremos a las chicas.

-Ah...eh...hagan lo que tengan que hacer, llegaré en unos minutos.

Me arrepiento de haber dicho que llamaríamos a las chicas, entre ellas está su amada Andy. Cerré los ojos y suspiré. Anthony me hizo un gesto de que no comprendía y le susurré "Andy", él me respondió con un "Ohh".

-Dylan...amigo, en algún momento tienes que reconciliarte con ella.

-Sí, ya sé.

-Ésta sería tu oportunidad. Invítala.

-Sí...bueno, me apuraré para alcanzarlos. Adiós.- y me colgó.

Guardé mi celular en mi bolsillo.

-¿Lo hará?

-Quién sabe Anthony. Dylan es un impredecible.

-No creo que no se aguante estar sin ella un día más.

-Ahh...ya veremos qué hace. Vayamos al 7/11 por las botanas.

********************************

Dylan POV.

Mi abuelo siempre me hace trabajar. Nunca le niego nada porque me ayuda económicamente y él ya no puede ver de cerca los textos de los papeles de pago por algún vehículo. Sus 73 años ya le hicieron una hipermetropía ocular.

Cualquier cosa que necesite, sabe que cuenta con su nieto.

Mientras, él estaba buscando sus lentes de contacto, ya que los había vuelto a perder.

Oí que un carro se estacionó cerca del taller pero no le dí importancia. Aparte de eso, escuché que abuelo me hablaba.

-¡Dylan! ¡Un cliente! ¡Atiéndelo por favor!

Arqueé una ceja. ¿Un cliente en domingo? ¿Qué no saben que está cerrado los domingos? Dejé lo que estaba haciendo y fui al garage a ver quién era.

-Hola, disculpe hoy está...cerrado...

Era Andrea Vega. La misma Andrea. Lucía tan hermosa con ese pantalón capri de mezclilla, una blusa de tirantes color coral, su cabello ondulado y un brillo labial en su boca...solamente eso y se veía preciosa, al menos para mí.

Cada uno de nosotros estaba en una esquina.

-Sí, sé que está cerrado- comenzó a hablar -Supuse que estarías aquí.- iba a cuestionarla cuando ella seguió -Siempre vienes a ayudar en algo a tu abuelo los domingos- sonrió y miró hacia los lados y de ahí me dedicó su mirada.

-¿Qué necesitas? ¿Te ayudo con algo de...tu auto...?- ella negó con la cabeza y cruzó los brazos.

-No, yo...vine para disculparme contigo. No debí de...haberte hablado de la forma en que lo hice antes de que te fueras, estuvo mal. Sobre lo de Santiago...jamás me iría con él. Mi decisión radica en quedarme aquí a seguir mi carrera, cuidar a mi mamá y estar con ustedes. Medité estos días y llegué a esa conclusión. No me sentiría completa sin mis amigos y mi familia. Lamento ser una fogosa y dramática al hablar de eso.

Me hace sentir culpable de todo esta mujer. Yo fui el cabrón, no ella.

-No. Tú tienes todo el derecho de estar molesta conmigo. Tampoco debí de gritarte ni de irrumpir así en tu casa como vago, me ví muy mal en ese aspecto pero...estaba muy preocupado y cuando estoy así...tiendo a hacer cosas fuera de mi conciencia. Me impresiona que hayas venido hasta acá para venir a decirme algo de lo cual no tienes la culpa. Yo soy el que debe pedirte perdón. En serio lo siento Andy, muchísimo.

-Yo igual...fui muy...testaruda y grosera aunque no lo quieras ver así, sé cómo reaccioné. También perdóname.

-Está bien, perdonada- sonreí.

-Perdonado.- me sonrió y extendí mis brazos para un abrazo.

-¿Abrazo?- ella rió y se abalanzó ante mí, casi me tira y empezamos a reír -Wooo, querida casi me caigo.

-Lo siento- dijo entre risas.

Besé su cabello y le acaricié la espalda. Amaba hacer eso. Pero más adoraba cuando ella me abrazaba con fuerza y cariño, me hacía sentir querido aparte de que mi corazón palpitaba como si hubiera corrido miles de kilómetros. En eso, me miró.

-Aunque, hay algo que sigo sin entender...

-¿Qué cosa?

-¿Por qué te comportaste como un histérico cuando mencionaba a Santiago, si ya había aclarado que me quedaría aquí en Brooklyn?

Jesús, ¿ahora qué le contesto? ¿le digo la verdad, que estoy loco por ella?

-Ah...eh...es que...agh. Te lo diré. Mira, tengo que confesarte que...

-¡Dylan! ¿Quién era?- exclamó mi abuelo entrando al garage, Andy y yo seguíamos abrazados, pero nos separamos de golpe porque mi abuelo nos asustó -¡Andy! ¡Qué gustó verte!- la saludó y ella igual. -¿Qué te trae por aquí?

-Oh, es que quería platicar de algo con Dylan solamente.

-Ahh...

-Bueno, emm...abuelo, creo que es hora de que te retires- lo tomé de los hombros ligeramente y oí la risa de Andy, abuelo me tomó de mis hombros.

-¿Hiciste lo que te pedí?

-Hasta con tu pluma favorita y mi vista de halcón.

-Perfecto, si quieres puedes irte.

Recordé el Domingo de Fachas. Le diría a Andy.

-Gracias abuelo, nos vemos mañana.- se despidió de mí y de Andy. Volví a verla a los ojos. -Hoy es domingo de fachas.

-Lo sé, por eso...- esculcó en su bolsa -traigo mi ropa fea para ir a casa de Alex.- la asomó un poco. Sonreí.

-Bien, pero irás como mi invitada especial.

-Sólo que...traje mi auto...

-No te preocupes por eso, déjalo aquí y más alrato venimos por él, ¿va?- asintió feliz- Grandioso, es hora de irnos.

*******************************

Andrea y Dylan en multimedia.

Afire Love: We found love in a hopeless place.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora