Drag Me Down

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Dylan POV.

Ahora resulta que le importo a ese estúpido que se hace llamar padre.

Podría decirse que me abandonó a los 15 años, pues mi madre y él me metieron al reformatorio de Detroit para no tenerme cerca ni estarme visitando una vez cada mes. Los únicos que lo hacían eran mi hermana Ally acompañada de mi abuelo. La abuela ya había fallecido tres años antes.

No quise volver a ver a mis padres otra vez. Ni que ellos fueran mejor que yo. Al contrario, son peores.

Fueron infieles mutuamente el uno con el otro. Qué bello. Papá engañó a mamá con la mesera de su bar favorito "Beers & Fun" (desde el puto nombre). Mientras que mamá engañó a papá con un empresario, pues era su secretaria personal. Imagínense. Puro maldito sexo. Asco.

-No quiero hablar con él.

Abuelo quiso hacerse cargo de mí cuando salí del reformatorio, pues mis papás estaban en pleno trámite de divorcio y creo que ya no querían nada conmigo. Unos tíos decidieron cuidar a Ally en Kansas, estuvo bien que la rescataran de esos maníacos.

No la he vuelto a ver desde los 18 años. Noté que abuelo venía solo los últimos años y me dijo en una visita que Ally se había ido a vivir a Kansas con mis tíos.

Quisiera verla.

-Insiste en hablar contigo, Dylan.

Me da mucha pena que Andrea esté aquí y tenga que ver este montaje, por Dios. Tendré que explicarle pero ahora no es el momento.

-Dije que no. Dile que no se desgaste, porque no hablaré con él- finalicé y seguí tallando el auto con jabón y un estropajo.

-Dylan...- abuelo se acercó a mí para que Andy no escuchara -sé que es difícil pero tienes que perdonarle algún día.- murmuró.

-Ese día nunca llegará. No lo he visto desde que salí del maldito infierno al que me metió y nunca se preocupó por mí ese idiota.

-Tan sólo ve y pregúntale por qué te llama, tal vez para alguna oportunidad de trabajo...- reí sarcásticamente.

-Lo último que haría Thomas McKlein sería tenerme a su lado. Definitivamente para eso no es. Papá cree que nací para ser un inútil.- Abuelo suspiró.

-No te atormentaré más...pero si vuelve a llamar le contestas quieras o no porque a fin de cuentas es tu padre y tú eres su hijo.- se retiró.

Ya se enojó.

Me fijé para ver si Andy seguía en el otro extremo del auto y no la ví. Sentí escalofríos. ¿Se habrá ido? No, no, no. Soy un idiota. No debí de hablar de eso frente a ella. ¡Agh, mierda!

Decidí gritar su nombre.

-¡Andy!- salí del garage a la calle y no había rastros de ella. Dí una mirada atrás de mí y su auto estaba estacionado, quiere decir que sigue en esta calle. Aún así estaba inquieto. -¡Andy! ¡¿Dónde estás?!- de acuerdo estaba histérico. -¡Responde!

Corrí toda la cuadra hasta la esquina, había otra calle donde estaba una cancha de basketball y las gradas. Arriba había un balcón.

Ahí estaba parada mi pequeña Andy. Cabizbaja, confundida. Medio sonreí y caminé hacia ella. Aún no levantaba su mirada.

Subí las gradas y me dirigí hacia donde estaba para estar a su lado.

-No quería incomodarte...perdón por dejarte así nadamás.- habló sin verme a los ojos. Esta mujer va a matarme.

-No...no tienes por qué disculparte...pero sí me preocupé al no verte conmigo. Pensé que te habías ido.- Andy soltó una risita.

-No, nada de eso- al fin me miró y se puso seria -¿Todo bien?- asentí.

-Creo que sí...

-Mmph.

Estoy seguro de que está impaciente por saber qué ocurrió entre mis padres y yo.

-Mi papá fue el que me metió en el reformatorio...

-No tienes que contármelo.

-Pues...ya lo estoy haciendo- sonreí y ella igual y puso sus ojos en blanco.

-Está bien, te escucho.

-Bueno...en primera, lo odio desde que tenía 7 años. Me daba cuenta de lo que hacía...le gustaba ir a emborracharse con sus amigos del trabajo y coquetear con mujeres ahí. A mí me tocó ir por él a los bares porque como traía el dinero en sus bolsillos lo necesitábamos para comer...llegaba y se lo pedía, mamá me decía que lo trajera de vuelta a casa...pero era algo imposible. Le valía mierda desde ese instante. Ella  trabajaba como secretaria y le pagaban muy poco, así que se metió con su jefe a...ya sabes...e "inesperadamente" ganaba más de lo que 10 secretarias juntaban entre ellas.
Llegó el momento en que me puse insoportable. Tanto que me suspendían casi cada semana en la escuela. Era para atraer su atención y ni así. -ví sus ojos y se tornaron un poco llorosos- Finalmente optaron ambos por meterme al reformatorio, mi padre en especial, por eso siempre lo recuerdo con rencor. Básicamente esa es mi historia.

Andrea se limpió sus lágrimas y negaba con la cabeza.

-Dios...no pensaba que tú...vivirías esas cosas...

-Pero gracias a eso estoy con mi abuelo. Él fue mi salvación. Me visitó cada semana. Si alguna vez me oyes decirle "papá" es por eso.

Andrea sonrió y me miró. Me dieron ganas de abrazarla pero ella se ne adelantó. Se acercó más al punto de tocar su piel y cruzó sus brazos alrededor de mi cuello. Qué sensación más bonita.

-Si alguna vez necesitaras ayuda, no dudes en acudir a mí- murmuró.

-Gracias Andy- deposité un beso en su cabello.

-Deberíamos volver con tu abuelo.

-Neh, estás conmigo, así que sabe que no haré problemas.- Andrea rió.

Hubo un silencio corto.

-Gracias a todo lo que me pasó...creo que estoy seguro de algo.- Andrea me miró.

-¿Qué cosa?

-Nadie puede arrastrarme hacia abajo.

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Andrea en multimedia.

Afire Love: We found love in a hopeless place.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora